Luca Zidane aprovecha el viaje de su selección a Arabia Saudí para visitar La Meca antes comenzar la recuperación de su lesión

El jugador Luca Zidane (Instagram)

Luca Zidane, actual guardameta del Granada CF, atraviesa un periodo complicado tras no poder sumarse a la selección de Argelia durante las fechas FIFA debido a una lesión muscular. El portero, hijo del exfutbolista y técnico Zinedine Zidane, enfrenta ahora un proceso de rehabilitación que lo mantiene alejado de las canchas. A pesar de este contratiempo, Zidane decidió acompañar al seleccionado argelino en su concentración en Arabia Saudí, aprovechando la ocasión para cumplir con un viaje de carácter espiritual. Durante su estancia, y coincidiendo con la presencia de la selección de Zimbabue en el lugar, el futbolista acudió a La Meca, centro de peregrinación islámica y una de las ciudades más sagradas para la comunidad musulmana.

El regreso de Luca a la disciplina del Granada se produce con un objetivo claro: recuperarse de su lesión en el aductor largo derecho. Los informes médicos señalan que la evolución marcará los tiempos para su vuelta, aunque ya se anticipa que no podrá disputar el siguiente compromiso de su equipo ante el Córdoba. Pese a ello, la intención del jugador es acelerar su recuperación para estar listo lo antes posible, sobre todo porque el Granada afronta una serie de partidos determinantes tanto en liga como en Copa del Rey.

Entre los retos inmediatos se encuentran el desplazamiento a León para enfrentar a la Cultural Leonesa y, si no llega a ese encuentro, la eliminatoria copera frente al Tenerife, que implica viajar a las Islas Canarias. Si la lesión resulta más compleja, el reencuentro con la afición rojiblanca quedaría pospuesto para el duelo en Los Cármenes ante el Ceuta. No es la primera vez que las lesiones interfieren en la continuidad de Luca Zidane bajo palos. La campaña anterior estuvo marcada por problemas físicos que condicionaron su presencia en la portería. Debido a estas dificultades, el cuerpo técnico rotó de manera significativa a los porteros disponibles.

Luca Zidane en un partido entre Rayo Vallecano y Atletico Madrid (REUTERS/Susana Vera)

Inicialmente, Marc Martínez asumió el rol de titular, dado que Zidane no se encontraba en plenitud de condiciones. Sin embargo, el rendimiento del arquero no fue el esperado y, ante la urgencia de resultados, la directiva optó por sumar a Diego Mariño al plantel. Con la llegada del arquero gallego, la competencia interna se agudizó, relegando a Luka Zidane al banquillo hasta que una destacada actuación en la Copa del Rey, en el estadio de La Romareda contra el Zaragoza, le valió regresar a la titularidad.

Ese retorno, sin embargo, no estuvo exento de obstáculos. En la visita al Córdoba, el Granada sufrió una dura derrota por 5-0 y Zidane debió abandonar el partido por una grave lesión de tobillo, lo que derivó en una nueva ausencia prolongada. Después logró regresar al grupo cuando la temporada llegaba a su fin, pero el técnico Fran Escribá decidió mantener la apuesta por Mariño, relegando nuevamente al francés. Un cambio de rumbo llegó con la asignación de Pacheta como entrenador. Bajo sus órdenes, Zidane acumuló minutos en los dos últimos partidos del campeonato, ante el Castellón y el Racing de Santander, dejando atrás esa irregularidad impuesta por las lesiones y la competencia interna.

En la presente temporada, y tras la salida de Mariño, Pacheta optó por Luca Zidane como su portero de referencia. No obstante, los resultados iniciales del Granada no fueron satisfactorios, lo que llevó al entrenador a probar a Ander Astralaga en la meta durante el choque ante el Leganés. A pesar de ese ajuste, Pacheta devolvió la confianza a Luca en la jornada siguiente.

Durante el mes de octubre, la convocatoria de Zidane por la selección argelina coincidió con el llamado de Astralaga por la sub-21 española, lo que forzó la alineación del joven Iker García para el partido ante la UD Las Palmas. Tras ese paréntesis internacional, Luca regresó al once inicial, aunque una nueva lesión interrumpió su continuidad, esta vez durante el encuentro en El Sardinero, donde Astralaga volvió a defender el arco nazarí.