
La propuesta arquitectónica de Casa Sucre en Belgrano redefine la experiencia de habitar un departamento al priorizar la calidez y la conexión con el entorno.
Este proyecto, liderado por el arquitecto Federico Larroca Mendizábal, se traduce en un espacio donde cada detalle está pensado para generar una atmósfera acogedora y sofisticada, más allá de la mera funcionalidad.

Desde el ingreso, la luz natural se convierte en protagonista gracias a la orientación norte y a la integración de la zona social con un balcón terraza que ofrece vistas a un pulmón de manzana.

Las paredes en tonos suaves y terminaciones en yeso actúan como fondo para resaltar elementos como los pisos símil madera de tono claro, que aportan calidez, y las carpinterías de aluminio negro con doble vidrio hermético, que enmarcan las visuales y refuerzan el aislamiento.

La distribución interior favorece la fluidez: cocina, comedor y estar se integran visualmente, lo que amplifica la sensación de amplitud y permite que la luz recorra todo el ambiente. En la cocina, la elección de muebles de melamina texturada, mesadas de Silestone símil Carrara y bacha de acero inoxidable responde a una búsqueda de equilibrio entre practicidad y estética.

El confort se extiende a través de soluciones constructivas como en los balcones, un placard-lavadero resuelve el área de lavado con conexión para lavarropas y bacha de apoyo, optimizando el uso del espacio.

Los dormitorios, que comparten el mismo piso que el área social, incorporan vestidores completos en melamina texturada. Las puertas interiores son de madera, mientras que la de ingreso es metálica y de seguridad. Los zócalos de doble altura en PVC y los baños equipados con revestimientos claros y griferías de diseño completan la propuesta.

El trabajo de la interiorista Sofía Díaz de Vivar se manifiesta en la selección de una paleta de marrones, beiges y tonos tierra, que establece un vínculo natural con las maderas de muebles y mesadas.

En el toilette, un entelado aporta textura y carácter, mientras que el balcón, revestido en madera, refuerza la sensación de refugio urbano. Los textiles en fibras naturales, las lámparas que tamizan la luz y el mobiliario de líneas simples contribuyen a una atmósfera de serenidad contemporánea.

Este proyecto representa la convergencia entre la precisión arquitectónica y la sensibilidad del interiorismo, ofreciendo un espacio que no solo se habita, se experimenta plenamente. Más que un departamento, es un refugio contemporáneo donde cada elemento contribuye a la construcción de un verdadero hogar.
*Fotos por Cuino Lavia