Meditación, yoga y autocuidado: el cambio de hábito de Flea, de los Red Hot Chili Peppers

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Las memorias y entrevistas delLas memorias y entrevistas del bajista de Red Hot Chili Peppers reflejaron una mirada crítica hacia los viejos excesos REUTERS/Mario Anzuoni

Michael Peter Balzary, más conocido como "Flea", transitó sus primeros años en Melbourne, Australia. Tras la separación de sus padres, se trasladó a Los Ángeles con su madre y hermana al sótano de la familia de Walter Urban, un músico de jazz. En ese ambiente predominaban la bohemia y la inestabilidad.

El bajista de los Red Hot Chili Peppers, de 62 años, explicó en sus memorias tituladas Acid for the children: “Hacía lo que me apetecía toda la noche. Empecé a drogarme a los 12 años. Eran los 70, y déjame decirte, los 70 en Hollywood eran una locura”. Esta etapa estuvo marcada por recorridos nocturnos, consumo de drogas y contacto permanente con situaciones riesgosas.

Años después, el músico cambió radicalmente su rutina diaria. “Es levantarse cada día y ponerse a trabajar. Elijo ir a un estudio de ensayo y trabajar”. Este giro implicó una reconsideración de la autodisciplina y el esfuerzo diario: “El compromiso es la voluntad de presentarse y trabajar cada día, no porque uno tenga un jefe, sino porque a uno le importa”.

Flea describió un proceso deFlea describió un proceso de transformación personal que incluyó dejar atrás la adicción, incorporar nuevas rutinas diarias REUTERS/Caitlin Ochs

La vida de Flea dio un giro cuando abandonó las drogas y el alcohol pasados los 30 años. “Dejé de consumir drogas y de beber alcohol alrededor de los 30. Entonces empecé a sentirlo todo. A veces era un río de dolor”, narró en diálogo con CBS News. Sostuvo que este cambio resultó decisivo para reencontrarse consigo mismo.

A partir de esa transformación, el músico sumó a su vida diaria la meditación, el yoga y el running. Mantuvo la práctica sistemática de instrumentos como el bajo y la trompeta, y siguió leyendo literatura variada: “Desde niño leí un libro tras otro. Soy una persona poco instruida. Desde temprano fui un chico de la calle. Y aun así, siempre amé los libros”.

En la adultez, el bajista expresó su preocupación por el avance de la tecnología en la vida cotidiana. Advirtió: “Mi generación tuvo una relación poco saludable con las drogas. Suena a cosa de viejo, pero me preocupa más el tiempo que los jóvenes pasan frente a computadoras y teléfonos. Me preocupa que se haya perdido la posibilidad de vivir el momento”.

A través de su relato,A través de su relato, el músico abordó cómo la experiencia con el consumo de sustancias y los desafíos familiares durante su juventud impulsaron su decisión de modificar sus hábitos y focalizarse en el autocuidado REUTERS/Daniel Cole

Por eso, evitó que su hija tuviera un teléfono móvil hasta entrada la adolescencia y propició que los niños accedieran a la música y la contemplación: “Los niños no tienen tiempo para simplemente no hacer nada, para tumbarse en el césped y mirar el cielo hasta el infinito. Eso parece realmente vital”.

El bajista abordó la búsqueda espiritual sin atarse a religiones. Describió su ritual cotidiano de rezar al iniciar el día, antes de cada comida y cada entrevista: “Soy una persona que reza. Rezo por la mañana cuando me levanto, cuando me voy a dormir, cuando como. Y cuando doy una entrevista, simplemente me detengo un segundo”.

Explicó: “No soy religioso de ninguna manera, pero creo en Dios. Trato de vivir una vida que honre mi idea de lo que es Dios, como una energía divina”. Para él, la música representa un lenguaje trascendente: “Para mí, la música es la voz de Dios”.

El testimonio de Flea expusoEl testimonio de Flea expuso cómo los cambios impulsados en su vida incidieron no solo en su salud física y mental REUTERS/Caitlin Ochs

Flea expresó su rechazo al conformismo y defendió la importancia de conservar la capacidad de aprendizaje y el deseo de cambiar.

“Me siento igual que de niño. Nunca sé qué va a pasar. Abrazo el cambio. No siempre es fácil. Quiero seguir cambiando, se trata de aprender. Tan pronto como uno deja de estar dispuesto a aprender, tan pronto deja de humillarse ante lo que tiene para aprender, es cuando uno se convierte en un viejo inútil”, declaró.

Definió a la obsesión como una fuente de satisfacción, aunque matizó esa visión: “Hay gran alegría en la obsesión. Pero no estoy seguro de que sea saludable para mí. ¿Por qué me obsesiono con ciertas cosas? ¿Es angustia o miedo, o un anhelo de ser entendido? ¿De conectar con lo divino y encontrar las cosas hermosas de la vida?” Afirmó que su historia gira en torno a esa búsqueda personal, cada vez más enfocada en el crecimiento y el compromiso con la música y la vida cotidiana.

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