
Detectar y eliminar las pulgas en gatos es fundamental para salvaguardar la salud de los animales domésticos y evitar complicaciones en todo el entorno familiar.
Estos parásitos, además de producir molestias, pueden transmitir enfermedades y afectar especialmente a los gatitos más jóvenes. Incluso los gatos que viven en interiores no están libres del riesgo de infestación.
Los expertos coinciden en que la vigilancia y el tratamiento temprano resultan claves para prevenir consecuencias más graves.

Existen varias señales que pueden ayudar a identificar la presencia de pulgas en gatos. Revisar regularmente el animal y conocer estos signos facilita la detección a tiempo.
Un cambio en los hábitos de higiene, como el lamerse o morderse sin pausa, suele ser el primer indicio. El gato puede perder pelo especialmente en la parte posterior de las patas, el cuello o la base de la cola.
La picazón intensa provoca que el gato se rasque insistentemente en áreas como el cuello, las axilas o la base de la cola, lo que puede llevar a irritaciones visibles en la piel.

Las picaduras de pulgas pueden causar enrojecimiento, inflamación, costras o pequeñas protuberancias.
En infestaciones severas, las pulgas pueden causar anemia. La debilidad y las encías de color pálido sugieren una posible pérdida de sangre.
El gato puede perder peso si contrae parásitos intestinales como la tenia al ingerir pulgas infectadas.

Muchos gatos rehúyen lugares donde detectan actividad de pulgas, como alfombras o muebles tapizados.
El malestar influye en el comportamiento, notándose mayor nerviosismo, irritabilidad o agresividad.
Aparecen motas oscuras en el pelaje o la cama del gato, que corresponden a los excrementos de pulgas.
Ante infestaciones avanzadas pueden verse pequeños insectos oscuros desplazándose sobre la piel, especialmente en la parte trasera y el vientre.
La revisión periódica del pelaje y el entorno del animal es esencial para identificar estos síntomas y actuar con prontitud cuando aparecen signos de pulgas.

El tratamiento debe incluir tanto al animal como al entorno. Se recomienda utilizar producto antipulgas específico para gatos, como pipetas, collares, pastillas o champús de uso veterinario. Los tratamientos adquiridos en supermercados suelen ser menos eficaces.
Hay que aspirar con frecuencia alfombras, tapizados, colchones y rincones del hogar. Lavar la cama y mantas del gato con agua caliente contribuye a eliminar huevos y larvas. Es necesario tratar a todas las mascotas presentes en la vivienda para evitar reinfestaciones, ya que la mayoría de los huevos de pulga permanecen en el entorno y no sobre el animal.
Los tratamientos veterinarios actuales ofrecen opciones eficaces que protegen frente a multiples parásitos, facilitando el control de la plaga y la prevención de futuros brotes.

La prevención requiere el uso de productos aprobados por veterinarios: pipetas, collares, sprays o polvos antipulgas especialmente diseñados para gatos. Mantener una limpieza regular evita la proliferación de estos parásitos en el hogar.
El aspirado frecuente y la higiene de textiles y rincones limitan las posibilidades de que las pulgas sobrevivan en el ambiente. Revisar con regularidad al gato permite detectar infestaciones en sus etapas iniciales.

La fumigación del hogar para eliminar pulgas debe realizarse únicamente con productos compatibles con la presencia de animales domésticos. Algunos ingredientes de los insecticidas pueden resultar tóxicos para los gatos, por lo que es esencial seguir las instrucciones del fabricante y del veterinario.
Durante el proceso de tratamiento y hasta que la vivienda esté bien ventilada, conviene mantener a las mascotas alejadas de las áreas tratadas. Ante la mínima duda, el asesoramiento profesional garantiza la seguridad del animal y los habitantes del hogar.