El más reciente éxito surcoreano de Netflix, Bon appétit, majestad, ha conquistado al público internacional con una receta audaz: comedia romántica, viajes en el tiempo y alta gastronomía.
Tras su estreno el 23 de agosto, la producción escaló rápidamente en el ranking mundial: en su primera semana se ubicó en el puesto número 2 de las series de habla no inglesa más vistas (25 al 31 de agosto) y alcanzó el primer lugar en el Top 10 de varios países de América Latina.
La historia comienza en la Francia contemporánea, donde Yeon Ji-yeong (interpretada por Lim Yoon-a, integrante del grupo Girls’ Generation y protagonista de King the Land) está a punto de convertirse en la jefa de cocina de un restaurante con tres estrellas Michelin.

Su destino da un giro inesperado cuando, tras un extraño fenómeno que combina un eclipse solar y un antiguo texto coreano, la joven es transportada a la dinastía Joseon (1392-1910).
Allí se ve obligada usar sus habilidades culinarias para sobrevivir en la cocina real, bajo el mando de un monarca temido por todos.
El rey en cuestión es Lee Heon (interpretado por Lee Chae-min, un soberano de carácter gélido y exigente que, poco a poco, se convierte en el centro de un romance imposible.
La relación entre ambos evoluciona mientras Ji-yeong introduce técnicas modernas de cocina francesa en combinación con las tradiciones de la gastronomía cortesana coreana. El resultado: platos de fusión que sorprenden a la corte y, sobre todo, al refinado paladar del rey.
Al igual que muchos k-dramas recientes, la serie se inspira en una obra literaria digital.

Bon appétit, majestad adapta la novela web Surviving as Yeonsangun’s Chef, escrita por Park Guk-jae, según detalla Time Magazine. En dicha narración, la protagonista también viaja en el tiempo y se convierte en la cocinera personal del rey Yeonsangun, uno de los monarcas más controvertidos de la historia coreana.
Sin embargo, la versión televisiva decidió modificar este elemento clave: en lugar de usar directamente a Yeonsangun, la serie creó el personaje ficticio de Lee Heon.
Con ello, el guion establece cierta distancia con la crueldad histórica de aquel soberano, sin dejar de incorporar referencias a su reinado.
La ficción se ambienta de manera aproximada en el periodo en que gobernó Yeonsangun (1494–1506).

Considerado uno de los reyes más despiadados de Joseon, Yeonsangun pasó a la historia por sus purgas contra académicos, su censura de la lengua hangul y el cierre de instituciones educativas como la universidad real Sungkyunkwan. También prohibió templos budistas y mandó raptar a cientos de mujeres para convertirlas en “entretenimiento” para el palacio.
No obstante, se atribuye esta crueldad y drásticas medidas a una tragedia familiar: siendo joven, descubrió que su verdadera madre, la reina depuesta Yun, había sido ejecutada por envenenamiento tras un exilio forzado. Al intentar rehabilitar su memoria, el monarca se vengó con una ola de castigos y ejecuciones contra quienes consideró responsables de su desgracia.
Según Time Magazine, estos elementos históricos se reflejan parcialmente en Bon appétit, majestad. Por ejemplo, la serie incluye la redada de mujeres para la corte y la confiscación de tierras para cotos de caza, aunque siempre como telón de fondo de una trama que prioriza la fantasía romántica.
Más allá del romance y la intriga palaciega, la cocina se convierte en un personaje central de la serie. El director Jang Tae-yoo, reconocido por producciones históricas como Painter of the Wind y Deep-rooted Tree, explicó a The Korea Times que cada escena gastronómica fue diseñada con el mismo rigor de un concurso culinario televisivo.

Para lograrlo, se formó un equipo especializado que incluyó a expertos de la cocina real coreana, chefs occidentales y estilistas de alimentos. Incluso se asignó un asistente de dirección exclusivamente a la supervisión de los platos, con el objetivo de que la audiencia pudiera “saborear con los ojos” las recetas que aparecen en pantalla.
La protagonista Lim Yoon-a también se preparó a fondo: pasó tres meses en una academia de cocina, aprendió técnicas de corte, manejo de ingredientes y hasta contó con un consultor culinario en el set.
“Lo que más me atrajo del personaje fue su espíritu indomable, esa capacidad de no rendirse y perseguir sus sueños, incluso en un tiempo y un lugar completamente ajenos”, declaró la actriz en la conferencia de prensa de lanzamiento.
Bon appétit, majestad estrena dos episodios cada fin de semana en Netflix.