En Lima Norte, su nombre era sinónimo de terror. Miguel Ángel Marín Morón, conocido como ‘Negro Marín’, construyó un imperio criminal que controlaba empresas de transporte, discotecas y obras de construcción. Su poder se mantenía incluso cuando permanecía fuera del país, operando a través de aliados y empresas fachada que legitimaban sus ingresos ilícitos.
La captura en Madrid puso fin a años de impunidad. Tras la cooperación entre la Policía Nacional del Perú y la Interpol, Marín fue localizado y detenido mientras se desplazaba con su identidad real, sin alerta roja activa. El seguimiento de sus movimientos, la identificación de sus aliados y el rastreo de sus comunicaciones fueron clave para desmantelar su operación.
La investigación comenzó con el análisis de sus actividades en Lima Norte, donde la banda que lideraba ejercía extorsión sobre transportistas, empresarios y dueños de discotecas. Su enfrentamiento con Erick Moreno Hernández, alias ‘El Monstruo’, generó una guerra que dejó varios asesinatos y amenazas públicas.
Caen ‘Los Sanguinarios de la Construcción’, la banda de ‘El Jorobado’ que se enquistó en las municipalidades y disputó el control a ‘El Monstruo’ | Composición InfobaeEl seguimiento de sus comunicaciones permitió identificar a Kevin Johnson Necochea, alias ‘Timoti’, exintegrante de la banda, cuya colaboración fue decisiva. Los investigadores confirmaron que Marín utilizaba llamadas y videollamadas desde el extranjero para coordinar extorsiones y controlar a sus sicarios. Estas pruebas dieron pie a la solicitud de alerta roja a Interpol.
Marín figuraba como representante legal de empresas como INK D’Colors, que operaban como intermediarias para contratos con la Municipalidad de Carabayllo. Vehículos de estas compañías fueron vistos regularmente en instalaciones municipales, lo que permitió a los fiscales rastrear flujos de dinero y establecer vínculos entre el cabecilla y funcionarios locales.
El uso de estas empresas no solo facilitaba lavado de activos, sino que también dejaba evidencia tangible de su actividad criminal. La trazabilidad de las transacciones y la vinculación de personal administrativo con la organización sirvieron para consolidar el caso en su contra y fundamentar la solicitud de detención internacional.
Ataques y extorsiones del clan de Marín afectaron transporte, discotecas y obras en Lima Norte. | Composición: Infobae PerúEl seguimiento de Marín se intensificó cuando se confirmó su paradero en Madrid. La Policía peruana trabajó directamente con las autoridades españolas para ubicar direcciones IP utilizadas por el extorsionador y localizar sus desplazamientos. La alerta roja de Interpol se emitió cinco días antes del operativo, asegurando que su detención fuera ejecutada de manera segura y sin resistencia.
Durante su estadía en Europa, Marín utilizaba su identidad real, confiado en que la ausencia de captura activa le permitiría moverse libremente. Sin embargo, la coordinación entre ambas policías y la evidencia acumulada hicieron que no pudiera evadir la detención. La operación se ejecutó de manera precisa, limitando la posibilidad de que el cabecilla de la banda alterara documentos o huyera nuevamente.
La operación fue resultado de semanas de coordinación entre la Policía Nacional del Perú y la División contra la Ciberdelincuencia de Madrid. (Composición: Infobae)El arresto de Marín representa un golpe a la estructura de extorsión en Lima Norte. La investigación identificó a su hijo, Miguel Ángel Marín Mazzetti, involucrado en ataques como la masacre en La Victoria, así como a otros miembros de la banda ‘Los Sanguinarios de la Construcción’.
La Policía y el Ministerio Público continúan verificando los vínculos financieros y políticos de la organización, incluyendo contratos con empresas municipales y presunto apoyo a campañas de autoridades locales. La evidencia obtenida en España permitirá fortalecer los procesos judiciales y avanzar en la desarticulación de la red criminal que operaba bajo la sombra de ‘Negro Marín’.
hace 2 horas
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