Michael J. Fox es una figura emblemática para varias generaciones gracias a su interpretación de Marty McFly en la saga Volver al futuro. Sin embargo, más allá de este icónico papel, el actor conserva una profunda admiración por el séptimo arte. Recientemente, Fox compartió cuál ha sido la película que más impacto causó en su vida. Su elección invita a poner en valor una obra fundamental dentro de la filmografía mundial: Dr. Strangelove.
La declaración de Fox, recogida por Indie Hoy, no fue producto de la duda ni de la vacilación. Para él, la comedia satírica dirigida por Stanley Kubrick desde 1964 ocupa un sitio irremplazable entre las expresiones cinematográficas más influyentes. Esa preferencia tiene raíces personales, pues Fox vio la película durante su adolescencia, en una sala de cine arte en Vancouver. La intensidad de esa experiencia consolidó su percepción sobre lo que el cine es capaz de provocar y expresar.

Kubrick es uno de los nombres más relevantes en la historia del cine. Su filmografía transita géneros tan variados como la ciencia ficción, con obras como 2001: Odisea en el espacio, el drama bélico, la sátira social y la comedia más oscura. En el caso de Dr. Strangelove, el director se propuso retratar la amenaza nuclear y la lógica absurda propia de la Guerra Fría, transformando la ansiedad de la época en una poderosa sátira. Desde su estreno, la película cosechó elogios y reconocimiento de críticos, cineastas y público.
Aunque el aporte de Kubrick es extenso y plural, Dr. Strangelove se ha mantenido vigente, sumando continuas admiraciones de personalidades del cine, además de Fox. Steve Carell y George Clooney figuran entre sus entusiastas. Clooney ha llegado a describir el largometraje como "histéricamente divertida“, resaltando la ironía con la que se revisa la política estadounidense y el absurdo del conflicto nuclear. Este consenso refuerza el valor universal de la película, que tiempo después de su lanzamiento todavía provoca el interés de las nuevas generaciones.

El contexto en el que surgió Dr. Strangelove también resulta esclarecedor sobre su recepción en la sociedad. Estados Unidos vivía un clima tenso tras el asesinato de John F. Kennedy, lo que llevó al equipo creativo a realizar pequeños ajustes en el guion para evitar roces con la opinión pública. La película giraba en torno al peligro del enfrentamiento nuclear y presentaba un elenco memorable, encabezado por Peter Sellers, quien interpretó a tres personajes distintos, aportando una riqueza narrativa inusual.
La visión de Fox sobre la película es tan singular como reveladora. El actor centra su análisis en la construcción de los personajes. Para él, Kubrick evita darles historias previas detalladas y se enfoca en definirlos a partir de sus acciones y de su presencia en pantalla. “Kubrick logra que cada personaje exista únicamente en el presente, sin necesidad de justificaciones. El espectador los comprende durante el transcurso de la historia y así se produce la conexión”, explicó Fox. Esta capacidad de condensar profundidad psicológica en situaciones concretas, sin recurrir a largas exposiciones, es uno de los aspectos que Fox más admira del cine de Kubrick.

Una característica central de Dr. Strangelove es su tono. La película utiliza el humor negro para abordar temas serios, introduciendo referencias ingeniosas, nombres provocativos y diálogos afilados. Sin embargo, la cinta no pierde nunca la seriedad subyacente. Para Fox, este equilibrio constituye uno de los puntos más destacados: “El humor de la película no descansa en chistes evidentes, sino que atraviesa una sátira constante y una atmósfera enérgica, manteniendo siempre su peso dramático”, expresó el actor. Este tipo de comicidad, en la que se mezcla lo absurdo con la reflexión profunda, exige una atención activa por parte del espectador.
La elección de Dr. Strangelove como la mejor película vista por Fox implica una invitación a repensar lo que convierte a una obra en un clásico. Más que una simple sátira política, la película dirigida por Kubrick se encuentra en la convergencia entre genialidad conceptual y excelencia artística, uniendo actuaciones memorables con un guion inteligente y una puesta en escena audaz.

No es casualidad que, después de tantas décadas, la cinta siga citándose como referencia y fuente de inspiración. El legado de Dr. Strangelove reside en su capacidad para entretener y cuestionar a la vez, exponiendo las contradicciones humanas frente a los miedos colectivos. Tal como sugiere la admiración de Michael J. Fox, revisitar este filme resulta más actual de lo que podría parecer, confirmando su carácter imprescindible dentro de la historia del cine mundial.