
Una tormenta de características inusuales desató una tragedia en el norte de Virginia Occidental, donde al menos cuatro personas murieron —incluido un niño de 3 años— y otras cuatro permanecen desaparecidas tras severas inundaciones repentinas ocurridas la noche del sábado.
En solo 30 minutos, entre 6 y 10 centímetros de lluvia cayeron sobre áreas como Wheeling, Triadelphia y Valley Grove, provocando el colapso de caminos, puentes y redes de servicios, confirmó The New York Times.
Según reportes de las autoridades y medios locales como CBS News, el súbito aguacero colapsó el sistema de drenaje, transformando caminos en ríos y arroyos en torrentes desbordados. Varios vehículos fueron arrastrados por la corriente, algunas personas buscaron refugio en árboles, y una casa rodante se incendió al ser alcanzada por el agua.
El director de manejo de emergencias del condado de Ohio, Lou Vargo, indicó que la magnitud del evento impidió una respuesta inmediata. “Empezamos a recibir llamadas al 911 casi de inmediato. Pero muchas vías estaban intransitables, y el daño a la infraestructura nos retrasó severamente”, explicó. “En 35 años de experiencia, nunca había visto algo como esto”, agregó.

Las operaciones de búsqueda se extendieron hasta la madrugada del domingo. El jefe de bomberos de Wheeling, Jim Blazier, informó que los equipos están empleando drones, perros de búsqueda y personal especializado en rescates en aguas rápidas para rastrear las orillas de ríos, vehículos sumergidos y escombros en busca de los desaparecidos.
Blazier detalló que los esfuerzos de búsqueda se concentran desde la línea estatal de Ohio hasta el Wheeling Creek, donde las autoridades creen que varias personas podrían haber sido arrastradas. Según el gobernador Patrick Morrisey, hasta el domingo por la tarde se habían ejecutado al menos 19 rescates acuáticos exitosos.
El gobernador Morrisey declaró el estado de emergencia en el condado de Ohio y desplegó a la Guardia Nacional para apoyar los esfuerzos de recuperación. Indicó que mantiene comunicación directa con la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) para coordinar la respuesta federal.
Al cierre del domingo 15 de junio, se registraban cerca de 2,500 cortes de energía eléctrica, agravados por fugas de gas natural que impedían la restauración del servicio eléctrico. “Si se reanuda la electricidad antes de reparar las fugas, se podría provocar una explosión”, advirtió Vargo.

Entre los daños reportados se encuentran estaciones de bomberos inutilizadas, camiones de rescate destruidos, y múltiples carreteras y puentes colapsados. “Las labores de rescate se vieron limitadas por la imposibilidad de acceder a ciertas zonas completamente aisladas”, añadieron las autoridades.
A las intensas lluvias del sábado se sumaron nuevos aguaceros el domingo, lo que llevó al Servicio Meteorológico Nacional (NWS) a emitir una emergencia por inundaciones para el área de Fairmont, Virginia Occidental. Se estimaron acumulaciones adicionales de hasta 9 centímetros en algunas zonas ya afectadas.
El gobernador urgió a los residentes a no circular por las carreteras inundadas y seguir las instrucciones de los servicios de emergencia. “Más tormentas están previstas para hoy. No arriesguen sus vidas conduciendo por caminos anegados”, dijo Morrisey durante una conferencia de prensa.
La tragedia en Virginia Occidental ocurrió alterno a un episodio similar en San Antonio, Texas, donde al menos 13 personas murieron debido a lluvias torrenciales que arrastraron más de una docena de vehículos hacia un arroyo. En esa ocasión, más de 18 centímetros de lluvia cayeron en pocas horas.