Diseño de la colección “Fall 2022 Couture” de Rahul Mishra, símbolo del nuevo maximalismo que inspira el renacimiento del estilo socialite.El resurgimiento de la estética socialite ha marcado la pauta en la moda de este otoño, impulsando una ola de maximalismo, lujo y creatividad que trasciende generaciones y redefine el concepto de icono de estilo. Inspiradas tanto por figuras históricas como por las nuevas musas de la cultura pop, las tendencias actuales reinterpretan el glamour sin complejos que caracterizó a las élites de mediados del siglo XX, adaptándolo a los códigos contemporáneos y haciéndolo accesible a públicos diversos.
El fenómeno no es nuevo: desde los albores de los círculos de alta sociedad, la fascinación colectiva por quienes desafían los límites del vestuario ha sido constante. En el siglo XIX, la influencia de las socialités estadounidenses comenzó a eclipsar la de la nobleza europea, especialmente en ciudades como Nueva York. Figuras como Caroline Astor y Alva Vanderbilt se convirtieron en referentes, no solo por sus escándalos —como la disputa de Astor por el precio de vestidos de seda, terciopelo y plumas de avestruz en 1890, o la fastuosa fiesta de Vanderbilt en 1883 vestida de princesa veneciana—, sino por su capacidad de transformar la moda en un lenguaje de poder y pertenencia.
Abrigo de piel sintética multicolor presentado durante el desfile de Ashish en Londres, una oda a la autoexpresión y al glamour desinhibido.El auge de las socialités continuó durante el siglo XX, con personalidades como las Swans de Truman Capote —Babe Paley, CZ Guest y Lee Radziwill—, quienes revolucionaron la indumentaria de eventos nocturnos y almuerzos, explorando nuevas siluetas y acabados. Su influencia fue tal que se convirtieron en musas del escritor, y su legado demuestra que “el dinero nuevo de hoy es el dinero viejo de mañana”.
En este linaje destaca Jacqueline Kennedy Onassis, hermana mayor de Radziwill, quien entre las décadas de 1960 y 1980 consolidó su estatus como una de las mayores referentes de estilo. Su etapa como Primera Dama se asoció a trajes de falda Chanel, sombreros tipo pillbox y perlas, elementos que aún inspiran a mujeres en la política. Más adelante, adaptó su imagen a tendencias urbanas y desenfadadas, combinando prendas atemporales con acentos inolvidables como abrigos de leopardo, gafas de gran tamaño y vestidos bohemios estampados.
Gafas cat eye decoradas con perlas, uno de los elementos icónicos del resurgir socialite, que combina nostalgia y excentricidad.La moda socialite ha seguido diversificándose. Ejemplos recientes incluyen el minimalismo sofisticado y poco convencional de Carolyn Bessette Kennedy en los años 90, el desenfado de Paris Hilton con camisetas gráficas y el icónico vestido de malla metálica, o el ascenso de Sofia Richie Grainge como símbolo del “lujo silencioso” tras su matrimonio con el CEO de Atlantic Records, Elliot Grainge. Estas referencias históricas han sido reinterpretadas en pasarelas y colecciones actuales, demostrando la vigencia de su influencia.
En los últimos años, la moda inspirada en socialités ha experimentado un renacimiento masivo. Series como Succession impulsaron la tendencia del “lujo silencioso” en 2023, mientras que en 2024 se consolidaron propuestas más maximalistas: el fenómeno “ladies who lunch” vinculado a Feud: Capote vs. the Swans, la estética Palm Beach chic de Palm Royale y el auge del estilo “old money”. The White Lotus también ha dejado huella, con personajes como Tanya McQuoid —interpretada por Jennifer Coolidge— y Victoria Ratliff —a cargo de Parker Posey—, cuyas prendas, desde caftanes hasta joyas doradas y atuendos de cena llamativos, han generado momentos memorables y demostrado que el glamour refinado puede lograrse a cualquier precio.
Look de la colección de Issey Miyake en París, que combina arquitectura textil con dinamismo, reflejando el espíritu experimental del 2025.El año 2025 anticipa una consolidación de estos motivos retro. Las colecciones de otoño de Anna Sui, bajo el título “Madcap Heiress”, rescataron la opulencia de las socialités de los años 40 con pieles, estampados audaces y maximalismo de día y de noche. Tia Adeola celebró su décimo aniversario con vestidos y trajes adornados con plumas y conchas, homenajeando sus raíces nigerianas. Pamela Rolland presentó una temporada inspirada en Londres en el exclusivo Rainbow Room, mientras que diseñadores como Altuzarra y Kim Shui apostaron por texturas lujosas tanto para la calle como para eventos sociales.
El Met Gala de este año, con su temática de sastrería Black dandy, reafirmó la vigencia del maximalismo: desde la capa verde mar de Lupita Nyong’o hasta el sombrero vanguardista de Jodie Turner-Smith y el ribete de piel de Ugbad Abdi, la noche celebró el glamour sin reservas. “La promesa de ir más allá en los entornos de alto perfil es un principio clave del estilo socialite”, destaca el análisis de Byrdie.
Trench coat de leopardo de Dolce & Gabbana, parte de la colección Spring 2024 Ready-to-Wear, evocando el glamour rebelde de los años 60.Las tendencias nostálgicas también han regresado con fuerza. Vestidos y faldas de cintura baja, originados en la era flapper de los años 20, han resurgido, mientras que los bolsos de silueta este-oeste evocan la energía retrofuturista de los años 50. Las gafas de sol tipo cat eye y las perlas han sido renovadas, anticipando cómo los clásicos de las socialités se adaptarán a 2025.
La energía y el dramatismo son tan esenciales como las prendas mismas. El regreso de la dirección de movimiento en las pasarelas —visible en los desfiles teatrales de Christian Cowan, Wiederhoeft y Maison Margiela— y la colección de otoño de The Blonds, repleta de destellos y poses, incluso se filtró en las fotos de Taylor Swift para The Life of a Showgirl. En la calle y en redes sociales, figuras como Sabrina Carpenter, Jenna Ortega y Charli XCX han adoptado motivos texturales y extravagantes. Un caso polémico es el de Anna Delvey, quien ha convertido su tobillera electrónica en un accesorio de moda durante la semana de la moda y en Dancing with the Stars.
Vestido multicolor de Falguni Shane Peacock, ejemplo de la exuberancia que define la nueva era de la moda maximalista.En un contexto de noticias agitadas, la moda se ha convertido en un refugio escapista a través de olas maximalistas. Accesorios lúdicos como los de Labubus dominaron el verano, y con la llegada del frío, la tendencia apunta a vestirse para la vida fabulosa que se desea. El estilo socialite, aunque de raíces elitistas, se ha democratizado gracias a la creatividad: marcas contemporáneas y tiendas vintage ofrecen piezas decadentes y vanguardistas, desde zapatos refinados con detalles audaces hasta abrigos lujosos y siluetas llamativas. “Uno de los mayores atractivos de esta estética es la diversión de curar tu propio look a partir de tesoros existentes”, señala el equipo de Byrdie.
Más allá de las prendas, la clave está en la actitud. Muchas piezas de mediados de siglo pueden parecer anticuadas, pero las socialités originales las convirtieron en iconos, y esa energía puede aplicarse a cualquier tendencia. Ya sea a través de una sastrería impecable reinterpretada, combinaciones inesperadas o accesorios poco prácticos, el estilo socialite invita a construir una identidad personal a partir de referencias pasadas, presentes y futuras.
Grace Kelly en una icónica escena de High Society (1956), referente clásico del estilo socialite que sigue inspirando a diseñadores contemporáneos.La historia demuestra que las socialités siempre han impuesto sus propias reglas, y la tendencia actual sigue ese espíritu. Entre los elementos esenciales que definen este estilo destacan las perlas reinventadas —uno de los principales éxitos en joyería del año—, los abrigos y accesorios de pelo, los caftanes inspirados en The White Lotus, los vestidos largos con detalles sorprendentes, los sombreros pillbox con bordados o toques dramáticos, los conjuntos de sastrería ajustada, las gafas cat eye en múltiples versiones, los guantes de cuero o tul, los tacones con acabados artísticos y los bolsos de asa superior con siluetas intrigantes o detalles metálicos.
“El estilo socialite nunca muere entre las élites, pero ha vivido un resurgimiento masivo en los últimos años”, concluye el análisis de Byrdie, subrayando que la verdadera esencia de esta tendencia reside en la libertad de reinterpretar el glamour y la sofisticación a través de la autoexpresión.
hace 8 horas
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