La noche en la que Denzel Washington intentó emborrachar a Michael Jordan antes de un partido clave y falló

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Denzel Washington intentó emborrachar aDenzel Washington intentó emborrachar a Michael Jordan antes de un partido clave entre Bulls y Lakers (REUTERS/Aude Guerrucci)

La rivalidad entre Hollywood y la NBA ha dejado anécdotas memorables, pero pocas tan singulares como la que Denzel Washington compartió en el programa Jimmy Kimmel Live en julio de 2018. El actor, reconocido seguidor de los Los Ángeles Lakers y dos veces ganador del Oscar, confesó que intentó emborrachar a Michael Jordan la noche anterior a un partido clave contra su equipo, en una cena posterior a uno de los encuentros más recordados de los Chicago Bulls.

Esta revelación, recogida por Fotogramas, ilustra la cercanía y el humor con el que las estrellas del cine y el baloncesto han compartido momentos fuera de los focos.

Durante la entrevista, Washington relató que, tras presenciar junto a Spike Lee el famoso partido en el que Jordan anotó una canasta histórica (juego 2 de las Finales de la NBA de 1991), ambos acudieron a cenar con la leyenda de la NBA. El actor explicó que, consciente de que al día siguiente los Bulls se enfrentarían a los Lakers, intentó que Jordan bebiera alcohol.

“Intenté emborrachar a Michael Jordan antes del partido para dejarlo fuera de juego, pero no funcionó”, declaró Washington en la conversación con Kimmel, según Fotogramas. El presentador, sorprendido por la confesión, preguntó si Jordan aceptó las copas. Washington detalló que el jugador “actuaba como si se lo llevara a los labios, y luego volvía a dejarlo sobre la mesa”, mostrando la determinación y el autocontrol que caracterizaban al astro del básquet.

Michael Jordan consiguió 6 anillosMichael Jordan consiguió 6 anillos de la NBA con los Chicago Bulls, siendo el primero de ellos ante Los Ángeles Lakers en la temporada 1990-1991 (REUTERS)

La anécdota de Washington se suma a una larga tradición de vínculos entre el cine y la NBA, una relación que ha dado lugar a colaboraciones y películas emblemáticas. Desde los años 80 y 90, títulos como Hoosiers: Más que ídolos, Los blancos no saben saltar, Todo por ganar, Space Jam y El juego sagrado han reflejado la pasión por el básquet en la gran pantalla.

En el siglo XXI, producciones como Juego de honor, Camino a la gloria, Garra y la española Campeones han continuado esta tendencia, consolidando el básquet como un tema recurrente en el cine, tal como destaca Fotogramas.

El intercambio entre ambos mundos no se limita a la ficción. Numerosas estrellas de la NBA han participado en películas, consolidando un auténtico puente cultural. Kareem Abdul-Jabbar apareció en ¿Y dónde está el piloto?, Michael Jordan protagonizó la icónica Space Jam junto a los Looney Tunes, y LeBron James retomó la premisa en Space Jam: una nueva era.

"Space Jam" se convirtió en"Space Jam" se convirtió en un ícono cultural al reunir a Michael Jordan y los Looney Tunes en una misma película

Shaquille O’Neal y Ray Allen también han tenido papeles destacados en el cine, mientras que Kevin Garnett y el español Juancho Hernangómez han interpretado versiones de sí mismos en producciones recientes. Esta interacción demuestra cómo la popularidad de la NBA trasciende las canchas y se proyecta en la cultura popular, según subraya Fotogramas.

El fenómeno se da también en sentido inverso: Hollywood ha aportado algunos de los aficionados más visibles y apasionados de la NBA. Jack Nicholson es un rostro habitual en la primera fila de los partidos de los Lakers, mientras que Will Smith apoya a los Philadelphia 76ers y Spike Lee se ha convertido en un símbolo de los New York Knicks, animando desde el Madison Square Garden.

En los últimos años, figuras como Timothée Chalamet han asumido el relevo generacional, mostrando su afición en los partidos de los Knicks y reforzando la conexión entre celebridades y básquet.

Al recordar su intento fallido de influir en el rendimiento de Jordan, Washington ofreció una reflexión cargada de humor y admiración. El actor reconoció la grandeza del jugador, dejando claro que, pese a cualquier artimaña, la leyenda de la NBA supo mantenerse imperturbable y brillar en la cancha. Así, la complicidad entre ambos mundos quedó sellada en una noche que, para Washington y los presentes, resultó inolvidable.

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