
Seann William Scott, quien encarnó al inolvidable “Stifler” en la saga American Pie, continúa en un áspero proceso judicial con su exesposa, la diseñadora de interiores Olivia Korenberg. La batalla legal, en la que se disputa el pago de obligaciones a sus abogados, ha sacado a la luz los impresionantes ingresos y patrimonio del actor.
De acuerdo con documentos presentados ante la corte el pasado 18 de agosto, Scott, de 48 años, reveló que su salario mensual asciende en promedio a 110,000 dólares, a los que se suman otros 45,000 dólares en regalías y 31,000 dólares en dividendos e intereses.
Según reveló Us Weekly, el actor también declaró que mantiene 158,000 dólares en efectivo y cuentas de ahorro, además de una sólida cartera de 12.2 millones de dólares en acciones y bonos. A esto se suman 18.7 millones de dólares en propiedades, entre las que destacan tres casas en Los Ángeles.

Scott detalló otros bienes, como un Honda Passport de 55,000 dólares, un Mini Cooper de 30,000 dólares, joyas por 650 dólares, muebles valuados en 171,000 dólares y una colección de arte de 93,000 dólares.
El estilo de vida del actor también se refleja en sus gastos. Según los documentos judiciales, destina mensualmente alrededor de 59,039 dólares, que incluyen 15,000 en impuestos de propiedad, 5,000 en reparaciones, 2,500 en alimentos, 1,500 en restaurantes, 2,000 en servicios, 1,500 en ropa, 1,500 en entretenimiento y 500 en su teléfono celular.
El contraste entre sus ingresos actuales y lo que recibió en sus inicios es sorprendente.
Scott confesó que por American Pie (1999), película que recaudó 235 millones de dólares a nivel mundial con un presupuesto de apenas 11 millones, recibió apenas 8,000 dólares.

En una entrevista con el programa The Rich Eisen Show, el actor explicó entre risas: “Recuerdo que después me compré un Thunderbird usado por unos 5000 o tal vez 6000 dólares y pensé: ‘Oh, sí, bebé’. No sé qué pasó con los otros 2000 porque terminé trabajando en el zoológico de Los Ángeles vendiendo churros, así que tal vez fueron incluso menos de 8000”.
Años después, su cheque cambió radicalmente. Para American Reunion (2012), Scott y su coprotagonista Jason Biggs recibieron 5 millones de dólares cada uno, como consecuencia del impacto que la franquicia tuvo en su carrera.
Scott se casó con Olivia Korenberg en septiembre de 2019 en una ceremonia privada. Tras cuatro años juntos, el matrimonio se rompió en octubre de 2023, cuando el actor presentó la demanda de divorcio alegando “diferencias irreconciliables”.
La separación se formalizó en mayo de 2024, con un acuerdo inicial de custodia compartida de su hija de 5 años, Frankie.
Sin embargo, la relación posterior al divorcio estuvo lejos de ser pacífica. En abril de este año, Korenberg acusó a Scott de querer “desalojarla” de la casa de 3.3 millones de dólares que, según ella, él había adquirido para que viviera junto a su hija.

La diseñadora aseguró que el actor le había hecho creer que podría residir allí más tiempo, pero semanas después de revelarle su nueva relación sentimental, él la habría presionado para abandonar la propiedad.
Scott negó rotundamente las acusaciones. “Su decisión de vender no fue un acto de represalia y apoyó su nueva relación. Dijo que la decisión se tomó después de una conversación con sus asesores financieros”, argumentaron sus aboogados.
Aunque la corte rechazó la petición de Korenberg de obtener la custodia exclusiva y mudarse con su hija a más de 20 millas de distancia, el conflicto sigue abierto.
Actualmente, ambos discuten quién debe asumir los honorarios legales, que ya superan los 500,000 dólares pagados por Scott a su equipo de abogados.

El actor intentó evitar el juicio ofreciendo comprarle a su exesposa una vivienda cerca de su residencia en Venice, California. No obstante, según sus abogados, “simplemente no estaba interesada”.
Su defensa acusó a Korenberg de complicar innecesariamente el proceso: “Lo que inicialmente debería haberse resuelto de manera sencilla se transformó en un calvario cada vez más enredado por Olivia, quien repetidamente cambiaba de opinión”.
Ella, por su parte, insiste en que los honorarios son justificados y que, aunque no consiguió la custodia exclusiva, actuó en defensa del bienestar de su hija.