La supremacía aérea de Israel en Irán marca una diferencia clave con la guerra en Ucrania

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Fotos de aviones de combateFotos de aviones de combate F-16 de la Fuerza Aérea Israelí despegando para interceptar los drones lanzados desde Irán (IDF)

La eliminación de la cúpula de inteligencia de la Guardia Revolucionaria iraní, junto con la destrucción de decenas de misiles tierra-aire en el oeste de Irán, marcó el momento en que Israel declaró haber obtenido el control del espacio aéreo sobre la región occidental de Irán, incluida Teherán, apenas 48 horas después de iniciar su ofensiva.

De acuerdo al diario The Wall Street Journal, este logro permitió a los aviones de combate israelíes operar directamente sobre territorio iraní, dejando de depender de costosos misiles de largo alcance y cambiando el curso de la campaña militar.

Esta supremacía aérea alcanzada por Israel contrasta con la situación en la guerra entre Rusia y Ucrania, donde, tras más de tres años y medio de conflicto, la fuerza aérea rusa no ha conseguido imponerse en el espacio aéreo ucraniano. Esta incapacidad ha obligado a las tropas rusas a estancarse en una guerra de trincheras, con pérdidas considerables desde el fallido intento de tomar Kyiv en febrero de 2022.

El medio estadounidense detalló que la diferencia entre ambos escenarios ha sido objeto de análisis por parte de estrategas militares de todo el mundo, quienes coinciden en que el dominio del aire resulta determinante para el éxito de cualquier campaña militar.

El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel, Eyal Zamir, explicó que en las últimas 24 horas se completó una ruta aérea hacia Teherán y se libró una batalla de penetración aérea. “Los pilotos de la Fuerza Aérea Israelí están volando a gran riesgo, a cientos de kilómetros de Israel, atacando con precisión cientos de objetivos distintos”, afirmó Zamir.

Aviones de combate de la Fuerza Aérea Israelí despegando para interceptar los drones lanzados desde Irán

El uso inicial de aviones furtivos F-35, adaptados con tecnología israelí, permitió neutralizar la mayoría de las defensas aéreas iraníes, lo que abrió la puerta a la participación de modelos más antiguos como los F-15 y F-16. Además, Israel comenzó a emplear bombas guiadas JDAM y Spice de corto alcance, mucho más económicas y abundantes que los misiles, lo que incrementó la capacidad de ataque.

El medio estadounidense subrayó que, a diferencia de la campaña rusa en Ucrania, la operación israelí en Irán carece de un componente terrestre convencional. Sin embargo, ambas guerras han puesto de manifiesto la importancia fundamental de la superioridad aérea.

El teniente general retirado de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, David Deptula, quien dirigió operaciones aéreas aliadas en Afganistán en 2001, declaró a The Wall Street Journal: “Las dos campañas muestran la importancia fundamental de la superioridad aérea para alcanzar los objetivos militares generales”. Deptula añadió que la ausencia de control aéreo en Ucrania ha derivado en un estancamiento y una guerra de desgaste, mientras que en Irán, la supremacía aérea israelí permite atacar sin restricciones en las zonas bajo su control.

El mariscal del aire británico retirado Martin Sampson, responsable de las operaciones aéreas británicas contra el Estado Islámico en Siria e Irak y actual director de la oficina regional del International Institute for Strategic Studies, señaló que Israel puede ahora utilizar todo su arsenal ofensivo de manera más eficiente y masiva. “El objetivo de la campaña israelí es destruir y degradar, e Irán no tiene esa capacidad”, afirmó Sampson, según publicó The Wall Street Journal.

El análisis de la campaña israelí revela que los planificadores militares aprendieron tanto de los errores rusos como de los aciertos ucranianos. No obstante, expertos coinciden en que la fuerza aérea israelí posee capacidades intrínsecamente superiores a las de Rusia, mientras que las defensas ucranianas resultan mucho más efectivas que las iraníes.

Michael Kofman, investigador principal de la Carnegie Endowment y especialista en fuerzas armadas rusas y ucranianas, sostuvo: “Israel logró sorprender y superar a las defensas aéreas iraníes, que eran un objetivo mucho más fácil que las ucranianas en casi todos los aspectos”. Kofman remarcó la enorme diferencia cualitativa entre las fuerzas aéreas de Israel y Rusia.

Tanto Irán como Ucrania enfrentaron la guerra con aviones de combate obsoletos, incapaces de sobrevivir a enfrentamientos aéreos con sus adversarios. Sin embargo, mientras que Ucrania logró organizar y dispersar sus defensas aéreas móviles tras recibir advertencias de inteligencia estadounidense sobre la inminente invasión rusa, Irán no tomó medidas similares.

Según The Wall Street Journal, la falta de preparación iraní se debió a una apuesta política errónea: durante décadas, Teherán invirtió poco en defensas aéreas y confió en el poder disuasorio de sus misiles y los de sus aliados regionales.

El principal elemento de disuasión iraní, la milicia Hezbollah en Líbano, fue diezmado por Israel el año anterior y quedó aislado tras el colapso del régimen de Bashar al-Assad en Siria. Los bombardeos israelíes sobre las defensas aéreas sirias abrieron un corredor aéreo que facilita el acceso de los aviones israelíes a Irán, según detalló The Wall Street Journal.

Las defensas aéreas ucranianas, compuestas principalmente por sistemas S-300 y Buk de origen soviético, resultaron mucho más robustas e integradas en 2022 que las iraníes, que dependen de una combinación de baterías S-300, sistemas chinos y desarrollos locales.

La sorpresa también jugó un papel decisivo: mientras que Ucrania dispersó sus defensas tras las advertencias estadounidenses, Irán fue tomado desprevenido, en parte por amenazas israelíes de atacar solo si fracasaban las negociaciones con Estados Unidos previstas para el 15 de junio. La ofensiva comenzó dos días antes, lo que descolocó a las fuerzas iraníes.

Equipos de operaciones especiales israelíes ingresaron de manera encubierta a Irán y destruyeron activos clave de defensa aérea con drones de corto alcance al inicio de la campaña, replicando tácticas que la inteligencia ucraniana había empleado semanas antes para destruir bombarderos estratégicos rusos. Al mismo tiempo, Israel logró eliminar a buena parte del liderazgo militar iraní, una acción facilitada por su superioridad en inteligencia.

El analista geopolítico israelí Michael Horowitz explicó al medio estadounidense: “Básicamente, lo que Israel hizo con Irán es lo que Rusia quería hacer con Ucrania: pensaron que podían ejecutar una operación encubierta, infiltrarse y decapitar al régimen”. Horowitz añadió que la sociedad ucraniana demostró una resiliencia que impidió tal desenlace, mientras que en Irán, la impopularidad del régimen facilitó la colaboración con Israel.

A pesar de los ataques israelíes, que han causado víctimas civiles además de bajas militares, Irán continúa lanzando salvas de misiles balísticos contra ciudades israelíes, provocando muertes y destrucción. No obstante el tiempo parece favorecer a Israel, al menos en el corto plazo.

El general retirado de la Fuerza Aérea de Estados Unidos Timothy Ray explicó: “Es una cuestión de números, y parece que Israel tiene la ventaja porque ahora puede atacar directamente los misiles que le disparan. La mejor forma de destruir un misil es cuando está en tierra, dentro de su contenedor, y no en el aire”.

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