Los sabores regionales de la India se trasladan a Harlem

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Mustard Indian Eatery, una propuesta gastronómica que celebra los sabores regionales de la India junto con los clásicos más queridos de ese país, acaba de abrir sus puertas en Harlem.

Este nuevo restaurante es la más quinta y más reciente aventura del empresario Ruhel Amin, quien pasó de una carrera en la moda en Steve Madden a convertirse en una figura clave en la escena culinaria neoyorquina con restaurantes como Mumbai Masala (Harlem), River Thai & Beyond (Harlem), Masti Indian Grill & Chaat Bar (Williamsburg) y Oh! Calcutta (Long Island City).

Para liderar la cocina, Amin ha confiado en las chefs Sharmeen Rahman y Lisha Khondokar, dos talentos que combinan su pasión por la cocina casera con una sólida formación profesional.

“En Mustard nos caracterizamos por la frescura de nuestros ingredientes, nada es congelado. Además utilizamos muchas especias frescas que molemos aquí mismo, no creemos en polvos embotellados”, señala Amin sobre el amplio menú del lugar.

La chef Sharmeen es una apasionada por los chutneys, encurtidos y currys, y entre sus propuestas destacan el Murgh Chettinad, un curry de pollo típico de los Chettiars, y el Mughlai Gosht, un plato de cordero con anacardos, laurel y cardamomo.

Por su parte, la chef Lisha aporta recetas heredadas de su madre y sus tías, con una especial dedicación a las opciones vegetarianas y veganas, como el Baigan Baghara (berenjena con maní, sésamo y tamarindo) y el Methi Mutter Malai Paneer (chícharos, fenogreco, crema y salsa de tomate).

Entre las entradas de Mustard destacan el Fish Cake, el Potato Egg Chop y el Jhinga Balchao (camarones con coco y hojas de curry). Y como la comida a la parrilla o Tandoor no puede faltar, ofrece el Jhinga Kalimirch (camarones a la pimienta negra) y el Murgh Malai Kebab (pollo cremoso en brochetas).

Carnes como el clásico Butter Chicken (pollo tikka masala en salsa cremosa de tomate), el Murgh Aamwala (pollo al curry con salsa de mango y menta), el Mughlai Gosht (cordero con anacardos, laurel y cardamomo) y el Kosha Mangsho (carne de cabra cocida lentamente con chile rojo y ajo), complacen a los más carnívoros.

Entre los mariscos y pescados están el Shrimp Caldinho (curry de camarones estilo Goa con jengibre, leche de coco y vinagre) y el Fish Paturi (pescado asado en hoja de plátano). Mientras los vegetarianos y veganos tienen varias opciones como el Baigan Baghara (berenjena, maní, sésamo y tamarindo) y el Methi Mutter Malai Paneer (chícharos, fenogreco, crema y salsa de tomate).

Todo se puede acompañar con el tradicional arroz basmati y alguno de los panes Naan, bien sea el clásico o el de ajo, cebolla, chile, jalapeño con queso, paneer o Peshwari.

Y para cerrar la comida, entre los postres están el Misti Dhoi (yogur casero dulce) y el Sandesh (dulce tradicional de Calcutta con jaggery), entre otros.

Un espacio fresco y acogedor

Con la política de que quienes visitan el lugar no son clientes sino “invitados”, Amin diseñó el espacio para transmitir calidez y frescura, con azulejos blancos, paredes en verde menta y un mural de especias indias acompañado de fotos vintage en sepia que evocan la India clásica.

Grandes ventanales dejan entrar luz natural y ofrecen vistas al vecindario, mientras que una cocina abierta permite ver a los chefs en acción, especialmente al manipular el horno tandoor. Las mesas de madera clara, sillas blancas elegantes y servilletas de tela completan una atmósfera cómoda y hospitalaria.

Aunque Mustard Indian Eatery no cuenta con licencia para vender alcohol, los comensales pueden traer su propia botella. También hay una selección de mocktails, bebidas suaves y tés, como el Masala Ginger Chai, jugo de lychee y limonada estilo Calcutta.

“Frescura y calidad es nuestro motto”, concluye Amin.