Un conjunto de transmisiones de radio interceptadas por inteligencia ucraniana revela que altos mandos militares rusos habrían ordenado la ejecución de soldados ucranianos que se rendían durante enfrentamientos en la región de Zaporizhzhia. El contenido de los audios, entregado a CNN por funcionarios de Ucrania, coincide con imágenes captadas por un dron militar que registraron la ejecución de al menos dos combatientes ucranianos y la detención de otro.
Según reportó CNN, los audios forman parte de una serie de archivos analizados por expertos forenses y oficiales occidentales, quienes concluyeron que las grabaciones no presentan señales de manipulación y que se ajustan a otros registros previos sobre ejecuciones sumarias atribuidas a las fuerzas rusas. Las órdenes, emitidas entre las 12:05 y las 12:31 del 17 de noviembre de 2024, muestran un patrón sistemático. A las 12:22 p.m., una voz masculina, identificada como la de un comandante ruso, ordena:“Pregunten quién es el comandante. ¿Quién es el comandante? Pregunten. Capturen al comandante y maten a los demás.”
El episodio, actualmente bajo investigación por la Fiscalía General de Ucrania, habría involucrado a miembros de la unidad “Storm” del 394º Regimiento de Fusileros Motorizados del ejército ruso. La misma unidad fue vinculada previamente a otras ejecuciones extrajudiciales, incluida la decapitación de un prisionero ucraniano en la misma zona. “El caso evidencia una escalofriante sistematicidad en las prácticas de guerra rusa”, según analistas independientes.

Los fiscales ucranianos han abierto hasta el momento 75 investigaciones penales relacionadas con la ejecución de 268 soldados capturados, y denuncian que este tipo de prácticas ha aumentado en frecuencia desde 2022. Autoridades judiciales y militares sostienen que la proliferación de casos responde a órdenes de alto nivel dentro del Kremlin, aunque hasta el momento no se han encontrado documentos escritos que respalden esa hipótesis. Las pruebas se basan en múltiples interceptaciones orales similares.
El relator especial de Naciones Unidas sobre ejecuciones extrajudiciales, Morris Tidball-Binz, calificó el caso como una “grave violación del derecho internacional”. Afirmó a CNN que esta clase de crímenes no podrían repetirse con tanta frecuencia “sin el consentimiento o la orden directa del más alto mando militar, lo que en el caso ruso implica la Presidencia”.
Las imágenes aéreas vinculadas al caso muestran a seis soldados ucranianos boca abajo. A las 12:28 p.m., un soldado ruso, con uniforme y pasamontañas, se aproxima desde el follaje. Mientras tanto, desde la radio, el comandante insiste: “¡Lárguense! Tomen al comandante, eliminen a los demás”.

En el video, uno de los soldados ucranianos parece gesticular con las manos antes de ser ejecutado con un disparo en la cabeza. Acto seguido, el comandante vuelve a preguntar: “¿Los eliminaron? Una pregunta. ¿Los eliminaron? Una pregunta.”
Desde el terreno, una voz responde: “Arta, Arta, soy Beliy, recibido.” Y agrega: “Matamos a los jodidos demás.”
Otro combatiente ucraniano, aparentemente el comandante, es conducido lejos tras quitarse el chaleco antibalas. Segundos después, se ordena la retirada ante la detección de un dron sobrevolando la zona.
Expertos independientes consultados por CNN, como Robert Maher, profesor en la Universidad Estatal de Montana especializado en análisis forense de audio, validaron la autenticidad de los archivos. Asimismo, imágenes satelitales de la zona de Novodarivka coinciden con el terreno observado en el video.

El incidente se enmarca en una creciente documentación de crímenes de guerra atribuidos a Rusia desde el inicio de la invasión. “Las implicaciones de estas pruebas son significativas, tanto en términos jurídicos como políticos,” advierten analistas. Podrían comprometer eventuales negociaciones internacionales y afectar la postura de países aliados. La administración de Donald Trump fue mencionada por CNN por haber interferido en iniciativas del Departamento de Estado orientadas a documentar estos abusos.
Desde el inicio de la invasión en febrero de 2022, Rusia ha sido acusada en múltiples foros internacionales de violaciones sistemáticas del derecho internacional humanitario. Entre los crímenes documentados por organismos de derechos humanos y reportados por medios internacionales se incluyen ataques deliberados contra civiles, bombardeos a escuelas, hospitales y redes de energía, así como ejecuciones masivas como la registrada en Bucha, donde más de 400 cuerpos fueron hallados tras la retirada de tropas rusas.
Estas y otras denuncias han sido formalizadas ante la Corte Penal Internacional (CPI), que investiga posibles crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra cometidos en territorio ucraniano. La CPI ha emitido ya órdenes de arresto contra altos funcionarios rusos, incluido el presidente Vladimir Putin, por la deportación ilegal de niños ucranianos, considerada una violación grave de los Convenios de Ginebra.