La temporada 7 de Black Mirror, la popular serie creada por Charlie Brooker, regresa con nuevas historias distópicas que exploran las implicaciones de la tecnología en la sociedad. En esta entrega, además de sus complejas tramas y reflexiones sobre el futuro, se destacan las locaciones reales en las que se grabaron los episodios. Las diversas localizaciones, que van desde entornos urbanos hasta paisajes naturales, desempeñan un papel esencial al aportar autenticidad y atmósfera a los relatos, haciendo que el espectador se sienta inmerso en los mundos distópicos que plantea la serie.
El episodio “Common People” explora la historia de una pareja que lucha por pagar los crecientes costos de un sistema de salud basado en suscripción. Aunque la trama tiene un enfoque futurista, las locaciones son fundamentales para dotar de realismo a la historia. Este episodio fue filmado en Vancouver, Columbia Británica, y varias de sus escenas clave se rodaron en lugares reconocibles de la ciudad.

Según Sportskeeda: “El trabajo se realizó en locaciones como la Escuela Primaria Queen Elizabeth en Vancouver, que representa el lugar de trabajo de Amanda, uno de los personajes principales". Además, la Asociación Suiza Canadiense de la Cordillera de Coquitlam se utilizó como el lugar ficticio del Juniper Inn, donde la pareja protagonista disfruta de un respiro en medio de sus problemas financieros. Estas locaciones canadienses, que combinan un entorno familiar con elementos futuristas, contribuyen a la atmósfera realista y emotiva del episodio.
El episodio “Bête Noire” se adentra en los dilemas de una ejecutiva atrapada en un mundo corporativo surrealista. Para este episodio, las locaciones fueron clave para construir el ambiente distorsionado de la empresa chocolatera Savorita y los contrastes entre la vida profesional y personal de la protagonista. Slough y Finchampstead, localidades en Berkshire, Reino Unido, fueron elegidas para representar estos dos mundos paralelos.

En Slough, se grabaron las escenas en el edificio que representa la sede de Savorita, específicamente en la calle 217 Bath Road. Por otro lado, la mansión Woolcombe Manor, situada en Finchampstead, sirvió de escenario para el hogar de Verity, el personaje que representa la vida opulenta en contraste con la protagonista, Maria, quien enfrenta su propia lucha personal y profesional. El uso de estas locaciones le da un tono realista al episodio, al mismo tiempo que mantiene la tensión entre lo ordinario y lo extraordinario.

“Hotel Reverie” es uno de los episodios más estilísticamente elegantes de la temporada, que juega con los temas de la inteligencia artificial y el glamour de la Edad de Oro de Hollywood. Aunque el episodio está ambientado en un hotel en El Cairo, la mayor parte de las grabaciones se realizaron en el Reino Unido. Kingston upon Thames, un distrito al suroeste de Londres proporcionó los interiores del hotel. Las habitaciones lujosas y la recepción fueron grabadas en diversas localizaciones de esta ciudad.
Shepperton Studios, en Surrey, también desempeñó un papel importante, al albergar un set construido especialmente para representar el hotel de lujo de la película en blanco y negro. Además, el exterior de la Casa Tudor Chenies Manor, en Buckinghamshire, aparece como el hogar de Dorothy, uno de los personajes principales, evocando aún más la atmósfera retrofuturista del episodio.

“Plaything”, protagonizado por Peter Capaldi, se centra en un hombre adicto a los videojuegos y su viaje surrealista por la realidad virtual. Las grabaciones se realizaron en varios lugares de Londres, en los que se busca transmitir una atmósfera urbana y distorsionada, acorde con el estado mental del protagonista. Entre las locaciones clave se encuentran Thamesmead, una zona de arquitectura brutalista al sureste de Londres, que representa el entorno sombrío y claustrofóbico en el que vive el protagonista.

Las escenas que muestran los efectos de su adicción se filmaron en el Museo de la Estación de Bombas de Walthamstow, donde se utilizó un vagón retro de la Línea Victoria de 1967. Este escenario, en el que el protagonista emprende un viaje en el metro bajo los efectos de sustancias, refleja de manera inquietante la alienación del personaje. El episodio también incluye tomas en el Bosque de Epping, una vasta área boscosa en los alrededores de Londres, donde el protagonista se enfrenta a las consecuencias de su obsesión con el juego.

En el episodio “Eulogy”, que trata sobre la memoria y el dolor, la historia tiene un tono introspectivo y emotivo. Las locaciones costeras de Kent, en el sureste de Inglaterra, fueron elegidas para representar los recuerdos del protagonista y las conexiones con su pasado. En Whitstable, una localidad costera famosa por su tranquilidad, se encuentra la Casa Beacon en la que vive Phillip, el protagonista. Esta casa de madera, situada en la playa de Tankerton, es un reflejo del aislamiento emocional del personaje.

Además, el muelle de Herne Bay, otro pintoresco sitio costero de Kent, se utiliza como un lugar significativo de su pasado, representando los recuerdos del personaje en su intento de encontrar la paz. Otros lugares en Londres, como el Shacklewell Arms y el Victoria Pub, también forman parte de las locaciones que dan vida a las escenas clave de este episodio.

El episodio final de la temporada, “USS Callister: Into Infinity”, retoma la historia de la nave espacial Callister y sus personajes digitales. Para crear los mundos de ciencia ficción dentro de este episodio, se utilizaron una mezcla de locaciones del mundo real y sets diseñados para representar los planetas digitales. Primrose Street, en Londres, sirvió como escenario para los exteriores de las oficinas de Callister Inc., una empresa ficticia de videojuegos.

En Buckinghamshire, el Parque Negro se utilizó para recrear un planeta boscoso en la que se lleva a cabo parte de la acción, mientras que el Mynnd Parys, en Gales, fue elegido por su apariencia alienígena, gracias a su antigua mina de cobre, que ofreció un entorno ideal para las escenas más fantásticas del episodio.
Las locaciones de la temporada 7 de Black Mirror no solo sirven para dar un contexto geográfico a cada episodio, sino que se convierten en una parte fundamental de la narrativa. Desde las calles de Vancouver hasta los paisajes desolados de Buckinghamshire, cada lugar ha sido cuidadosamente elegido para reflejar los temas centrales de cada historia, como la alienación, la tecnología y la distorsión de la realidad. La serie, conocida por su estilo visual único, sigue utilizando el entorno físico de manera innovadora para ofrecer una experiencia inmersiva que va más allá de la trama misma.