
La mañana del domingo 24 de agosto la Ciudad de Buenos Aires vivió una nueva edición de la Media Maratón, que en este 2025 reunió a más de 27.000 corredores y marcó un récord de convocatoria para la competencia.
Aquí, las mejores imágenes de la jornada.

El punto de largada y llegada, en la intersección de Figueroa Alcorta y Dorrego, volvió a convertirse en el epicentro del evento, donde desde muy temprano se congregaron atletas profesionales, aficionados, familiares y público en general.

El clima fresco, pero soleado, acompañó la espera durante las primeras horas. Los participantes se acercaron en grupos, algunos luciendo camisetas que identificaban a equipos de diferentes provincias, otros portando banderas de países de América, Europa y África.

La diversidad de idiomas y acentos puso de manifiesto el carácter internacional del evento, que en esta ocasión contó con representantes de más de 30 países.

Las instancias previas a la largada reflejaron la emoción de los corredores. Mientras algunos completaban la entrada en calor guiados por entrenadores, otros compartían charlas con amigos y familiares, revisaban sus relojes deportivos o posaban para fotos.

La presencia de equipos de running, agrupaciones de clubes y corredores independientes aportó el color típico de estas jornadas, en las que la superación personal y el compañerismo tienen su lugar junto a la competencia.

El primer grupo estuvo conformado por atletas con discapacidad. Poco después fue el turno de la elite internacional, y, en tandas sucesivas, se sumaron el resto de los inscriptos.

El recorrido de 21,0975 kilómetros se extendió por avenidas principales y barrios emblemáticos como Palermo, Recoleta, el microcentro porteño y la zona del Obelisco, por lo que ofreció postales urbanas a lo largo de cada tramo.

En el pelotón de elite masculina, la carrera adquirió un ritmo vertiginoso. Jacob Kiplimo, de Uganda, partió como favorito y sostuvo una intensa disputa con corredores africanos de alto nivel.

El grupo principal alternó la punta en distintos sectores del circuito hasta que, superada la mitad de la competencia, Kiplimo aceleró su paso y se distanció de sus rivales.

El ugandés cruzó la meta con una marca de 58 minutos y 29 segundos y rompió el récord histórico del circuito porteño ante la ovación del público.

El podio internacional masculino se completó con Seifu Tura Abdiwak, de Etiopía, que finalizó en 59 minutos y 56 segundos, y con el keniano Vinicent Nyamongo Nyageo, que logró un tiempo de 59 minutos y 57 segundos. La tendencia de dominio africano se mantuvo a lo largo de toda la prueba, lo que confirmó el nivel de competitividad de la edición 2025.

La competencia femenina internacional también entregó un final cerrado. La keniana Verónica Loleo resultó la ganadora con una marca de 1 hora, 6 minutos y 58 segundos.

Cerca de ella, Ftaw Zeray Bezabh y Catherine Reline Amanong’ole concretaron su llegada en 1 hora, 7 minutos y 7 segundos y 1 hora, 7 minutos y 13 segundos, respectivamente. La competencia entre las mujeres mantuvo la tensión hasta los últimos metros, con cambios de ritmo constantes entre las favoritas.

En el plano nacional, Laureano Rosa encabezó el podio argentino masculino con un tiempo de 1 hora, 4 minutos y 8 segundos, seguido por Manuel Córsico y Nahuel Di Leva. La representación local contó con el aliento constante de familias, amigos y equipos de running que se distribuyeron a lo largo del circuito con camisetas, pancartas y mensajes de apoyo.

La gran protagonista argentina de la jornada fue Florencia Borelli. La marplatense no solo dominó la clasificación local, sino que además batió el récord sudamericano y el argentino femenino, tras cruzar la meta en 1 hora, 9 minutos y 21 segundos. Su performance fue celebrada en la llegada y se llevó la ovación más amplia del público y sus compañeras.

El desarrollo de la carrera estuvo acompañado por un notable despliegue logístico y de seguridad. El operativo incluyó 14 ambulancias, motos equipadas con desfibriladores, equipos de socorristas desplegados en puntos estratégicos, monitoreo policial, voluntariado especializado y tecnología para el registro y control de tiempos, mediante chips electrónicos en los dorsales de cada atleta.

Los puestos de hidratación se establecieron en distintos kilómetros del circuito e incluyeron agua, bebidas isotónicas y frutas. En paralelo, equipos médicos, puestos de primeros auxilios y servicios sanitarios estuvieron a disposición tanto de los deportistas como del público, garantizando un desarrollo seguro en cada etapa.

La atmósfera a lo largo de la ciudad combinó la adrenalina competitiva y una verdadera fiesta popular. Sectores enteros se poblaron de espectadores que acompañaron el paso de los corredores con aplausos, bombos, pancartas y música.

En el centro, parejas de tangueros improvisaron bailes típicos junto al Obelisco, regalando escenas que unieron la cultura porteña con el deporte en una de las postales destacadas de la jornada.

Familias enteras se apostaron en esquinas estratégicas para ver la carrera, organizaron desayunos al paso y celebraron la llegada de los participantes.

La llegada en Palermo se pobló de finalistas sonrientes que, tras cruzar la meta, recibieron la tradicional medalla “Finisher Ñandú”. Varios equipos improvisaron festejos colectivos, mientras otros aprovecharon para estirar, rehidratarse y compartir relatos sobre los mejores momentos del recorrido.

El clima de camaradería y orgullo se hizo evidente en cada grupo, con corredores de todas las edades y niveles.

El evento incluyó premiaciones para los mejores de la clasificación general, categorías inclusivas y diversas divisiones de edad.

Solo participaron mayores de 18 años y todas las personas debieron respetar las normativas de competición establecidas, que prohíben dispositivos asistidos como las handbikes.

La Media Maratón de Buenos Aires mantiene su inclusión en el calendario internacional de la World Athletics y suma puntos en el ranking de las principales pruebas de ruta.

Este año volvió a funcionar como antesala del Maratón Internacional de la Ciudad, previsto para septiembre, reforzando el protagonismo de Buenos Aires como sede de grandes eventos del atletismo global.

Los resultados oficiales, controlados electrónicamente, estarán disponibles desde el 25 de agosto.

Mientras tanto, los parciales y las marcas destacadas confirmaron una jornada de altísima exigencia deportiva y gran repercusión social.

La Media Maratón porteña, una vez más, mostró sus dos caras distintivas: la competencia de alto nivel y el espíritu colectivo de superación, donde debutantes y experimentados cruzan la misma meta.

Las fotos de la jornada reflejan la variedad y la emoción de un evento que une a la ciudad con quienes la recorren, cada uno con su historia y sus objetivos.












*Fotos: Jaime Olivos y Maratones Ñandú