
La región norte del estado de Nueva York está ganando terreno entre quienes buscan un estilo de vida más asequible, saludable y conectado con la naturaleza. Según publicó World Atlas, un sitio especializado en contenidos sobre viajes y estilo de vida, existen diez localidades en esta zona que destacan por su calidad de vida, paisajes escénicos y una creciente infraestructura comunitaria. La tendencia refleja un movimiento demográfico donde muchas personas dejan atrás los grandes centros urbanos en busca de comunidades más pequeñas con un entorno más limpio y accesible.
Tal como informó Democrat and Chronicle, este cambio de residencia ya no responde solo al turismo estacional, sino a mudanzas definitivas. El interés por vivir en estas localidades se vincula a su costo de vida más bajo, su ritmo de vida más pausado y su riqueza cultural y natural. Estas comunidades ofrecen servicios, educación superior y actividades al aire libre durante todo el año, elementos cada vez más valorados en contextos posturbanos.
De acuerdo con la lista de World Atlas, las 10 mejores localidades para vivir en el norte del estado de Nueva York son Geneseo, Cazenovia, Hamilton, Saranac Lake, Potsdam, Lake Placid, Ithaca, Skaneateles, Saratoga Springs y Cooperstown. Cada una de ellas presenta una combinación distinta de historia, cultura, entorno natural y vida comunitaria.

Geneseo, en el condado de Livingston, es una localidad universitaria que alberga el campus del State University College at Geneseo. Reconocida como Monumento Histórico Nacional desde 1991, mantiene un ambiente tradicional, con un teatro antiguo que presenta funciones de cine y música. En las cercanías, el Museo Nacional del Avión de Guerra es un punto de interés familiar, mientras que el Long Point Park, a orillas del lago Conesus, ofrece zonas de recreación junto al agua.
En el condado de Madison se encuentran Cazenovia y Hamilton, dos localidades que combinan vida académica, naturaleza y patrimonio. Cazenovia, situada en el extremo sur del lago del mismo nombre, cuenta con un centro urbano activo, Cazenovia College y un fuerte compromiso con la preservación histórica y las artes. A poca distancia se encuentra el Parque Estatal Chittenango Falls, con una cascada de 51 metros, senderos y zonas para pasear o hacer picnic. La pesca y la navegación son actividades habituales en la zona.
Hamilton, por su parte, es sede de la Universidad Colgate. Fundado en 1795, el pueblo mantiene su arquitectura del siglo XIX y acoge un mercado semanal con productos locales y artesanías. La proximidad a Cazenovia permite disfrutar de recursos naturales compartidos, como el Embalse Eatonbrook, que atrae a aficionados al senderismo, la pesca y los paseos al aire libre.

Más al norte, dentro del Parque Adirondack, se encuentra Saranac Lake, una villa que abarca partes de los condados de Franklin y Essex. Aunque está cerca de la turística Lake Placid, conserva un ambiente menos concurrido y más íntimo. En invierno, ofrece posibilidades para esquí, ciclismo de montaña y raquetas de nieve en el Monte Dewey, mientras que en verano se convierte en un destino para caminatas y deportes acuáticos. Según World Atlas, también se distingue por su variedad de cafés, galerías y comercios locales.
Potsdam, en el condado de St. Lawrence, es reconocida por su historia ligada a la Edad Dorada y su tradición educativa, con instituciones como Clarkson University y SUNY Potsdam. La localidad se sitúa a las puertas de los Adirondacks y cuenta con parques como Postwood Park, que ofrece playa y zonas de baño en el río Raquette. Las actividades al aire libre, como el senderismo, el ciclismo y el esquí, forman parte del estilo de vida local.

Lake Placid, ubicada entre los lagos Lake Placid y Mirror Lake, ha sido sede de los Juegos Olímpicos de Invierno en dos ocasiones. Esta localidad combina su herencia deportiva con un entorno natural que permite practicar senderismo desde el centro del pueblo. La presencia de tiendas, restaurantes y actividades durante todo el año la consolidan como una comunidad activa en cualquier estación.
Ithaca, en el extremo sur del lago Cayuga, alberga dos instituciones de prestigio: la Universidad de Cornell y Ithaca College. El centro urbano, conocido como Ithaca Commons, es una zona peatonal con cafés, tiendas y espacios para la vida pública. La ciudad también es famosa por su geografía, atravesada por desfiladeros y cascadas. Entre los parques estatales cercanos están Buttermilk Falls, Robert H. Treman y Taughannock Falls, mientras que dentro del casco urbano destacan las Cataratas Ithaca y el sendero Cascadilla Gorge, con múltiples caídas de agua.

Skaneateles, situado a orillas del lago homónimo en el condado de Onondaga, conserva un distrito histórico registrado desde 1984, con edificios del siglo XIX. El lago Skaneateles, uno de los más altos de los Finger Lakes, es un punto central para actividades al aire libre. Entre sus espacios públicos se encuentran Clift Park, Thayer Park y Shotwell Memorial Park. Además, la localidad celebra cada diciembre un festival temático inspirado en las novelas de Charles Dickens.
Saratoga Springs, conocida por su vinculación con el hipismo, alberga el Salón de la Fama de las Carreras y el Centro de Artes Escénicas de Saratoga, además de manantiales minerales que históricamente han atraído visitantes por sus supuestas propiedades terapéuticas. La vida comercial y cultural gira en torno a Broadway Street, donde se encuentran tiendas, galerías y cafés.
Finalmente, Cooperstown, en el condado de Otsego, destaca por su papel en la historia del béisbol. Allí se ubica el Salón de la Fama del Béisbol Nacional y el histórico Campo Doubleday. La villa se asienta en las orillas del lago Otsego, conocido como “Glimmerglass”, y cada año acoge el Festival Glimmerglass de ópera y música. Su distrito histórico, registrado desde 1980, incluye más de 200 edificaciones, como posadas y una oficina postal en funcionamiento.
Según el informe de World Atlas, recogido por Democrat and Chronicle, estas localidades representan un nuevo tipo de destino residencial, donde la calidad de vida, el entorno natural y el dinamismo cultural se integran en una propuesta de vida cada vez más buscada.