Las empresas europeas están en el limbo de la incertidumbre arancelaria de Donald Trump

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Una cadena de montaje enUna cadena de montaje en la fábrica de Volkswagen en Zwickau, Alemania, el 14 de marzo de 2024. Las exportaciones de Alemania a Estados Unidos han caído en los últimos meses. (Ingmar Bjorn Nolting/The New York Times)

Mientras los negociadores de la Unión Europea redoblan sus esfuerzos para conseguir un acuerdo comercial con Estados Unidos, las empresas europeas enfrentan una prolongada incertidumbre que hace que planear sea complicado, además de costoso.

La amenaza lanzada el sábado por el presidente Donald Trump de aplicar un impuesto del 30 por ciento a los productos importados de la Unión Europea pone ante las empresas unos niveles arancelarios que no se veían desde finales del siglo XIX. Lo peor, dicen muchos, es que se encuentran en el limbo, sin poder tomar decisiones sobre estrategia, contratación e inversiones.

“Seamos sinceros, una propuesta de arancel del 30 por ciento es, en la práctica, prohibitiva para el comercio mutuo”, dijo el lunes a la prensa en Bruselas Maros Sefcovic, Comisario de Comercio de la Unión Europea. “La incertidumbre actual causada por aranceles injustificados no puede persistir indefinidamente”, añadió.

La Unión Europea es el mayor exportador a Estados Unidos, con 600.000 millones de los 3,2 billones de dólares de importaciones anuales estadounidenses.

Un empleado trabaja en laUn empleado trabaja en la fabricación de un baúl Louis Vuitton en los talleres de Louis Vuitton en Asnieres-sur-Seine, cerca de París, Francia, 27 de marzo de 2024. REUTERS/Stephanie Lecocq

La reciente amenaza de Trump es más severa de lo que anticipaban las empresas europeas. Muchas asumían que los negociadores europeos llegarían a un acuerdo que incluiría el arancel inicial de Trump del 10 por ciento, al tiempo que trabajarían para obtener concesiones en sectores clave como el automotriz, el del acero y el aluminio. Desde abril, Trump ha amenazado con elevar el arancel sobre los productos europeos al 20 por ciento, y luego al 50 por ciento, antes de dar marcha atrás, confundiendo a los ejecutivos.

En última instancia, las empresas esperan un acuerdo más favorable, pero los costos de la política arancelaria errante aumentan cada día que pasa antes de la nueva fecha límite del 1 de agosto establecida por Trump.

“Incluso si las negociaciones terminan por evitar los nuevos aranceles más elevados, cuanto más demore llegar a ello, más daño económico se acumulará”, dijo Salomon Fiedler, economista del Berenberg Bank.

Muchas empresas son cautelosas a la hora de quejarse públicamente, especialmente las marcas europeas que son populares entre los consumidores estadounidenses. Los ejecutivos temen convertirse en blanco de la ira de Trump en redes sociales.

Sus socios comerciales en Estados Unidos también temen llamar la atención de Trump si se quejan de los precios más altos que tendrían que pagar, y que probablemente repercutirían en los consumidores estadounidenses.

Un empleado comprueba la calidadUn empleado comprueba la calidad de un jamón ibérico curado en Jabugo, España. Fotógrafo: Ángel Navarrete/Bloomberg

“Desde el punto de vista de relaciones públicas, las empresas no quieren verse en las publicaciones de redes sociales”, dijo Nadia Lovell, estratega sénior de acciones estadounidenses de UBS, durante una llamada con los medios de comunicación la semana pasada.

David Deissner, director de la Fundación para la Empresa Familiar, que representa a unas 600 firmas en Alemania, dijo que las compañías le están diciendo que la situación es como estar constantemente “cambiando del freno al acelerador”.

La confusión tiene a los ejecutivos europeos enfrentando un torrente diario de preguntas sobre dónde y cómo fabricar los productos destinados a Estados Unidos, y sobre si deberían absorber ellos mismos parte del costo de los aranceles para compartir la afectación con los clientes estadounidenses.

“Distintas empresas en la misma sala dicen cosas diferentes sobre lo que están produciendo y sobre cómo lo están produciendo” para evitar el impacto de los aranceles, dijo Eleonora Catella, subdirectora de asuntos internacionales de BusinessEurope, un grupo de presión que representa a las federaciones empresariales nacionales de todo el continente.

En particular, las empresas que fabrican maquinaria, ya sea para aviones, automóviles o refrigeradores, han estado considerando la posibilidad de trasladar parte de la producción a países con un arancel más bajo, o de enviar productos sin terminar para su montaje en Estados Unidos, dijo Catella.

Pero también temen que los países a los que trasladen la producción puedan enfrentar aranceles más elevados repentinamente, añadió Catella. “Saben que esto no es el final de la historia”, dijo.

La más reciente amenaza arancelaria de Trump expone a la economía europea a un mayor daño, aunque las empresas buscan formas de mitigar el impacto.

La Confederación Europea de Sindicatos advirtió el lunes de que unos aranceles del 20 por ciento podrían poner en peligro al menos 700.000 empleos en la Unión Europea, y eso es sin incluir los aranceles sectoriales sobre automóviles, acero y otros. Si el arancel del 30 por ciento impuesto por Trump a los productos europeos entrara en vigor, el impacto “sería aún más dramático”, señaló el grupo.

En Francia, las exportaciones a Estados Unidos podrían caer hasta un 2 por ciento, dijo en un informe el Instituto de Políticas Macroeconómicas e Internacionales de París, especialmente si se producen “anuncios sucesivos y contradictorios del gobierno estadounidense”. El gobierno francés está presionando a Europa para que acelere los acuerdos comerciales con varios países de Asia y Australia. Sin embargo, aunque las empresas francesas puedan vender más en otros lugares, eso “no compensa la pérdida del mercado estadounidense”, advirtió el estudio.

El Ministerio de Economía alemán dijo el lunes que se esperaba que los aranceles fueran un lastre para el crecimiento alemán en el segundo semestre del año. Las exportaciones alemanas a Estados Unidos cayeron más de un 13 por ciento en mayo respecto al año anterior.

Además, muchas empresas asumen que incluso si se cierra un acuerdo antes del 1 de agosto y se evitan los aranceles más elevados, este podría deshacerse en cualquier momento con una publicación de Trump en redes sociales.

“La montaña rusa de los aranceles va a continuar”, dijo Inga Fechner, economista jefa de comercio mundial del ING Bank. “Si Trump no está contento con las prácticas comerciales, siempre puede amenazar con más aranceles”.

© The New York Times 2025.

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