
Flavio Briatore no deja espacio para la diplomacia. En su regreso a la Fórmula 1 como jefe del equipo Alpine, el empresario italiano tomó una de sus primeras decisiones fuertes al prescindir del joven piloto australiano Jack Doohan, quien apenas disputó seis carreras antes de ser reemplazado por el argentino Franco Colapinto. Ante las críticas por la falta de tiempo que se les da a los novatos para desarrollarse en la máxima categoría, Briatore respondió con la frialdad que lo caracteriza: “Comenzamos la temporada con Jack Doohan; tenía cinco carreras para demostrar su valía. Después de cinco carreras, analizamos los resultados. Y no me gustó”.
Las declaraciones fueron realizadas en una entrevista exclusiva con los medios alemanes RTL/ntv y sport.de, en la que el veterano dirigente explicó sin rodeos los criterios detrás de su decisión. “La salida de Doohan no es ningún escándalo”, afirmó tajante.
Para Briatore, el rendimiento inmediato es la vara que determina la continuidad en la estructura. “Solo te quedás en una empresa si hacés un buen trabajo. Si hacés un mal trabajo, te despiden”, sentenció. Desde su mirada, los intereses del equipo están por encima de cualquier apuesta a largo plazo: “Tenemos dos pilotos que deben cumplir con su trabajo. Más de mil personas y sus familias dependen de ello. Solo protejo a quienes trabajan para mí. Por eso elijo al mejor piloto posible para el coche”.
El reemplazo de Doohan por Colapinto se concretó a partir del Gran Premio de Emilia-Romaña, disputado en Imola, y ya dejó conformes a los responsables de Alpine. “Si miran los tiempos del domingo, pueden ver que él —Colapinto— condujo un tiempo similar al de Gasly. Es la primera vez que nuestros autos han estado tan cerca el uno del otro”, destacó Briatore. De este modo, la actuación del argentino fue leída dentro del equipo como un primer respaldo a la drástica decisión tomada días antes.
Imola no fue solo la primera carrera de Colapinto como piloto titular de Alpine en 2025, sino también el nombramiento de Briatore como nuevo jefe de equipo. Su desembarco se produjo tras la renuncia de Oliver Oakes al cargo, anunciada luego del Gran Premio de Miami. El italiano, que hasta entonces se desempeñaba como asesor especial, asumió el mando en un momento crítico: Alpine marcha penúltimo en el Campeonato Mundial de Constructores, con resultados muy por debajo de las expectativas.

Consultado sobre su estilo de liderazgo, el empresario de 75 años no eludió comparaciones incómodas: “En un equipo de Fórmula 1 se necesita un dictador, quizás un dictador democrático. Se necesita alguien que sea responsable”, declaró. Su concepción de la autoridad dentro de una escudería revela una postura que combina control absoluto con cierta flexibilidad, pero siempre bajo la premisa de la eficacia inmediata.
Mientras tanto, Doohan ha sido relegado al rol de piloto reserva dentro de Alpine. El equipo, por su parte, atraviesa un proceso de transformación estructural: a partir del año próximo, Renault dejará de ser proveedor de motores y Alpine comenzará a utilizar unidades de potencia suministradas por Mercedes, una modificación que apunta a mejorar el rendimiento general del monoplaza y reposicionar a la escudería dentro del pelotón.
Briatore, con su estilo frontal y decisiones sin concesiones, ya dejó en claro cuál será el tono de su gestión. En un contexto en el que la paciencia escasea y los resultados mandan, su lógica empresarial se impone sobre los procesos de formación o la proyección de jóvenes talentos. “Elijo al mejor piloto posible para el coche”, repitió. Con esa premisa, su Alpine busca reconfigurarse y escalar posiciones en el Gran Premio de Mónaco.