
El presidente de Bolivia, Luis Arce, pidió a los militares de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) estar preparados para defender al país ante “cualquier intento de injerencia externa” y proteger sus recursos naturales. Su declaración se dio en el 102 aniversario de la fundación de la FAB y cuando le queda menos de un mes en la silla presidencial.
El mandatario señaló que actualmente existen “amenazas” sobre la soberanía del país, sin precisar a cuáles se refiere, y dijo que la fuerza militar tiene la responsabilidad de proteger el espacio aéreo “en un contexto internacional de disputas geopolíticas entre una potencia que no se resigna a dejar de ser la hegemonía y una tendencia hacia un mundo multipolar”.
“No será fácil, pues como decía hace un momento, hay una potencia que no quiere un mundo equilibrado, sino sometido”, agregó el presidente en una evidente alusión a Estados Unidos, país con el que Bolivia no tiene relaciones diplomáticas desde la expulsión del embajador estadounidense Philip Goldberg, en 2008, durante el gobierno del ex presidente Evo Morales, en medio de acusaciones sobre intentos de dividir el país.

Tanto Morales como Arce, que fue su ministro de Economía durante gran parte de su Gobierno (2006-2019), han sido aliados del chavismo en Venezuela. El presidente ha defendido el régimen de Nicolás Maduro y ha “condenado enérgicamente” el despliegue militar estadounidense en el Caribe, que atribuye a un intento de tomar los recursos naturales de Venezuela.
Tras la derrota del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS) en las elecciones bolivianas del 17 de agosto, el país está en puertas de un giro histórico a la derecha después de 20 años de hegemonía de la izquierda.
El 19 de octubre el senador de centro derecha Rodrigo Paz Pereira y el expresidente conservador Jorge Tuto Quiroga (2002-2002), disputarán un inédito balotaje presidencial, tras haber quedado en primer y segundo lugar respectivamente en la primera vuelta. El 8 de noviembre, está previsto que Arce entregue el mando a uno de los dos opositores y con ese acto cerrará un ciclo en Bolivia.
En ese marco, Arce recordó en el aniversario de la FAB que el pasado 6 de agosto, Bolivia celebró el bicentenario de su “primera independencia” y de la fundación de la república, y que ahora, “en nuevas condiciones”, se debe avanzar hacia una “segunda y definitiva independencia”.

Anteriormente, el presidente denunció un supuesto plan para suspender el balotaje y prorrogar el mandato de las autoridades vigentes a partir del cese de funciones de los vocales electorales, una idea presentada como proyecto de ley por un legislador oficialista.
En medio de la polémica por esta iniciativa, Arce rechazó la propuesta y ratificó su decisión de entregar el Gobierno en noviembre al ganador de la segunda vuelta.
En la recta final de su Gobierno, Arce enfrenta un escenario marcado por la crisis económica en medio de tensiones sociales y legislativas. La escasez de divisas y de combustible, sumada al aumento de los precios y los conflictos internos del partido debilitaron su gestión y le restaron gobernabilidad. A un mes de terminar su mandato, Arce ha manifestado que busca garantizar una transición ordenada y elecciones transparentes que definan el futuro del país.