
Una mujer de origen guatemalteco, quien recientemente dio a luz a un bebé ciudadano estadounidense, se encuentra detenida junto con su hijo mientras enfrenta un proceso de deportación, según informó NBC News.
La madre, cuyo nombre no ha sido revelado, fue aprehendida por agentes de la Patrulla Fronteriza tras cruzar de manera irregular la frontera entre México y Estados Unidos en un área desértica de Arizona.
En el momento de su detención, la mujer tenía ocho meses de embarazo.
De acuerdo con un portavoz del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), la mujer fue trasladada a un hospital donde dio a luz bajo supervisión.
Posteriormente, tanto ella como su hijo fueron dados de alta y puestos bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), mientras esperan una audiencia judicial. Según el DHS, la madre recibió una citación para comparecer ante un juez de inmigración y tuvo la oportunidad de contactar a un abogado tras completar el proceso de detención.

El cruce fronterizo ocurrió cerca de Tres Bellotas Ranch, una zona remota del desierto de Sonora, aproximadamente a 116 kilómetros al sur-suroeste de Tucson, Arizona.
Según un portavoz de la Patrulla Fronteriza, la mujer fue procesada conforme a los procedimientos establecidos y se le permitió mantener a su hijo recién nacido consigo durante su detención. Sin embargo, el abogado de la mujer, Luis Campos, declaró a KVOA, una afiliada de NBC en Tucson, que no se le permitió acceder a su cliente mientras esta permanecía hospitalizada.

El caso ha generado atención debido a la intervención de la gobernadora de Arizona, Katie Hobbs, quien, según Reuters, evitó que la mujer fuera sometida a un proceso de deportación acelerada.
La portavoz de Hobbs, Liliana Soto, expresó en la red social X (anteriormente Twitter), que la gobernadora se opone a las prácticas migratorias que considera inhumanas y que continuará defendiendo los derechos constitucionales de los residentes de Arizona. No obstante, la oficina de prensa de Hobbs no ofreció más detalles sobre su participación en el caso.
El portavoz de la Patrulla Fronteriza afirmó que los agentes actuaron en cumplimiento de la ley y los procedimientos establecidos, asegurando que no se le negó ningún derecho a la detenida.
Sin embargo, el comunicado inicial de la agencia no mencionó que la mujer había dado a luz mientras estaba bajo custodia, limitándose a describirla como una persona embarazada de ocho meses en el momento de su detención.
El abogado de la mujer señaló que planea solicitar asilo para su cliente, argumentando que teme por su vida si es deportada a Guatemala.
Además, expresó su preocupación por el futuro del recién nacido, quien, a pesar de ser ciudadano estadounidense, probablemente será llevado con su madre en caso de deportación.

Este tipo de situaciones no es aislado, ya que otros casos recientes han involucrado a niños ciudadanos estadounidenses que han sido deportados junto con sus madres en procesos que algunos críticos califican como deportaciones rápidas que vulneran el debido proceso.
En abril, se reportaron casos de familias en situaciones similares, incluyendo el de un niño de cuatro años con cáncer en etapa avanzada que fue deportado junto a su madre.
Según declaraciones de Tom Homan, zar fronterizo, las madres en estos casos optaron por llevar a sus hijos consigo. Sin embargo, abogados que representan a las familias han señalado que las madres no tuvieron otra opción.
El caso también pone de relieve el debate en torno a la ciudadanía por derecho de nacimiento, un principio constitucional que garantiza la nacionalidad estadounidense a cualquier persona nacida en el país.
La situación de la madre guatemalteca y su hijo subraya las complejidades legales y humanitarias que enfrentan los migrantes en la frontera sur de Estados Unidos, en un contexto marcado por políticas migratorias estrictas.