
Treinta y cinco años después del crimen que los convirtió en protagonistas de uno de los juicios más mediáticos de Estados Unidos, los hermanos Menéndez siguen tras las rejas en California.
Durante décadas, su caso quedó congelado en la condena de cadena perpetua sin libertad condicional, dictada en 1996. Pero en mayo de 2025 un juez de Los Ángeles modificó esa pena y los habilitó a pedir la libertad condicional por primera vez. El cambio abrió una expectativa que pronto chocó con la realidad: en agosto de este año, las autoridades penitenciarias rechazaron sus solicitudes.
Aun así, el proceso reactivó el debate sobre los límites de las condenas perpetuas impuestas a jóvenes ofensores y sobre el peso que tuvieron las denuncias de abusos en el juicio original. Mientras tanto, los Menéndez permanecen en la prisión de Richard J. Donovan, en San Diego, a la espera de la próxima oportunidad que podría llegar en 2028.
El 20 de agosto de 1989, José y Kitty Menéndez fueron asesinados a escopetazos en su casa de Beverly Hills. Sus hijos, Lyle y Erik, entonces de 21 y 18 años, intentaron simular normalidad comprando entradas de cine y ocultando su participación. Pero los gastos excesivos y actitudes posteriores despertaron sospechas.

El primer juicio, en 1993, fue televisado y generó un enorme impacto mediático. Los jurados no alcanzaron un veredicto. En 1995, un nuevo proceso restringió las pruebas sobre los abusos denunciados por los hermanos y la Fiscalía sostuvo que el móvil había sido económico: la herencia. Ambos recibieron cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional en 1996, según consignó NBC Los Ángeles.
Durante las audiencias, la defensa sostuvo que habían sido víctimas de abusos sexuales y psicológicos por parte de sus padres. En 1988, Erik había escrito a su primo Andy Cano relatando esos abusos, carta que luego se incorporó al expediente. En 2023, el ex Menudo Roy Rosselló también acusó a José Menéndez de abusarlo cuando era adolescente, lo que reavivó el debate, según informó Entertainment Weekly.
Tras casi tres décadas de encierro, el 13 de mayo de 2025 el juez Michael V. Jesic, del condado de Los Ángeles, modificó la condena: pasó de perpetua sin libertad condicional a 50 años.
Según informó ABC News, la medida se basó en la Ley de Penas Justas para Menores, un marco legal vigente en California desde 2014. Esta norma, aprobada a través de proyectos como el Senate Bill 260 y ampliada en 2016 y 2018, permite revisar sentencias de quienes tenían menos de 26 años al momento del delito, apoyándose en estudios sobre el desarrollo cerebral y obliga a la Junta de Libertad Condicional a considerar la madurez alcanzada por el recluso con el paso del tiempo.

De esta forma, los hermanos quedaron habilitados para solicitar la libertad condicional por primera vez. El fiscal Nathan Hochman intentó frenar el proceso, pero el juez rechazó su pedido.
En agosto de 2025, los Menéndez enfrentaron su primera evaluación. El 21 de agosto, la junta escuchó a Erik; al día siguiente, a Lyle. En ambos casos, el panel resolvió negar la libertad por tres años, el mínimo legal.

De acuerdo con NBC Los Ángeles y AP, la negativa se basó en faltas disciplinarias recientes —incluida la posesión de un teléfono celular por parte de Erik— y en la percepción de que los hermanos aún no habían demostrado plena responsabilidad por el crimen.
La próxima audiencia ordinaria quedó fijada para 2028, aunque la legislación permite pedir una revisión anticipada si surgen nuevas circunstancias. Además, el gobernador de California, Gavin Newsom, tiene la potestad de otorgar clemencia, tras recibir un informe de riesgo solicitado a comienzos de 2025. Su rol introduce un factor político clave: un eventual indulto abriría un camino distinto al de la vía judicial.
Desde 2018, Lyle y Erik cumplen condena en la Richard J. Donovan Correctional Facility, en San Diego. Allí se reencontraron después de 29 años en cárceles distintas. Según reconstruyó ABC News, mantenían contacto a través de cartas y partidas de ajedrez.

En lo personal, Erik se casó en 1999 con Tammi Menéndez; Lyle lo hizo primero con Anna Eriksson y luego con Rebecca Sneed, de acuerdo con People. Ambos participan en actividades dentro de prisión: Erik se volcó al arte, Lyle colabora con grupos de apoyo a sobrevivientes de abusos.
El caso se mantiene en la cultura popular con documentales y ficciones. En septiembre de 2024, Netflix estrenó la serie Monsters: The Lyle and Erik Menendez Story de Ryan Murphy, lo que devolvió el tema a la agenda mediática. Además, películas como Menendez: Blood Brothers y series como Law & Order True Crime mantuvieron viva la narrativa alrededor del caso.
Mucho antes, el juicio televisado de 1993 ya había transformado la relación entre justicia y medios en Estados Unidos, convirtiéndose en antecedente de otros casos como el de O.J. Simpson.