Milei apura la construcción de un nuevo oficialismo y debilita a un PJ roto por el trauma de la derrota

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Javier Milei y, detrás, Karina,Javier Milei y, detrás, Karina, su hermana y pieza clave de la nueva etapa del Gobiernoo

Hay una coreografía que empezó hace dos semanas y se va a repetir los días que vienen. Gobernadores visitando la Casa Rosada como nunca en 23 meses de gestión libertaria. Con el presidente al comando de la gestión política, hay incentivos cruzados para la nueva etapa. Javier Milei necesita coronar la victoria electoral en reformas estructurales para que el crecimiento perfore las frías planillas ministeriales y se sienta en el bolsillo y la calidad de vida de la gente. Y la mayoría de los jefes provinciales llegan a la mesa de negociación derrotados y con urgencias presupuestarias. Quid pro quo.

Ahora nos amamos”, le dijo este fin de semana a Infobae una voz clave del Ejecutivo, para explicitar el clima que se vive intramuros en Casa Rosada. Huelga aclarar que el interlocutor forma parte de los “vencedores”, en la interna destructiva que venía atravesando al oficialismo hasta que la rotunda victoria se hizo números. Desde el 26 de octubre, hay un antes y un después, que Milei ejecutó con el diseño de su esquema de poder.

La reunión de Milei conLa reunión de Milei con los gobernadores

Es sabido que Karina Milei está empoderada, con Manuel Adorni al frente de la Jefatura de Gabinete, y Diego Santilli, en el Ministerio del Interior. Con el previo nombramiento de Pablo Quirno, en Cancillería. Y también, con la previsible -aunque todavía no formalizada- designación de las sucesoras de Patricia Bullrich y Luis Petri, en Seguridad y Defensa, Alejandra Monteoliva y Luciana Carrasco, respectivamente.

Es un hecho, además, la confirmación de Martín Menem, en la Presidencia Diputados; y posiblemente con la neuquina Nadia Márquez -que responde a Karina Milei-, en la presidencia provisional del Senado. El cordobés Gabriel Bornoroni seguirá en la conducción del bloque libertario en la Cámara Baja, y Bullrich fungirá de bastonera en la Cámara alta.

Hay un clima de euforia que no se esconde en la Casa Rosada. El abrazo festivo del Presidente con Petri -que cosechó la victoria más abultada de La Libertad Avanza en todo el país- fue una demostración del clima de época que anida en el Gabinete. Por la propia fortaleza y porque del otro lado quedó (casi) nada.

El asesor Santiago Caputo preserva su lugar y sus áreas de influencias están intactas. Milei se ocupó de contenerlo y evidenciar que su función es tan imprescindible como antes. Pero dejó claro que habrá nuevos “interlocutores válidos únicos” para las negociaciones que vienen. Sin doble comando, el Presidente se prepara para encarar tres semanas decisivas para las sesiones extraordinarias, que se harán en dos tramos: del 10 al 30 de diciembre y en febrero. Tiene por delante una agenda ambiciosa e inédita: aprobar el Presupuesto, modernizar la ley laboral, reformar los impuestos y endurecer el Código Penal.

En las reuniones uno a uno que empezó a tener Adorni y Santilli con los gobernadores -los primeros fueron el chubutense Ignacio “Nacho” Torres, y el catamarqueño Raúl Jalil- quedó evidenciado el trasiego que viene. Como anticipó Infobae, hoy será el turno del sanjuanino Marcelo Orrego, reunión pactada para las 15 horas, y del cordobés Martín Llaryora, que se encontrará con los funcionarios alrededor de las 16, tal como confirmaron fuentes del Gobierno a Infobae. El martes jurará a las 15 hora, mientras que el miércoles, se encontrará con el salteño Gustavo Sáenz.

Ese mismo día, Santilli emprenderá una recorrida por las provincias en las que el oficialismo local logró alcanzar alianzas con LLA durante las últimas elecciones. El objetivo será afianzar a los aliados. De igual forma, su agenda estará supeditada a la oficial.

El jefe de Gabinete, ManuelEl jefe de Gabinete, Manuel Adorni; el flamante ministro del Interior, Diego Santilli; junto al gobernador de Chubut, Ignacio "Nacho" Torres

Todos los gobernadores están dispuestos a llevar el compromiso del apoyo para las reformas de segunda generación que impulsa Milei a cambio de concesiones. El patagónico pidió por el fin de las retenciones y obras de infraestructura. Jalil habló de la situación de los textiles de su provincia, el avance de proyectos mineros vía RIGI y un pedido por el acueducto con Santiago del Estero.

Guillermo Francos había sido un jefe de Gabinete que sirvió para la primera etapa del Gobierno. Cumplió una función tan valiosa como amarga, porque fue el amortiguador de un gobierno débil, que era asediado de manera cotidiana. Con Adorni y Santilli, los gobernadores saben que se sientan con los interlocutores designados por el Presidente para garantizar algo más que acuerdos frágiles y provisorios. “Tienen el poder y la billetera. Veremos cómo los usan”, confesó un gobernador que pidió reserva.

En la convocatoria de los gobernadores y los temas a discutir hay una entretela invisible. Implica debilitar a un peronismo debilitado por el trauma de otra derrota. Y arrinconar al brazo sindical del PJ con la reforma de la legislación laboral. Hay en esa pelea un cruzado, que entra y sale de escena: Federico Sturzenegger, que sabe cómo desactivar la fortaleza de un grupo de presión. Desfinanciarlos es la tarea.

Los gremialistas debieran mirarse en el espejo de los piqueteros, que sin los aportes “voluntarios” de los planes sociales, quedaron desmovilizados y perdieron el protagonismo político que tuvieron durante más de 30 años. Expertos en el arte de “pegar y negociar”, la CGT se dio un triunvirato más proclive al diálogo que al conflicto. José Luis Lingeri no abandonó el core del negocio gremial, que son las obras sociales. Saben que tendrán que entregar los inútiles y retrógrados convenios colectivos, pero quieren defender el mercado cautivo de los “aportes solidarios”, que obligan a los trabajadores a dejar partes de sus sueldos en las arcas vidriosas de los sindicatos.

La "nueva" vieja CGT. ElLa "nueva" vieja CGT. El camionero Octavio Argüello, Jorge Sola (Seguros) y Cristian Jerónimo (Vidrio) (foto Jaime Olivos)

Mientras la “columna vertebral” del movimiento peronista resiste la embestida a su poder -que permanece intacto hace más de 70 años-, el PJ nacional está atravesado porque su presidenta está presa, inhabilitada de por vida, y enfrentando el segundo juicio por corrupción. Solo La Cámpora repite con fuerza “Cristina es inocente”.

La pléyade de gobernadores e intendentes están ensimismados en sus preocupaciones y abandonaron la defensa de “La Jefa”. Aquí y allá se escuchan recriminaciones y se multiplican los pases de factura por la magra cosecha de votos, con listas que -con razón y sin ella- le achacan haber armado sin conexión con los territorios.

A excepción del rionegrino Martín Soria, todas sus apuestas personales perdieron en las provincias. “En Buenos Aires pusimos 15 bancas en juego y tenemos 16. En Capital, tres y ahora tenemos cuatro”, responden voces que tienen terminales en San José 1111, donde permanece detenida la ex presidenta.

El peronismo se debate entre la nostalgia del 2015 y el trauma de una derrota inusual y que puede ser terminal. “Si seguimos así, vamos a terminar peleando el cuarto lugar con Myriam Bregman”, especuló Juan Cabandié, ministro de Alberto Fernández y que supo ser, como Axel Kicillof, preferido de CFK.

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