La dura acusación de McLaren a Red Bull por el nuevo motor de Verstappen en Interlagos que impacta en la F1

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Lando Norris delante de MaxLando Norris delante de Max Verstappen, quien el domingo corrió con un motor nuevo

El reciente cambio de motor en el monoplaza de Max Verstappen durante el Gran Premio de San Pablo de Fórmula 1 ha generado inquietud en el seno de McLaren, especialmente en lo relativo a las implicancias económicas que podría acarrear para Red Bull. Este año, el límite presupuestario en la Máxima es de 135 millones de dólares, un monto que no contempla el salario de los pilotos ni de los ingenieros con cargos jerárquicos.

Andrea Stella, director ejecutivo de la escudería británica, manifestó su sorpresa ante la decisión de sus rivales de instalar una unidad de potencia completamente nueva en el coche del piloto neerlandés, y puso el foco en la posible repercusión de esta maniobra en el límite de gastos fijado para la temporada 2025.

El incidente se desencadenó tras una sesión de clasificación adversa para Verstappen, quien, tras cometer un error en una de sus vueltas, no logró superar la Q1 y se ubicó en la decimosexta posición. Ante la certeza de que el piloto partiría desde el fondo de la grilla, Red Bull optó por reemplazar íntegramente todos los componentes de la unidad de potencia Honda del RB21, lo que obligó a Verstappen a iniciar la carrera desde el pit lane. Esta decisión permitió también modificar la puesta a punto del monoplaza, ya que el coche dejaba de estar sujeto a las restricciones del parque cerrado.

Durante la competencia, el tetracampeón del mundo fue escalando posiciones con relativa facilidad, beneficiado por la diferencia de rendimiento respecto a la mayoría de los vehículos en pista. Finalmente, Verstappen logró alcanzar el podio, finalizando en la tercera posición, por detrás de Lando Norris (McLaren) y Kimi Antonelli (Mercedes).

Al término de la carrera, la prensa consultó a Andrea Stella sobre la posible ventaja que habría supuesto para Red Bull la introducción de un motor completamente nuevo y si McLaren habría adoptado una estrategia similar en circunstancias equivalentes. El directivo italiano expresó sus reservas respecto a la conveniencia de realizar un cambio de motor por motivos de rendimiento. “En términos de rendimiento, creo que la introducción de un nuevo motor en estos días —no sé cómo funciona para Honda—, pero en general, estos motores no muestran mucho deterioro con el kilometraje”, explicó Stella a la prensa.

Lando Norris y Max VerstappenLando Norris y Max Verstappen en el podio de Interlagos (REUTERS/Ricardo Moraes)

El responsable de McLaren profundizó en su análisis al afirmar que, en condiciones normales, los equipos no suelen reemplazar la unidad de potencia ni aceptar penalizaciones en la parrilla, ya que el beneficio en términos de prestaciones rara vez compensa la pérdida de posiciones. “Por eso, en general, no cambiarías un motor y no aceptarías una penalización o una pérdida de posiciones, porque normalmente el rendimiento conseguido no compensa realmente la pérdida de posiciones. Como he dicho, no sé cómo funciona la degradación de potencia en Honda”, declaró Stella a los medios.

No obstante, fue en el aspecto reglamentario y financiero donde Stella manifestó sus mayores dudas. El directivo planteó interrogantes sobre si el costo de la nueva unidad de potencia debería computarse dentro del tope presupuestario impuesto por la F1. “Para ser honesto, este tipo de cambio de motor es también un reto para el reglamento, porque me interesaría saber si el costo de este motor está ahora incluido en el tope presupuestario o no”, sostuvo Stella ante la prensa.

El directivo de McLaren consideró que, si el reemplazo de la unidad de potencia se realizó por razones de rendimiento, el gasto correspondiente debería formar parte del límite presupuestario. “Si el motor se ha cambiado por razones de rendimiento, debería estar incluido en el tope presupuestario, así que vamos a ver si es así o no. Quiero decir, yo no podré verlo, está todo en Red Bull, pero esa es también una de las razones por las que no lo haríamos, porque acabaría contando para el límite presupuestario. Sí, creo que eso es todo, no tengo mucho más que decir al respecto”, concluyó Stella ante los medios.

Las declaraciones de Andrea Stella ponen de relieve la complejidad de las regulaciones financieras en la F1 y abren interrogantes sobre la transparencia y el control de los gastos asociados a las unidades de potencia, especialmente en contextos donde el rendimiento deportivo y las restricciones presupuestarias convergen.

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