
El mundo enfrenta un alarmante panorama de diagnóstico y tratamiento insuficiente de la diabetes, la enfermedad en la cual el cuerpo no regula adecuadamente el nivel de azúcar en sangre.
Según reveló un estudio publicado en la revista The Lancet Diabetes & Endocrinology, el 57,8% de los adultos jóvenes de entre 15 y 39 años con diabetes no sabe que tiene la enfermedad, mientras que esa proporción desciende al 37,6% en adultos de 40 a 64 años y al 19,7% en mayores de 65 años.
Esto demuestra que el desconocimiento del diagnóstico es mucho mayor entre los jóvenes en comparación con los adultos mayores, quienes presentan mejores tasas de detección.
Ese desconocimiento implica que millones de personas no reciben atención ni tratamiento adecuados, lo que aumenta el riesgo de sufrir complicaciones graves y muerte prematura.

La investigación fue liderada por la científica Lauryn Stafford, del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (más conocido como IHME por su sigla en inglés) de la Universidad de Washington en los Estados Unidos.
En diálogo con Infobae, la doctora Stafford precisó: “La proporción de personas con diabetes que conocían su condición fue del 79,9% en Argentina, 82,9% en Chile y 68,5% en Uruguay en el año 2023 para mayores de 15 años”.
En el resto de América Latina, “la tasa de diagnóstico varió desde 46,6% en Honduras hasta 67,3% en Colombia”, dijo.
La investigadora contó con la colaboración con expertos como el chileno Pedro Zitko y el mexicano Rafael Lozano. Recibieron financiamiento de la Fundación Bill y Melinda Gates.

La diabetes es una enfermedad crónica que eleva la cantidad de azúcar en sangre. Si no se detecta y controla, puede provocar problemas en la vista, los riñones, los nervios, el corazón y aumentar el riesgo de accidentes cerebrovasculares.
Muchos jóvenes ignoran que tienen la condición, pese a estar en una etapa donde controlar los hábitos puede retrasar complicaciones.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) propuso que, para el año 2030, el 80% de las personas con diabetes sean diagnosticadas.

Sin embargo, el informe publicado señaló que queda camino por recorrer para alcanzar este objetivo. El problema afecta tanto a países pobres como a los ricos, pero es más marcado en regiones de bajos y medianos ingresos.
Uno de los retos centrales es el acceso temprano a la atención y al tratamiento con medicamentos.
Sin control adecuado, solo una minoría logra mantener niveles seguros de azúcar en sangre. Esta situación incrementa la carga sobre los sistemas de salud y agrava la desigualdad regional.

Los investigadores reunieron datos de 204 países y territorios durante 23 años, entre 2000 y 2023, y analizaron la situación por sexo, edad y zona geográfica.
El análisis incluyó tanto a hombres como a mujeres y abarcó a personas a partir de los 15 años.
El equipo empleó información de encuestas nacionales, registros de salud y bases de datos epidemiológicas para estimar cuántas personas viven con diabetes.

Aclararon que, para que una persona esté bien controlada, precisa tener un análisis de glucosa menor a 7% según un examen llamado “hemoglobina glicosilada”.
El estudio dedicó análisis especiales a regiones de América Latina para captar diferencias y necesidades propias.

El principal hallazgo del trabajo es que un 44% de adultos con diabetes desconoce que la padece. La situación es peor entre los jóvenes adultos: esa cifra puede superar el 50%.
Entre quienes conocen su diagnóstico, solo la mitad recibe tratamiento con medicamentos, y de ellos, apenas dos de cada cinco controla el azúcar en sangre adecuadamente.
En América del Sur, la mayoría de los adultos con diabetes no sabe que la tiene, aunque, entre quienes sí reciben tratamiento, esta subregión muestra el porcentaje más alto de control óptimo del azúcar en sangre registrado a nivel mundial.
El informe detalla que “la proporción de personas que alcanza un buen control de la glucosa supera el 50% en países como Argentina y Chile”.

En América Central y el Caribe, los niveles de subdiagnóstico son aún mayores, debido a barreras como menor acceso a servicios médicos y escasez de campañas públicas de detección.
Países como Brasil, México y Colombia presentan desafíos similares, aunque muestran avances en la provisión de tratamientos farmacológicos.
En 2023, solo el 21% de todas las personas con diabetes a nivel global tiene su condición bajo un manejo óptimo.
La brecha es más profunda en países de bajos ingresos, donde menos del 20% de quienes tienen la condición ha recibido un diagnóstico médico.
La doctora Stafford respondió a Infobae sobre cuáles son las razones de la falta de acceso al diagnóstico: “No tenemos motivos para creer que las barreras que afectan el diagnóstico sean diferentes en los países latinoamericanos respecto al resto del mundo”.

Además, añadió: “Nuestros resultados indican que los adultos jóvenes con diabetes tienen una probabilidad significativamente mayor de no estar diagnosticados en comparación con los adultos mayores con diabetes”.
Eso puede deberse a factores como vacíos en la cobertura de seguros de salud, que pueden ser comunes entre jóvenes, o a una menor prioridad del sistema de salud en la realización de pruebas y diagnóstico en jóvenes, ya que la diabetes es más común en la mediana y mayor edad.
“Las poblaciones rurales suelen enfrentar barreras geográficas y económicas para acceder a los servicios de salud y puede haber escasez de personal sanitario y laboratorios necesarios para el diagnóstico en zonas rurales con recursos limitados”, recalcó.

Tras los resultados, los investigadores propusieron “invertir en programas de detección de diabetes entre jóvenes” y priorizar el acceso a medicamentos y pruebas de glucosa, especialmente en regiones desatendidas.
También sugieren sensibilizar a la población sobre los riesgos y síntomas de la diabetes, al fortalecer la formación del personal de salud y asegurar la continuidad de los tratamientos.
Solicitan cooperación internacional para reducir las desigualdades, apoyar a los países con menos recursos y monitorear el avance hacia la meta de la OMS para el año 2030.

En la entrevista con Infobae, la doctora Stafford detalló más recomendaciones:
- Priorizar la prevención de la diabetes, al controlar factores clave como la obesidad.
- Reducir el subdiagnóstico entre adultos jóvenes mediante la detección dirigida a quienes tienen factores de riesgo comunes, como sobrepeso, obesidad, hipertensión o estilos de vida poco saludables.
- Garantizar que el diagnóstico y la prescripción de medicamentos se acompañen de un mayor apoyo para alcanzar niveles óptimos de glucemia.
- Hacer los tratamientos para la diabetes más asequibles y accesibles para las personas afectadas.
- Brindar apoyo especial a quienes enfrentan esquemas de tratamiento complejos y enfermedades asociadas, como enfermedad renal crónica o hipertensión.