“Los momentos más difíciles de nuestra vida contienen algo de belleza. No puedes tener una pintura sin contraste”.
Así lo afirma Miley Cyrus, con la seguridad de alguien que ha transitado el caos y la calma con la misma intensidad.
A sus 32 años, la cantante y compositora estadounidense ha experimentado múltiples transformaciones a lo largo de su carrera, desde su icónica etapa en Disney hasta su consolidación como una de las artistas más versátiles de la industria musical.
En una entrevista con Harper’s Bazaar, Miley habló sobre su identidad artística, sus nuevas inspiraciones y su próximo álbum visual, que promete ser una obra conceptual con un propósito claro: “Sanar a través de la música”.
Sentada en su casa de Los Ángeles, Miley muestra entusiasmada dos ejemplares de cofee table book (pesados, grandes fotos, más propicios para la mesa ratona que para la biblioteca; de ahí su nombre en inglés): Doll Parts de Amanda Lepore, una de las musas de la vida nocturna neoyorquina, y Fashion First de Diane Keaton, un homenaje al estilo andrógino de la actriz.
-Esta es mi vibra -dice tajante, señalándolos.

Desde sus días en Hannah Montana, Miley ha navegado entre opuestos. “Soy específicamente inespecífica”, afirmó con una sonrisa, aceptando que su naturaleza es contradictoria y en constante cambio.
Sin embargo, si algo ha permanecido intacto en su carrera es su compromiso con la autenticidad y su innegable magnetismo.
“Mucha gente está obsesionada con mantener una imagen fija, pero yo soy un camaleón”. Para Miley, reinventarse no es solo una opción, sino una necesidad.
Desde sus inicios como una estrella adolescente en Disney, ha pasado por múltiples metamorfosis: la famosa Hannah Montana (2006), la provocadora de Bangerz (2013), la rockera de Plastic Hearts (2020) y la diva elegante de Endless Summer Vacation (2023).
Según Bob Recine, su estilista y colaborador de confianza, este dinamismo es clave en su carrera. “A veces optamos por un look minimalista, otras veces llevamos su cabello al extremo, como en los Grammy 2024”, dijo. “Ella entiende que la moda solo tiene sentido si cambia”.
Pero su capacidad de adaptación no solo se refleja en su estética. Miley ha aprendido a moverse con inteligencia en la industria, tomando el control de su narrativa.
“Antes, las historias sobre mí siempre hablaban de una ex estrella Disney rebelde. Ahora, quieren etiquetarme como la chica mala que encontró la paz”, dijo con ironía. “Pero la realidad es más compleja que eso”.
En agosto de 2024, Miley recibió el título de Disney Legend, un reconocimiento que la coloca junto a otras figuras emblemáticas de la compañía.
“Definitivamente no fui creada en un laboratorio”, bromeó en su discurso. “Y si lo fui, había un error en el sistema entre 2013 y 2016. ¡Lo siento, Mickey!”.
Este premio marcó un cierre simbólico a su relación con la empresa que la catapultó a la fama. A diferencia de otros exestrellas infantiles que buscan desvincularse de su pasado, Miley ha optado por abrazarlo con humor y perspectiva.

Pero el verdadero momento de validación llegó en febrero de 2024, cuando ganó su primer Grammy. “He estado en esta industria toda mi vida y nunca esperé ese reconocimiento”, confesó. “Fue como recibir un abrazo de la comunidad artística”.
Miley ha pasado los últimos meses en el estudio trabajando en su próximo álbum visual, un proyecto ambicioso inspirado en grandes obras conceptuales como The Wall de Pink Floyd.
“Quiero que mi música sea como un psicodélico humano”, dijo. “No quiero que la gente me imite ni que se inspire en mí. Quiero que mi arte haga vibrar algo dentro de ellos”.
Entre sus referencias para este proyecto se encuentra el desfile de Thierry Mugler de 1995, un evento que Miley describe como “revolucionario”, y la película de terror Mandy (2018), protagonizada por Nicolas Cage.
De hecho, contactó a su director, Panos Cosmatos, para colaborar en la parte visual del álbum.

“El componente visual de este disco impulsa el sonido”, explicó. “Cada canción tiene una vibración sanadora, incluso si habla de desamor o pérdida. En el arte, la belleza y la oscuridad coexisten. No puedes tener luz sin sombra”.
La vida personal de Miley siempre ha estado en el ojo público, pero últimamente ha encontrado estabilidad en su relación con Maxx Morando, músico y productor.
“Él me hizo descubrir un montón de música que nunca había explorado”, contó Miley. “A veces escuchamos cosas súper cursis, como Drops of Jupiter, y otras veces nos sumergimos en el underground de Brooklyn”.

Maxx también ha sido una pieza clave en su nuevo álbum, coescribiendo y produciendo varias canciones.
“Siempre he trabajado con personas que amo”, dijo Miley. “Con mi papá, con mi exesposo, y ahora con Maxx. Me inspira profundamente”.
Miley ha aprendido a manejar la fama de manera distinta a lo largo de los años. Mientras que en el pasado disfrutaba la controversia, hoy valora más su privacidad.
“He visto lo difícil que es para los artistas nuevos”, dijo, mencionando a Chappell Roan, una cantante emergente que recientemente pidió a sus fans que respetaran su espacio.
“Yo no tuve que lidiar con TikTok ni Instagram en mis inicios. Ahora ni siquiera tengo la contraseña de mi cuenta”.
La relación de Miley con las redes sociales ha cambiado radicalmente. La mayoría de sus interacciones digitales ahora se reducen a los memes que le envía Maxx. “Él es como mi traductor de la cultura Gen Z”, bromeó.
Miley Cyrus ha sido muchas cosas en su vida: estrella infantil, ícono de la rebelión, diva del pop, rockera alternativa. Pero si hay algo que la define, es su comodidad con la contradicción.
“No puedes tener el cielo sin el infierno. No puedes tener luz sin oscuridad. Es yin y yang, todo al mismo tiempo“.
Su próximo álbum será una prueba más de su capacidad para reinventarse, manteniendo siempre su esencia. Mientras el mundo intenta encasillarla, Miley sigue demostrando que el cambio no es una fase, sino una forma de vida.