
La inflación en Estados Unidos se mantuvo moderada en mayo, con un ritmo anual de 2,4 por ciento, por debajo de lo previsto por los economistas, a pesar de la escalada de la guerra comercial impulsada por Donald Trump.
El informe de inflación publicado el miércoles mostró que los precios de juguetes, juegos y equipos de recreo aumentaron 2,2 por ciento en mayo, el mayor incremento mensual registrado en esa categoría, mientras que otros productos que habían bajado de precio desde la llegada de Donald Trump a la presidencia, como la electrónica de consumo, han subido aproximadamente 0,5 por ciento desde enero, según consignó The Washington Post.
El Departamento de Trabajo informó que la inflación anualizada se ubicó en 2,4 por ciento, mientras que el mercado laboral sumó 139.000 empleos en el último mes, superando las expectativas de los analistas. Estos datos sorprendieron a quienes anticipaban un repunte inflacionario y una desaceleración en la contratación, en medio de la incertidumbre generada por las políticas comerciales de la administración Trump, que incluyeron nuevos aranceles que luego fueron reducidos o pospuestos. El informe de inflación se conoció un día después de que negociadores de Estados Unidos y China anunciaran un marco para reducir aranceles y otras restricciones económicas, lo que sugiere una posible moderación en la confrontación comercial global.
Expertos como Krishna Guha, de Evercore ISI, señalaron que el impacto de los aranceles en la inflación y el empleo ha sido menor de lo esperado hasta ahora. Guha explicó que muchas grandes empresas se anticiparon a la imposición de aranceles acumulando inventarios, buscando proveedores alternativos, mejorando la productividad y presionando a mayoristas y distribuidores para que absorbieran parte de los costos adicionales. Por el momento, la mayoría de las compañías han evitado incrementos significativos de precios, a la espera de una definición sobre la continuidad de las amenazas comerciales de la administración Trump.
No obstante, The Washington Post advirtió que si los aranceles se mantienen elevados, los economistas prevén que el daño se manifestará con el tiempo, tanto en forma de precios más altos como de un menor crecimiento del empleo. Joe Brusuelas, economista jefe de RSM, afirmó: “Sin duda, las empresas están absorbiendo parte de los costos. Pero eso no cambia la realidad de que hay aumentos de precios en camino hacia la economía”. La resiliencia inesperada de la economía podría tener repercusiones políticas para la administración Trump y las elecciones legislativas de 2026, ya que el presidente y sus asesores han sugerido estar dispuestos a arriesgar una recesión para reequilibrar el sistema comercial global.

La guerra comercial provocó una fuerte contracción en el mercado bursátil y volatilidad en el mercado de bonos, afectando a inversores en todo el mundo. Sin embargo, la administración ha retrocedido en sus medidas más drásticas y se prepara para aprobar una reforma fiscal superior a 2 billones de dólares, que podría impulsar aún más la economía, según publicó The Washington Post. Estos desarrollos sugieren que Trump podría evitar un colapso económico repentino y que su partido podría atenuar las consecuencias políticas de una recesión, aunque eso implique reconocer que sus planes iniciales eran inviables.
La Casa Blanca celebró el informe de inflación como una señal de que “Estados Unidos está venciendo a la inflación” bajo el liderazgo de Trump. El presidente también reaccionó en su red social Truth Social, donde escribió: “¡Grandes números!”, y renovó su llamado a la Reserva Federal para que reduzca las tasas de interés en un punto porcentual completo. Trump argumentó que tasas más bajas se traducirían en menores costos de intereses sobre la deuda estadounidense, enfatizando: “¡Tan importante!”.

Desde enero, la Fed ha mantenido una postura de espera respecto a las tasas de interés, ante la incertidumbre sobre el impacto de las políticas de Trump, especialmente los aranceles, en la economía. Las autoridades del banco central han reiterado que están en condiciones de esperar mayor claridad sobre la evolución de la inflación y el crecimiento económico, a pesar de la presión constante del presidente para que bajen las tasas. El presidente de la Fed, Jerome H. Powell, declaró el mes pasado: “Si los grandes aumentos de aranceles que se han anunciado se mantienen, probablemente generarán un aumento de la inflación, una desaceleración del crecimiento económico y un incremento del desempleo”.
Se espera que la Fed mantenga las tasas estables la próxima semana por cuarta reunión consecutiva, con los mercados de futuros asignando casi un 100 por ciento de probabilidad a esa decisión. La mayoría de los inversores no prevé un nuevo recorte de tasas hasta la reunión de septiembre. La tasa de referencia a corto plazo de la Fed, que influye en los costos de endeudamiento de millones de consumidores y empresas, se sitúa entre 4,25 y 4,5 por ciento.
El informe de inflación también mostró que los precios excluyendo alimentos y energía, conocidos como “precios subyacentes”, aumentaron 2,8 por ciento anual, también por debajo de lo esperado por los economistas. En términos mensuales, los precios generales subieron apenas 0,1 por ciento. No obstante, The Washington Post reportó que los aranceles ya están reavivando la inflación en algunos rubros, como los juguetes, que en su mayoría provienen de China.
Ernie Tedeschi, ex economista principal en la administración de Joe Biden, indicó que varios bienes que habían bajado de precio desde la llegada de Trump, como la electrónica de consumo y los juguetes, han subido alrededor de 0,5 por ciento desde enero. Por su parte, Skanda Amarnath, director ejecutivo de Employ America, una organización de políticas públicas, explicó que la recuperación de las cadenas de suministro, tras las graves disrupciones causadas por la pandemia de covid, probablemente está atenuando el impacto de los aranceles en una amplia gama de precios. La inflación en la vivienda, en particular, se ha moderado debido a tendencias previas a la administración Trump que siguen beneficiando a los consumidores.
Amarnath también señaló que podrían pasar varios meses antes de que los aranceles se reflejen plenamente en los datos de inflación, posiblemente hasta finales del verano, ya que las empresas necesitan tiempo para decidir si trasladan o no los costos a los consumidores. “Hay muchos más rezagos en esto de lo que la gente cree. Hay muchos rezagos y problemas de latencia que la gente subestima”, afirmó Amarnath.
Algunas alzas de precios que los economistas anticipaban no se materializaron el mes pasado. Por ejemplo, los precios de la ropa bajaron 0,4 por ciento, mientras que los vehículos nuevos descendieron 0,3 por ciento. Ambas categorías se consideran vulnerables a presiones inflacionarias derivadas de los aranceles. En el caso de la industria automotriz, se espera que los aranceles eleven los precios de los vehículos en varios miles de dólares, tras la imposición de gravámenes del 25 por ciento a los autos importados por parte de la administración Trump. Aunque la Casa Blanca suavizó el impacto al evitar que los aranceles automotrices se sumen a otros impuestos sobre insumos como el acero y el aluminio, incluso los vehículos ensamblados en Estados Unidos enfrentarán mayores costos de componentes, según analistas citados por The Washington Post.
Si bien los aranceles buscan proteger a las industrias estadounidenses, suelen traducirse en precios más altos para los consumidores, lo que obliga a la Fed a determinar si la inflación responde a cambios puntuales en los precios o si es un indicio de sobrecalentamiento que requiere una política monetaria más restrictiva. A pesar de los datos sólidos, los responsables de la política económica consideran difícil evaluar la fortaleza de la economía, ya que la incertidumbre relacionada con los aranceles altera los patrones de gasto e inversión.
Durante el primer trimestre, el producto interno bruto de Estados Unidos experimentó una leve caída, atribuida principalmente a un aumento de las importaciones antes de los incrementos arancelarios previstos, un fenómeno que probablemente se revertirá. Aunque el mercado laboral se encuentra cerca del objetivo de máximo empleo de la Fed, el futuro permanece incierto. Las políticas comerciales y otras medidas de la administración podrían elevar la tasa de desempleo y la inflación en lo que resta del año, advirtió la gobernadora de la Fed, Adriana Kugler, en un discurso reciente. Kugler sostuvo que la actual estrategia de espera de la Fed es “apropiada en este momento” para alcanzar los objetivos duales de máximo empleo y estabilidad de precios.