
Una pintura del maestro postimpresionista francés Paul Gauguin, cuyo propietario judío la vendió bajo presión tras huir de la Alemania nazi, permanecerá en un museo suizo en virtud de un acuerdo anunciado el martes. La pintura de 1884, La Calle, forma parte de la vasta colección de arte del difunto magnate armamentístico germano-suizo Emil Buehrle, lo que ha generado controversia por las acusaciones de que adquirió muchas de las piezas en circunstancias cuestionables durante la Segunda Guerra Mundial.
El anterior propietario de la pintura, el empresario judío alemán Richard Semmel, la vendió en una subasta en Ginebra en 1937 para mantenerse a sí mismo y a su esposa tras verse obligado a huir de la persecución nazi, según informó la Fundación Buehrle, que ahora custodia la colección del difunto magnate.
Buehrle, fallecido en 1956, dejó una vasta colección de cientos de piezas, incluyendo obras de Picasso, Van Gogh, Monet, Renoir, Cézanne, Rembrandt y Degas. Sin embargo, su fundación y el museo que alberga la colección, la renombrada Kunsthaus de Zúrich, han enfrentado acusaciones de que muchas de las pinturas fueron expoliadas durante el Holocausto o adquiridas a judíos obligados a venderlas bajo coacción.

La Kunsthaus contrató a expertos para rastrear el origen de las obras y el año pasado anunció la retirada de cinco pinturas, entre ellas “La Calle”, por temor al saqueo nazi. Sin embargo, la fundación informó que ha llegado a un acuerdo con los herederos de Semmel para continuar exhibiendo la pintura.
Las partes “llegaron a un acuerdo debido a las circunstancias vitales de Semmel y a su emigración como consecuencia de la persecución nazi”, declaró. La pintura permanecerá en la Colección Emil Buehrle y podrá seguir exponiéndose en la Kunsthaus de Zúrich. No se han hecho públicos los detalles del acuerdo.
Las herederas de Semmel son las nietas de Grete Gross, una antigua conocida berlinesa que lo cuidó en sus últimos años hasta su muerte, sin hijos y en la pobreza, en Nueva York en 1950.
Fuente: AFP