
El estado de Nevada lanzó una advertencia sobre el transporte hacia el festival Burning Man, al recordar a los ciudadanos que ofrecer servicios de traslado sin licencia constituye un delito. La Nevada Transportation Authority (NTA) subrayó que ningún individuo puede cobrar por llevar pasajeros sin los permisos correspondientes, incluyendo a quienes conducen fuera de las aplicaciones de viajes compartidos.
El festival Burning Man, que se realiza anualmente en el Black Rock Desert, se ha convertido en un evento de congregación masiva. Según el censo de Black Rock City publicado por la organización del evento, en 2025 asistieron 72.000 personas. En su origen, Burning Man surgió como una reunión alternativa en 1986, pero ahora asisten desde participantes tradicionales hasta celebridades y personalidades influyentes.
El evento, que arranca este año el 24 de agosto y concluye el 1 de septiembre, implica la creación de una ciudad temporal denominada Black Rock City. Los asistentes desarrollan instalaciones artísticas y eventos comunitarios. El nombre del festival proviene de la quema de una figura de grandes dimensiones en la penúltima noche; la pieza es construida y posteriormente incendiada como ritual central del evento.

La NTA difundió un comunicado en el que advierte que proporcionar o solicitar transporte remunerado sin licencia supone una violación de la ley estatal. Incluso quienes aceptan pagos únicamente para cubrir gastos de combustible pueden recibir sanciones. Todd Park, comisionado adjunto interino de la NTA, afirmó en el boletín que: “Si estás ofreciendo un viaje solo para ayudar, eso es una cosa. Pero si estás cobrando dinero, aunque sea ‘solo para la gasolina’, puedes estar infringiendo la ley”.
La autoridad también aclaró que esta normativa afecta a conductores de aplicaciones de movilidad que aceptan efectivo fuera de las plataformas habituales. El comunicado explica que quienes conducen sin cobertura adecuada incurren en riesgo de responsabilidad personal en caso de accidente, pues se consideran conductores no asegurados y pueden enfrentar multas de hasta 10.000 dólares y el decomiso del vehículo.
Para evitar contratiempos, la NTA sugirió utilizar aplicaciones de transporte, taxis con licencia, líneas de autobuses o medios regulados. El Estado busca evitar que los asistentes terminen multados o con el automóvil remolcado, por lo que recalca la importancia de la responsabilidad cívica, un principio destacado de la cultura en Burning Man.

Cada año, el festival construye una metrópoli provisional en una extensión de 18 kilómetros cuadrados, donde los “burners”, como se autodenominan los asistentes, montan campamentos y edificaciones comunitarias. La organización enfatiza la inclusión como principio clave, pero el entorno del desierto de Black Rock, situado a más de 160 kilómetros al norte de Reno, presenta obstáculos. Las temperaturas alcanzan más de 37 grados Celsius (99 grados Fahrenheit) y existen riesgos de tormentas de arena que complican la movilidad, sobre todo para personas con discapacidad.
En respuesta, han surgido grupos como Mobility Camp, creado en el año 2000 por Dale Huntsman y dirigido por voluntarios, que facilitan la experiencia para quienes requieren asistencia. Este campamento provee estaciones de carga para equipos médicos y transporte accesible, como un remolque Gibson adaptado. Según National Geographic, en 2019, el 85% de los alojados en Mobility Camp reportaron una discapacidad. El espacio también acoge personas sin discapacidad que buscan un entorno tranquilo y sin presencia de sustancias.
El enfoque de accesibilidad no es exclusivo del Mobility Camp. Otras agrupaciones, como Da Dirty Hands y Blind Burners, ofrecen apoyo a personas sordas y a asistentes con discapacidad visual. Además, campamentos como Uni-Corny proporcionan opciones para quienes presentan alergias alimentarias. Existen recorridos en vehículos adaptados y actividades educativas sobre movilidad, incluyendo circuitos de obstáculos para sillas de ruedas.