Cumplir al menos 150 minutos semanales de actividad física disminuye el riesgo de enfermedad coronaria en mujeres un 22%, en hombres un 17% (Imagen Ilustrativa Infobae)La actividad física sostenida figura entre las principales recomendaciones para reducir el riesgo de afecciones cardiovasculares que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “son la principal causa de defunción en el mundo” y estiman que se cobran “19,8 millones de vidas” cada año.
Un reciente estudio analizó, de manera objetiva y a gran escala, el impacto del ejercicio medido con dispositivos electrónicos en la prevención de la enfermedad coronaria y el pronóstico de pacientes ya diagnosticados.
La investigación, publicada en la revista Nature Cardiovascular Research, evaluó a más de 85.000 participantes del Reino Unido y abordó no solo la relación entre actividad y salud cardiovascular, sino también las diferencias entre mujeres y hombres respecto a estos beneficios.
La enfermedad coronaria es una afección en la que las arterias que abastecen de sangre al músculo cardíaco se estrechan o bloquean, en general por la acumulación de placas de grasa y colesterol en sus paredes. Esta reducción del flujo sanguíneo puede provocar dolor en el pecho, dificultad para respirar o, en casos graves, un infarto de miocardio.
Según los autores, la actividad física moderada o vigorosa, cuantificada por medio de acelerómetros de muñeca, se asocia con un menor riesgo de desarrollar enfermedad coronaria y una reducción de la mortalidad en pacientes con diagnóstico previo. La investigación halló que cumplir al menos 150 minutos semanales de ejercicio, el mínimo según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), reduce el riesgo de enfermedad coronaria en mujeres en un 22%, mientras que en hombres este descenso se sitúa en un 17%.
Las mujeres obtienen una reducción del riesgo de enfermedad coronaria del 30% con 250 minutos semanales de actividad, y los hombres logran el mismo valor con 530 minutos (Imagen Ilustrativa Infobae)Los resultados indican, de acuerdo con el documento, que “las mujeres lograron una reducción del riesgo de enfermedad coronaria del 30% con 250 minutos semanales de actividad física moderada o vigorosa, mientras que los hombres necesitaron 530 minutos semanales para obtener beneficios comparables”.
La investigación identificó también que cuanto mayor la frecuencia semanal de actividad, mayor el beneficio. Entre las mujeres que cumplieron con las recomendaciones diarias de ejercicio, la incidencia de enfermedad coronaria cayó de 5,2% a 1,5%, mientras que en hombres pasó de 10,2% a 4,7%.
El análisis abarcó no solo la incidencia de enfermedad coronaria en la población sin diagnóstico previo, sino también el riesgo de mortalidad por cualquier causa en personas con enfermedad coronaria establecida. En este último grupo, el estudio observó que las mujeres que mantuvieron niveles recomendados de actividad física registraron una disminución en el riesgo de muerte más pronunciada que sus pares masculinos.
La tendencia detectada en los datos sugiere que los beneficios se manifiestan en ambos sexos, aunque las mujeres alcanzan reducciones proporcionales superiores en el riesgo cardiovascular y la mortalidad. Además, el estudio documentó que una mayor cantidad de días de cumplimiento durante la semana se asocia con una caída progresiva en la incidencia de eventos coronarios y fallecimientos, lo cual refuerza la importancia de la constancia en la práctica del ejercicio físico para la prevención de la enfermedad coronaria y para el pronóstico en pacientes que ya la padecen.
El efecto de la constancia en el ejercicio físico es clave en la prevención y el pronóstico de la enfermedad coronaria en ambos sexos (Imagen Ilustrativa Infobae)El trabajo se apoyó en datos del UK Biobank, una base de salud poblacional del Reino Unido, e incluyó a 80.243 personas sin antecedentes de enfermedad coronaria y 5.169 pacientes ya diagnosticados, con edades promedio de 61,5 y 66,9 años respectivamente. Todos portaron durante una semana un acelerómetro de muñeca que recolectó información continua sobre la actividad física realizada.
Los especialistas analizaron los datos recopilados para calcular la duración, intensidad y frecuencia de los movimientos corporales. La variable principal fue el tiempo dedicado a actividades con un mínimo de 100 miligravidades de aceleración, lo que corresponde a ejercicio moderado a vigoroso, como caminar rápido, correr o nadar. Los investigadores cruzaron estos resultados con la aparición de enfermedad coronaria o el registro de fallecimientos por cualquier causa, usando modelos de riesgos proporcionales ajustados por factores demográficos, estilos de vida y condiciones médicas.
El equipo responsable de la publicación plantea que estos hallazgos ofrecen insumos para “estrategias personalizadas en la prevención de enfermedad coronaria usando dispositivos portátiles de medición”, un enfoque que podría ayudar a acortar la llamada “brecha de género” en el acceso y los efectos del ejercicio en la salud cardiovascular. La objetividad proporcionada por los dispositivos electrónicos representa, según el estudio, un avance frente a la subjetividad de los cuestionarios tradicionales empleados en investigaciones previas.
Adaptar las recomendaciones según el sexo puede potenciar la prevención, las mujeres requieren la mitad de tiempo de ejercicio para igual beneficio ( Imagen Ilustrativa Infobae)El trabajo subraya la importancia de adaptar las recomendaciones en función del sexo, ya que las mujeres obtienen beneficios equivalentes dedicando la mitad del tiempo a la actividad física comparado con los hombres, una diferencia que podría utilizarse para motivar la participación femenina en iniciativas preventivas. Además, el uso extendido de acelerómetros y otros dispositivos portátiles facilita la monitorización continua y la personalización en los planes de salud individual y pública.
Entre las limitaciones señaladas por el estudio se incluye la composición demográfica de la muestra, mayoritariamente residente en el Reino Unido, lo que podría limitar la generalización de los resultados a otras poblaciones. También se indica la necesidad de investigar en profundidad los mecanismos fisiológicos que generan las diferencias observadas y de validar los hallazgos en cohortes más diversas.
hace 10 horas
1







English (US) ·
Spanish (ES) ·