
La embajadora de Estados Unidos en Ucrania, Bridget Brink, renunció a su cargo en medio de las negociaciones de paz con Rusia. Se trata de la primera baja de un alto diplomático desde el regreso de Donald Trump al gobierno, el pasado 20 de enero.
La portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, confirmó la salida de la funcionaria, tras casi tres años de trabajo en el país, aunque no especificó los motivos detrás de su decisión ni la fecha en la que se hará efectiva su ausencia.
“La embajadora Brink ha sido embajadora en Ucrania durante tres años, en tiempos de guerra. Durante esos tres años, ha tenido un desempeño extraordinario y le deseamos lo mejor”, dijo Bruce durante su habitual conferencia de prensa, sin mencionar quién tomaría este puesto, clave en el conflicto bélico y las negociaciones en curso.

No obstante, en los últimos días, Bruce se mantuvo activa en sus redes sociales como representante de la Casa Blanca en Ucrania, condenando los ataques rusos en Kryvyi Rih, Kiev y otras ciudades.
Brink fue designada para el cargo en abril de 2022 por el entonces presidente, Joe Biden, poco después de que estallara la guerra. Pocas semanas después, abandonó su posición en Eslovaquia y se trasladó a Kiev para iniciar sus nuevas funciones.
La Administración de Donald Trump aseguró en las últimas horas que sigue completamente comprometida con alcanzar el fin de la guerra y un acuerdo satisfactorio para todas las partes, por lo que se presume que el regreso de la funcionaria “a casa” se debe a la continuación del conflicto, entre otros factores.
“Estamos trabajando para que esta guerra termine, y ese es nuestro objetivo. Esperamos, por supuesto, que nuestro trabajo continúe en ese sentido”, aseguró el Departamento de Estado.

Una de las principales promesas de campaña de Trump fue la de conseguir el cese de los enfrentamientos entre Ucrania y Rusia, para lo que inició una serie de contactos directos e indirectos con el Kremlin y el Gobierno de Kiev.
Semanas atrás, como parte de estas conversaciones, tanto Volodimir Zelensky como Vladimir Putin accedieron a una tregua sobre instalaciones energéticas, aunque desde su inicio se denunciaron reiteradas violaciones.
Asimismo, este primer punto se planteó con miras a extenderse sobre el mar Negro, aunque esto se vio frustrado por una serie de exigencias impuestas por la parte rusa, que también alcanzan a los socios europeos, quienes se negaron rotundamente a hacer lugar a ellas.
“Un alto el fuego en el mar no solo tiene que ver con la libre navegación y el suministro de alimentos por mar, sino ante todo con la seguridad general y el acercamiento a la paz“, explicó Zelensky y denunció, por tanto, que la postura de Putin es una clara muestra de que ”no quiere poner fin a la guerra (sino que busca) la manera de dejar la oportunidad de reavivarla en cualquier momento, con mayor fuerza“.

No obstante esta situación, el secretario de Estado, Marco Rubio, continúa trabajando con Arabia Saudita -que oficia de mediador-, como lo hizo la víspera, durante su reunión con el ministro de Exteriores, Faisal bin Farhan, en Washington.
(Con información de EFE y Europa Press)