
Un informe divulgado por la Casa Blanca advierte sobre las consecuencias significativas que podría tener el estancamiento del Proyecto de Ley de Reconciliación Presupuestaria 2025 en el Congreso.
Según este análisis, elaborado por el Consejo de Asesores Económicos, entre 8,2 y 9,2 millones de estadounidenses podrían perder su cobertura de salud si la legislación no avanza, en un contexto que además podría derivar en una recesión económica severa.
El memorándum, titulado “Costo de oportunidad del seguro de salud si no se aprueba el Proyecto de Ley de Reconciliación Presupuestaria de 2025”, estima que, sin esta legislación, el número total de personas sin seguro médico podría elevarse a 36 millones.
Esto acercaría al país a las cifras registradas antes de la implementación de la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA) en 2010, cuando se Contabilizaban cerca de 50 millones de personas sin seguro, según detalló Newsweek.

El documento atribuye esta posible crisis a la combinación de factores como el vencimiento de las reducciones fiscales de 2017, previstas para 2026, que podrían desencadenar una contracción económica.
Según las proyecciones, esta recesión moderada a severa podría reducir el Producto Interno Bruto (PIB) en un 4% durante dos años, con una consecuencia directa en la pérdida de unos 6,5 millones de empleos, un incremento de cuatro puntos porcentuales en el índice de desempleo y un deterioro en la estabilidad financiera de los estados.
“Asumimos que el vencimiento de los recortes tributarios de 2017 y otros impactos desencadenan una recesión moderada a severa. Esto llevará a una reducción significativa en la actividad económica, un aumento del desempleo y una presión financiera que reducirá la generosidad de beneficios, incluyendo Medicaid”, subrayó la Casa Blanca en el informe.
El impacto en la cobertura de salud sería particularmente notable entre los programas patrocinados por trabajadores, los planes individuales y los subsidios de la ACA.

De acuerdo con el memorándum, “el 60% de los empleos perdidos ofrecerían seguros de salud patrocinados por el empleador”, lo que resultaría en la pérdida de cobertura para aproximadamente 3,9 millones de personas.
Además, cerca de 3,3 millones de individuos dejarían de tener acceso a planes individuales o del mercado, representando una disminución del 15% en la cobertura de este segmento. Entre 500.000 y 1 millón de personas adicionales podrían perder acceso al Medicaid o a planes subsidiados.
Por otro lado, el debate político ha intensificado las críticas en torno a los efectos de este presupuesto. Mientras los demócratas apuntan a las consecuencias negativas de no aprobar la legislación, los republicanos defienden las reformas propuestas como un medio para reducir el déficit federal.
Representantes demócratas como Frank Pallone, Richard Neal y el senador Ron Wyden alertaron sobre el impacto de estas políticas presupuestarias, afirmando que “la visión republicana implica a un Estados Unidos más pobre y enfermo.

Si deciden no extender estos créditos, estarán eligiendo arrebatar la atención médica a millones”. Añadieron que “el robo masivo de cobertura médica” sería una consecuencia directa de los cambios que los republicanos buscan implementar en Medicaid y la ACA.
Desde la perspectiva republicana, los defensores de la medida, como el representante Don Bacon, señalan la importancia de introducir requisitos laborales dentro del Medicaid.
En declaraciones recogidas por The Hill, Bacon argumentó que “las personas en edad laboral y esencialmente capaces deberían buscar empleo, mejorar sus habilidades o trabajar”. Insistió en que estas condiciones son justas y necesarias para el sistema.
El análisis de la Casa Blanca resalta también los riesgos a largo plazo asociados con la aprobación del presupuesto republicano, como potenciales retrocesos en la cobertura del Medicaid.

Estudios de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) estiman que más de 13 millones de personas podrían perder acceso a este programa para 2034 si se implementan las reducciones propuestas.
Además, la eliminación de mejoras en los Créditos Tributarios para Primas, que subsidian costos de seguros bajo la ACA, implicaría una carga financiera mayor en las familias de ingresos bajos y medios.
La incertidumbre legislativa ahora se centra en los próximos pasos del Congreso. Se espera una votación sobre el presupuesto antes del Día de los Caídos, fijada por el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson.
Los grupos de defensores de políticas de salud y los legisladores mantienen un intenso debate sobre los posibles cambios y la magnitud de los posibles ajustes en la cobertura médica de los estadounidenses.
El impacto futuro dependerá de si el Congreso logra aprobar la propuesta, además de factores económicos externos. Mientras tanto, la tensión en torno a los posibles recortes y sus implicaciones sociales continúa creciendo a medida que se acerca la votación decisiva.