
¿Qué provocó que Martin Scorsese reprodujera la violencia, la fe y más cuestiones sociales de una forma tan excepcional en el cine? Las respuestas son múltiples, pero el documental Mr. Scorsese elige llevarnos al principio de todo, el punto de partida de su vocación como cineasta: su peligroso barrio natal, Little Italy.
En el documental original de Apple TV, estrenado el 17 de octubre a nivel global, la directora y guionista Rebecca Miller asumió la difícil tarea de contar la historia del cineasta vivo más importante a la fecha. Compartió entrevistas con él, su familia, sus amigos de toda la vida, asiduos colaboradores como el actor Robert De Niro y más figuras de la industria cinematográfica.
Miller dialogó con medios de comunicación mediante una rueda de prensa, donde estuvo presente Infobae, y profundizó en las decisiones creativas detrás de la docuserie de cinco episodios. En primer lugar, ¿estaba Scorsese de acuerdo con que alguien más tomara la dirección de su biografía audiovisual?
“No diría que hubo resistencia, porque no estaba tratando de manipular nada. Realmente estaba siguiendo el proceso. Y a menudo, me sorprendía mucho lo que escuchaba”, aclaró la realizadora. “Se trataba de intentar conseguir la imagen perfecta, la imagen más inusual, una imagen que nadie hubiera visto antes”.

Mr. Scorsese utiliza gran material de archivo, entre películas caseras del director y los largometrajes que hizo en Hollywood, para trazar un lienzo que conecta sus experiencias de vida con sus historias y personajes en la ficción.
Tal como se evidencia en numerosos films, la ciudad de Nueva York tiene una presencia crucial como escenario e incluso como un personaje más. Marty —como lo llaman cariñosamente sus allegados— nació en el barrio de Little Italy, Queens, en el seno de un hogar de ascendencia italiana. Poco después, su familia se mudó brevemente a la comunidad de Corona en búsqueda de prosperidad y tranquilidad.
Sin embargo, sufrieron exclusión por parte de otros vecinos y pronto regresarían a Little Italy, donde Scorsese pasaría años de su infancia expuesto a altas tasas de violencia y observando las dinámicas sociales de las calles desde su ventana, pues el asma lo confinó a vivir en su habitación cuando era pequeño. Allí comenzó a crear sus primeros storyboards.
“Se volvió muy importante para mí que la infancia y la juventud temprana se abordaran y tomaran su tiempo”, afirmó Miller. “Porque siento que todas las terminaciones nerviosas de su obra terminan en ese vecindario, en esa familia”.

Durante el proceso de entrevistas, Rebecca Miller llegó a conocer a las personas que rodearon y moldearon su visión como narrador, además de inspirar algunos de sus personajes como el caso de Johnny Boy, protagonista de Calles peligrosas (1973), película que a su vez es la primera colaboración de Scorsese y De Niro.
“Al comenzar no sabía si nos permitirían conocer a estas personas o incluso si estaban vivas. Así que fue extraordinario conocer a algunas de las personas con las que creció en el vecindario, y realmente escuchar las voces. Cuando escuchas las voces, escuchas también las voces de sus personajes”, respondió a Infobae durante la conferencia.
En el caso del hombre detrás de Johnny Boy, admitió que “fue una sorpresa porque no pensábamos que llegaríamos a conocerlo y resultó que su hermano simplemente lo llamó y apareció. Así que fue una experiencia realmente extraordinaria”.
Para Miller, además de ser un retrato de Little Italy, la filmografía de Martin Scorsese refleja la sociedad de Estados Unidos: “Sus películas tratan sobre Estados Unidos, nuestra historia. Gran parte de nuestra historia está contenida, lo bueno y lo malo”.

Otro de los abordajes claves de Miller en Mr. Scorsese tiene que ver con el fuerte vínculo entre el cineasta y la religión católica. “Me interesaba mucho la dicotomía de un hombre de fe fascinado por la violencia”, argumentó entre sus motivaciones para trabajar en este proyecto durante cinco años.
Además de su fascinación con el pecador, Marty se planteaba a sí mismo preguntas como “¿Somos buenos? ¿Somos malos? ¿Cuál es el equilibrio? ¿De qué somos capaces?“, según reveló la directora del documental.
“Para mí lo convirtió en un proyecto muy grande, y mucho más que solo un proyecto sobre los logros de un hombre, sino sobre quiénes somos como seres humanos y cómo un artista realmente puede abordar eso de manera profunda”, añadió.
El propósito de revisitar su biografía era también desmitificar a una leyenda del cine, a quien actualmente vemos como un “hombre mayor afable, casi como un tío”. Sin embargo, en los inicios de su carrera, transmitía todo lo contrario: “Una faceta más peligrosa y oscura”.

Rebecca Miller narra y describe esas diferentes etapas de Scorsese, aunque sin dejar de afirmar que esta sigue siendo la misma persona. Los procesos de transformación tuvieron que ver con cada experiencia, entre fracasos y éxitos, que atravesó tanto su carrera como vida personal.
“Observas cómo una persona sigue siendo la misma y cómo cambia”, sostuvo. “Observar de qué manera sigue siendo ese niño que recibe su primera comunión con el gran lazo rosa que ves en la foto, y en qué manera es una persona diferente a esa figura algo oscura que aparece en ciertas entrevistas de la década de 1970″.
En Mr. Scorsese, el mismo cineasta reconoce que inicialmente le costó conectar con actrices y personajes femeninos, debido a que sus historias eran predominantemente masculinas al ser un reflejo de lo vivido durante su juventud.
Ese componente de dominación masculina tiene presencia latente en sus películas, sin embargo, eso no detuvo que las mujeres también se apropiaran de estos espacios mediante elecciones creativas que destaca Miller.

“Es un director maravilloso de mujeres, y le interesa su complejidad y los detalles de su comportamiento“, aseguró, recordando que “trata a las mujeres igual que a los hombres. Simplemente le interesan los personajes”.
Los escenarios que son de su interés son dominados por hombres y, según Miller, “para contar la verdad sobre esos mundos, permites que esa dominación sea clara”.
Pero, en esos relatos, también existen mujeres con puntos de vista propios como el de Lorraine Bracco en Goodfellas (1990), la protagonista de Alicia ya no vive aquí (1974) y más recientemente el de Mollie en Los asesinos de la luna de las flores (2023): “Es como si el punto de vista femenino fuera tan importante como el masculino”.

La directora de Mr. Scorsese considera que nadie podrá repetir lo que hizo Martin Scorsese ni tener una carrera como esa, “ese hombre en particular no puede volver”. Hay muchos elementos que lo convierten en un cineasta único en su tipo, desde la forma en cómo inventó un estilo hasta su facilidad para moverse entre géneros cinematográficos.
“Ha infectado nuestra cultura hasta tal punto que casi es difícil recordar que en realidad esta forma de ver el cine, de mover la cámara, está enraizada en Scorsese”, recalcó al discutir su influencia en el séptimo arte.
En esa misma línea, Rebecca Miller puntualizó que “no es un artista cinematográfico que esté realmente enganchado solo a un género”, porque ha explorado el terror, el suspenso, el drama y la comedia, reinventando incluso las películas de gánsteres.
Propone como ejemplos a Travis Bickle en Taxi Driver (1976) y al Sr. Pupkin en El rey de la comedia (1982), en el sentido de cómo un personaje es visto mediante el lente cómico y otro con una perspectiva más trágica.

“Esa es parte de su grandeza como cineasta, que es capaz de manipular el tono y una especie de gestalt, para que funcione dependiendo de cuál sea su decisión, qué tipo de género está haciendo. Conoce el género, y luego va hacia él”, explicó. “Pero puedes mirar el mismo tema a través de lentes totalmente diferentes”.
En cuanto a su propio aprendizaje, Miller asegura que Scorsese fue un maestro en términos de enfoque: “La sustancia, la filosofía de una toma. La idea de que nada debe filmarse sin una razón, sin entender cuál es el significado de la toma.”.
Infobae consultó a la directora si estaría de acuerdo en proyectar Mr. Scorsese en escuelas de cine y su postura fue totalmente abierta a que el documental pueda ser utilizado y presentado a estudiantes.
“Podría ser una visión interesante. También es muy inspirador. Tanto en términos de su propio trabajo, de sus influencias, pero también en términos de cuántas veces tuvo que fracasar y levantarse, sacudirse el polvo y empezar de nuevo”, aseguró.
Para Miller, ser una persona —y aun más un artista cinematográfico— “es una carrera de larga distancia y un proceso continuo de convertirse”.

“A veces miras a alguien como Marty y parece que Martin Scorsese siempre ha sido así. Y realmente no es el caso. No era una inevitabilidad. Se convirtió en sí mismo, y luego hubo personas que encontró, colaboradores, personas que pudieron ayudarlo con las finanzas, todas estas personas estuvieron involucradas en la creación del hombre que ahora pensamos como Martin Scorsese”, concluyó.