En las últimas semanas, luego de un estancamiento notable, Trump decidió reaccionar y también lo hizo sobre Apple, que se ha comprometido a inversiones por valor de 500.000 millones de dólares en EEUU en los próximos años.
"Hace tiempo informé a Tim Cook (presidente) de Apple que espero que los iPhones que se vendan en Estados Unidos sean fabricados en Estados Unidos, no en India ni en otros lugares. Si no es el caso, Apple deberá pagar un arancel de al menos 25%", escribió el mandatario en su red Truth Social.
Las presiones de grandes y medianas empresas en el Viejo Continente hicieron que la presidenta Úrsula von der Leyen y los parlamentarios flexibilizaran su conducta inicial ante los anuncios del gobierno estadounidense.
En un principio, la Unión Europea, China y Canadá enunciaron represalias a los aranceles del 25% al acero y el aluminio impuestos por la Casa Blanca.
Sin embargo, las tres partes llevan décadas imponiendo aranceles a EEUU.
"Han abusado de nosotros durante mucho tiempo", ha dicho el presidente Donald J. Trump.
"Y por supuesto que responderemos" a los aranceles anunciados por la Unión Europea, ha reiterado desde sus primeros días en el poder.
Trump busca subir al 50% los aranceles sobre el acero, que ahora son del 25%.
Nuevo dictamen
Sin embargo, apareció otro dictamen que se interpone en el poder ejecutivo del presidente de Estados Unidos y pone un nuevo freno a las acciones de la Casa Blanca, nada jamás visto en la historia del país. Pero las barreras y retos inyectan más energía al líder republicano.
Por eso, en discursos de campaña y en el primero tras su arribo a la Casa Blanca, Trump recordó: “No será nada fácil, pero lo lograremos”. “Haremos que América sea Grande Otra Vez y nada ni nadie me detendrá”.
Resulta que, a casi seis meses de gobierno y de batallas arancelarias, una corte estadounidense, de comercio internacional, emitió una sentencia de bloqueo a los aranceles "recíprocos" de al menos 10% que el presidente Donald Trump impuso a las importaciones.
Esa Corte afirmó que sólo el Congreso en Washington puede hacerlo.
"Una delegación ilimitada de autoridad arancelaria constituiría una cesión indebida del poder legislativo a otra rama del gobierno", de acuerdo con el Tribunal de Comercio Internacional de Estados Unidos (ITC, por sus siglas en inglés).
Primero a la defensiva y luego mediante la aceptación del diálogo, la Unión Europea ha tratado de sortear las estrategias de la Casa Blanca.
Una Corte de Apelaciones estadounidense contradijo el dictamen anterior y mantuvo los aranceles del presidente Donald Trump hasta pronunciarse sobre el fondo del caso, menos de 24 horas después de que otro tribunal los bloqueara.
Pero un tribunal de apelaciones aceptó la solicitud del gobierno y, además, unió en uno los dos casos presentados por pequeñas empresas, por un lado, y por una coalición de estados gobrernados por la extrema izquierda.
"Estamos muy contentos con esta decisión, la esperábamos", dijo Kevin Hassett, el principal asesor económico de Donald Trump, en Fox News.
Peter Navarro, asesor comercial de Trump y artífice de los gravámenes, declaró que Trump se mantendrá firme, pase lo que pase con el caso en general.
"Navarro prometió "una cascada de nuevos acuerdos" en las próximas semanas.
Los aranceles de EU
Entre la extensa lista de productos estadounidenses a los que la Unión Europea impone aranceles se encuentran los vegetales y otros productos agrícolas (69%); el 58% al azúcar y la carne; el 49% a los lácteos, el 35% a los cereales, el 22% a las frutas, el 15% al pescado y el 13% al vino.
Además, Europa cobra un gravamen de 13% a los vehículos y de 6% a las motos estadounidenses.
En las últimas semanas, varios encuentros e intercambios de propuestas ocurrieron entre altos asesores estadounidenses y los europeos, pero al final sin resultados concretos.
Más bien dio la impresión de que querían presionar con el tiempo y las negativas al gobierno norteamericano. Fue entonces cuando Trump se percató de la jugada y anunció el aumento del 50% de aranceles a partir del 1ro de junio, en respuesta a la pasividad o los mecanismos utilizados por la contraparte.
"Ha sido muy difícil lidiar con la Unión Europea, creada con el objetivo principal de sacar ventaja de Estados Unidos en la parte comercial. (...) Nuestras discusiones con ellos no están yendo a ninguna parte. Entonces, recomiendo imponer 50% de aranceles a la Unión Europea a partir del 1ro de junio", escribió el presidente Trump en su red Truth Social.
Trump denunció además "las barreras comerciales, el impuesto al valor agregado, las sanciones ridículas contra las empresas, las barreras no aduaneras, las manipulaciones monetarias y las persecuciones (judiciales) injustificadas e injustas contra empresas estadounidenses".
El mandatario estadounidense también ha fustigado en varias ocasiones el déficit comercial de Estados Unidos con Europa, que estima en más de 230.000 millones de dólares.
Llamada de Europa y datos
Según los datos del representante de la Casa Blanca para Comercio (USTR), el déficit comercial de Estados Unidos con el bloque europeo se elevó a 235.000 millones de dólares en 2024.
La reacción vino de inmediato y Von der Leyen llamó por teléfono a la Oficina Oval en busca de más tiempo, una petición que aceptó Trump y decidió aplazar hasta el 9 de julio la entrada en vigor de gravámenes del 50%.
En curso también se encuentran negociaciones con China en Suiza, por lo que el Presidente sugirió bajar los aranceles a los productos chinos al 80% desde el 145%. Decenas de países dialogan en estos momentos con Washington en busca de acuerdos.
De acuerdo con el sitio oficial del bloque europeo, la Unión Europea y EEUU mantienen la mayor relación bilateral de inversión y comercio del mundo. Respecto a bienes servicios e inversión, la UE y EEUU son los principales socios comerciales entre sí.
Mientras la Unión Europea es una fuente segura para la primera potencia económica del mundo de ingredientes para productos farmacéuticos, maquinarias, piezas y componentes aeroespaciales, EEUU es el mayor exportador de gas natural y petróleo para el Viejo Continente, que garantiza la importante estabilidad energética.
El comercio de bienes y servicios entre la UE y EEUU alcanzó la impresionante cifra de 1,6 billones (trillions) de euros en 2023, un promedio diario de 4.400 millones de euros que cruzan el Atlántico de un lado a otro en bienes y servicios.
El intercambio total de bienes entre ambas partes alcanzó ese mismo año los 851.000 millones de euros.
En 2024, el comercio total de bienes entre los dos socios fue de 975.900 millones de dólares y las exportaciones de bienes hacia Europa fue de 370.000 millones de dólares, un 0.7% más que en el año anterior.
EEUU vendió mercancías a Europa en 2024 por valor de 865.000 millones de euros, una cifra que se ha duplicado en los últimos 10 años.
La UE exportó al mercado estadounidense 503.000 millones de euros, mientras que importó desde EEUU 347.000 millones de euros para un superávit comercial de bienes de 157.000 millones de euros para el bloque europeo.
Por su parte, las empresas de la UE y EEUU tienen inversiones por casi 5 billones de euros (4,7 billones de euros) entre sus respectivos mercados, según las cifras de cierre de 2023.
Entre los grandes sectores beneficiados por este intercambio comercial se encuentra la pujante y lucrativa industria de la tecnología y por supuesto de la Inteligencia Artificial.
El 15 de junio de 2021, la Comunidad Europea y Washington pusieron en marcha el Consejo de Comercio y Tecnología (TTC), que sirve de foro para trazar estrategias y coordinar enfoques sobre comercio, economía y tecnología global.
A pesar de que Washington es el principal socio comercial y de inversiones de la UE, no existe un acuerdo de libre comercio como ocurre entre México Canadá y EEUU.
Las estadísticas anteriores demuestran que a ninguno de los dos socios comerciales les conviene un enfrentamiento o diferendo extendido que entorpezca y dañe el flujo de inversiones y el desarrollo del intercambio de productos y servicios.
Fecha límite y el conflicto con Apple
Los aranceles aplicados a los productos europeos se elevan actualmente a una media de 12,5%, de los cuales 2,5% corresponden a lo que se cobraba antes del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, y el 10% restante a lo impuesto por el mandatario estadounidense desde inicios de abril cuando anunció tasas aduaneras "recíprocas".
Washington había previsto en un principio imponer a los productos europeos un arancel del 20%. Sin embargo, frenó esa medida por 90 días y dejó solo un 10% a la espera del resultado de negociaciones bilaterales, que no surtieron el efecto esperado por la Casa Blanca.
Ahora el 9 de julio es la fecha límite que tiene la UE para firmar un pacto con EEUU o de lo contrario se les cobrará el 50% de impuestos a los bienes provenientes de los países miembros de la Unión Europea.
Pero otro conflicto, no menos relevante, permanece sobre la mesa de la Oficina Oval: la advertencia de Trump a Apple sobre sus inversiones en India y otros países y no en EEUU como se comprometió a hacer el gigante tecnológico.
En el centro de la crisis sanitaria mundial y después de la pandemia o “plandemina” de COVID-19, el fabricante de los famosos iPhones sufrió los embates del régimen comunista de China, que creó y mantuvo estrictas medidas a modo de evadir las acusaciones y la responsabilidad sobre el virus.
Las órdenes emitidas por el Partido Comunista afectaron directamente a Apple. El cierre de fábricas y el freno a la producción le causaron pérdidas, de acuerdo con datos oficiales, por más de 8.000 millones de dólares, pero algunos analistas estiman que la cifra podría ser el doble o casi el triple de la dada a conocer.
Adicionalmente, el descenso del valor de mercado de Apple cayó 200.000 millones de dólares.
El gigante estadounidense también enfrentó durante meses el descontento y huelgas junto con el incremento de regulaciones gubernamentales de Pekín en los últimos años.
Ante el anuncio de aranceles a China y los demás problemas que ya Apple enfrentaba con sus producciones en ese país dirigido por el Partido Comunista, la gran empresa estadounidense comenzó a mudarse a India; sin embargo, Trump esperaba que fuera a EEUU.
Apple podría pagar entre un 25% y hasta el 50% de aranceles si no fabrica sus iPhones en EEUU o al menos la mayor parte. Así se lo dejó saber el inquilino de la Casa Blanca.
"Tuve un pequeño problema con Tim Cook", dijo Trump en Catar durante su exitosa gira por tres países del Medio Oriente.
"Le dije 'Tim: te tratamos muy bien. Llevamos años soportando las fábricas que construiste en China. No queremos que construyas en India sino aquí, y tendrán que aumentar su producción en Estados Unidos'", añadió el Presidente.
Al presentar los resultados del primer trimestre a principios de mayo, Cook dijo que esperaba que "la mayoría de los iPhones vendidos en Estados Unidos tengan a India como su país de origen".
Eso contradice lo que le había prometido Cook a Trump, quien se toma muy en serio estas manipulaciones o engaños, después de haber anunciado inversiones por parte de Apple en EEUU por 500.000 millones de dólares.
Apple es una de las grandes compañías estadounidenses que ha beneficiado a China y ha dañado el mercado laboral del país al remover toda su producción hacia el exterior.
Escenario hostil
Dentro del Megaplan económico de Trump se encuentra el retorno de la mayoría de las grandes y medianas empresas norteamericanas al país.
No sólo para aumentar la cantidad de empleos, sino las inversiones directas.
Entre un visible escenario de hostilidad y enfrentamiento interno contra los grandes intereses y poder del llamado “Estado Profundo” (gobierno en las sombras), habría que ver hasta dónde puede llegar Trump mediante su poder ejecutivo para cumplir los objetivos que se ha trazado en estos cuatro años de administración.
A menos de seis meses de gobierno, el Presidente se enfrenta, como era de esperar, a una lluvia de demandas y acciones legales o no contra su gestión. El único propósito es obstaculizar su trabajo y retrasarlo al máximo para que no pueda cumplir lo que le prometió al pueblo estadounidense.
Con solo un vistazo al herrumbrado camino hacia la Casa Blanca, se percibía con cierta claridad lo que iba a ocurrir, porque la animadversión de los demócratas y la prensa liberal contra Trump no se borra ni se detiene cuando el extremismo de izquierda ha carcomido y escalado hasta las más altas instancias de Justicia, sociedad, medios de prensa y Gobierno en general.
FUENTE: Con información de AFP, The New York Times, The Wall Street Journal y otras fuentes