
Comenzar una rutina de ejercicio suele estar asociado a beneficios inmediatos para la salud física y mental, pero los especialistas advierten que existen errores frecuentes al iniciar una actividad física que pueden convertirse en obstáculos para los resultados y la motivación.
Reconocer los más habituales al comenzar una rutina de ejercicios es fundamental para quienes desean alcanzar resultados sin exponerse a molestias físicas o desánimo. La identificación temprana de estas fallas permite ajustar la planificación y la ejecución de los entrenamientos, lo que disminuye la probabilidad de lesiones y favorece la progresión constante. Además, comprender estos aspectos ayuda a mantener la motivación y a construir hábitos sostenibles, claves para lograr los objetivos de salud y bienestar en el mediano y largo plazo.

El entusiasmo inicial impulsa a muchas personas a exigir demasiado al cuerpo sin tener una base previa, lo que aumenta el riesgo de lesiones y de abandono prematuro. Charlee Atkins, fundadora de una aplicación de acondicionamiento físico de EEUU recomendó en Newsweek evitar pasar de la inactividad total a entrenar todos los días. Propuso comenzar por dos o tres sesiones semanales, cada una con diferente enfoque, y advirtió que dejar más de tres días sin entrenar contribuye a perder motivación. El quiropráctico de la Clínica Cleveland, Drew Schwartz, remarcó la importancia de la autohonestidad al establecer objetivos y limitaciones reales, ya que muchos inician rutinas sin considerar la capacidad de su cuerpo y acaban lesionados.
Omitir el calentamiento es otro error frecuente que puede tener un impacto negativo al aumentar la probabilidad de lesiones musculares y articulares. Schwartz subrayó que preparar el cuerpo, activar los principales grupos musculares e incrementar la temperatura corporal con ejercicios suaves es clave para enfrentar el esfuerzo posterior. Los especialistas coinciden en que dedicar unos minutos al inicio de la sesión ayuda a mejorar el rendimiento y la recuperación.

Según Atkins, todo ejercicio resulta beneficioso sólo si se ejecuta con la técnica apropiada. Sin el conocimiento adecuado, crecen las posibilidades de lesiones a corto y largo plazo. La especialista aconsejó buscar videos de entrenadores certificados, consultar a profesionales o practicar en un espejo para afianzar la postura correcta. Schwartz desaconsejó dejarse llevar por rutinas que se popularizan en redes sociales sin adaptar los movimientos a las propias características físicas.
La elección de la rutina debe estar alineada con los objetivos personales y el punto de partida físico de cada individuo. Atkins sugirió priorizar movimientos compuestos que involucren más de un grupo muscular, como sentadillas o flexiones, por encima de los ejercicios aislados, y aclaró que los gustos personales inciden en la adhesión al entrenamiento. Schwartz, desde la Clínica Cleveland, sostuvo que la clave radica en disfrutar de la modalidad elegida, ya sea correr, yoga o entrenamiento de fuerza, e incorporar siempre calentamiento y vuelta a la calma para prevenir lesiones.

La premura por ver cambios visibles lleva a muchas personas a frustrarse y abandonar el entrenamiento. Atkins manifestó que la constancia, más que la intensidad o el número de repeticiones, determina los beneficios a largo plazo. Sugirió enfocarse en volverse más activos que el promedio y establecer metas realistas. El entrenamiento progresivo, con bandas de resistencia, peso corporal y mancuernas livianas, constituye una buena base inicial, según observó Schwartz, quien añadió que el trabajo de fuerza resulta valioso para bajar de peso y mejorar la movilidad.
El ejercicio es solo una parte de una vida saludable. Los hábitos de alimentación, descanso y organización diaria inciden directamente en la obtención de resultados. Schwartz recomendó analizar todos los aspectos del estilo de vida para sumar pequeñas mejoras, mientras que Atkins remarcó la importancia de dormir y alimentarse bien, moverse durante la jornada y mantener un equilibrio entre el trabajo y el tiempo personal para sostener el entrenamiento. El médico nutricionista Alberto Cormillot aconsejó en una nota a Infobae planificar los cambios gradualmente y disfrutar los primeros logros, ya que “el programa es bueno solo si se sigue”.

Otro error es entrenar sin un plan o repetir siempre las mismas rutinas, máquinas y tipos de ejercicios. No planificar reduce la motivación y puede dificultar la progresión, según advierten profesionales citados por Infobae. Rotar ejercicios y ajustar la dificultad previene el estancamiento y favorece un desarrollo equilibrado. Además, cronometrar los periodos de descanso, no saltar la hidratación ni sobrecargar el entrenamiento del core al final de la sesión ayudan a sostener el desempeño y la adherencia.
La evidencia aportada por entrenadores y especialistas internacionales muestra que la clave para progresar sin daño ni frustraciones está en la constancia, la técnica apropiada, la planificación y una visión integral del bienestar. El acompañamiento profesional, la progresividad y la escucha activa del propio cuerpo consolidan los cimientos de una rutina saludable y duradera.