Los tropiezos de Powell desde que asumió en 2018 la dirección del Banco Central no son pocos, pero lo peor es que han sido muy graves.
La incógnita sobre el destino del jefe de la Fed es cada vez mayor. Esta semana circularon rumores en casi todos los medios de prensa sobre su supuesta renuncia. La noticia resultó ser falsa.
Sin embargo, ni Trump ni los republicanos están dispuestos a tolerar por mucho tiempo más el trabajo del encargado de la Fed, que se ha llevado el calificativo de “pésimo y terrible” por parte de la Casa Blanca.
Los planes de Trump
La semana pasada también circularon rumores en Washington de una destitución inminente de Powell por parte de Trump. Y cuando el río suena… piedras trae.
Incluso, los planes del Presidente van más allá de la posible dimisión a despido de Powell. Trump quiere, como ocurría en las primeras décadas del siglo XX, que la Reserva Federal sea un anexo del Departamento del Tesoro y no una entidad independiente.
En los últimos cuatro años, esa supuesta independencia se vio lastrada con la visible complicidad o simpatía de Powell con la agenda de extrema izquierda de la administración Biden, a pesar de que él lo negara e hiciera hincapié en la autonomía de esa institución.
Ahora, y bajo el segundo mandato de Trump, Powell lleva semanas en “capilla ardiente”, pero su cuerda se tambalea desde hace meses, incluso antes de que el nuevo inquilino de la Casa Blanca asumiera la Presidencia.
El viernes 25 de julio, Trump visitó las instalaciones del edificio histórico que alberga a la Reserva Federal en medio de acusaciones contra el actual guía de la Reserva Federal.
Powell no es ferviente partidario de las políticas económicas en Washington y se ha dado a la labor, al menos es lo que se percibe, de torpedear mediante justificaciones el avance de la agresiva plataforma del mandatario estadounidense, en especial sus medidas comerciales fundamentadas en aranceles para concretar nuevos acuerdos entre EEUU y decenas de socios comerciales; e impulsar un nuevo orden en el intercambio mundial.
Solicitud a la Justicia
La novedad oficial en los últimos días fue la solicitud al Departamento de Justicia de imputación de cargos contra el presidente del Banco Central.
La congresista republicana por Florida en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Anna Paulina Luna, remitió al presidente de la Reserva Federal , Jerome Powell, al Departamento de Justicia (DOJ) para que se le presenten cargos penales por mentir bajo juramento al Congreso.
Luna, veterana de la Fuerza Aérea de EEUU y representante del distrito 13, acusa a Powell de dos casos concretos en los que mintió al Congreso: la costosa y lujosa renovación del edificio federal en Washington que alberga a la institución y por tergiversar informes de mantenimiento de la sólida edificación.
El tema se ha convertido en un escándalo después de que Powell lleva casi un año bajo la lupa del entonces candidato presidencial republicano y vencedor después de las elecciones presidenciales en noviembre de 2024.
También de los principales asesores económicos de la Casa Blanca, pero Trump en muchas ocasiones ha dado segundas oportunidades o ha negociado cuando media un engorroso proceso legal -como en este caso- para despedir mediante un plumazo a Powell. De hecho, tiene que contar con los votos del Congreso a no ser que tenga motivos graves y debidamente probados para la destitución.
La demanda contra Powell, quien niega haber mentido, es por perjurio en dos ocasiones (reiterado), según una carta al DOJ obtenida por Fox News Digital y replicada por el sitio web Yahoo Noticias.
Las acusaciones ocurren después de que el presidente Donald J. Trump denunciara en reiteradas ocasiones su "pésimo trabajo al frente de la Reserva Federal", no de ahora, sino desde el 2020 cuando la pandemia de COVID-19 y durante el primer mandato del líder republicano.
En ese entonces, el inquilino de la Casa Blanca lo emplazó públicamente para que redujera a cero las tasas de interés y ejecutara otras medidas de urgencia al ver que Powell se mantenía distraído o confundido ante la enorme crisis sanitaria que desencadenó de forma automática en una recesión económica temporal.
Congresistas piden la dimisión de Powell
Senadores y representantes republicanos han pedido en las últimas semanas la renuncia o el despido de Powell al frente del Banco Central.
Powell se ha convertido en una piedra en el zapato de Trump y los republicanos, al defender con vehemencia en los últimos cuatro años las políticas erradas del presidente Joe Biden sobre el cambio climático.
La pasada semana circularon rumores en varios medios y en Wall Street de que Powell iba a ser despedido si no renunciaba a su cargo que concluye a mediados de 2026. Fue nominado primero por Trump en 2018, debido a que Powell se desempeñó como secretario Adjunto y Subsecretario del Departamento del Tesoro durante la presidencia de George H. W. Bush.
Ese año, Powell fue aprobado por el Senado de Estados Unidos para dirigir la Junta de Gobernadores del Sistema de la Reserva Federal y el 23 de mayo de 2022 juró su segundo mandato, tras ser propuesto por Joe Biden.
Antes de unirse a la administración Bush, Powell trabajó como abogado y banquero de inversiones en la ciudad de Nueva York. Es graduado en Ciencias políticas en la Universidad de Princeton en 1975 y obtuvo el título de abogado de la Universidad de Georgetown en 1979.
Años previos a su primer nombramiento para dirigir la Reserva Federal fue profesor visitante en el Centro de Política Bipartidista en Washington D.C. e impartió conferencias en cuestiones fiscales estatales y federales.
Cómplice de la inflación
Powell, junto a Yanet Yellen, la secretaria del Tesoro en la administración Biden, fue cómplice directo de la escalada inflacionaria en EEUU desde marzo de 2021; la peor en las últimas cinco décadas.
El presidente de la Fed, en ese entonces, se mantuvo indiferente durante un año frente a las aceleradas subidas mensuales de la inflación. Powell, abogado y banquero de oficio y no economista, culpó incluso a los republicanos de "fomentar el temor" y supuestas "falsedades" sobre la inflación y sus graves consecuencias.
Un año después la crisis de precios subió de manera oficial al 9,1%, pero economistas independientes y conservadores afirman que la cifra se ubicó realmente entre un 11% y un 13%; los más críticos hablan hasta de un 16%.
"El 25 de junio de 2025, el presidente Powell prestó juramento ante la Comisión de Banca, Vivienda y Asuntos Urbanos del Senado de EEUU sobre la renovación del edificio Eccles de la Reserva Federal. En sus declaraciones, hizo varias afirmaciones falsas", afirma la carta de Luna enviada al Departamento de Justicia que dirige la fiscal general Pam Bondi.
Concretamente, le acusó de mentir sobre los lujosos servicios del edificio Eccles de la Reserva Federal y de tergiversar su estado de conservación.
"Por separado, en una carta al director de la Oficina de Gestión y Presupuesto (OMB), Russell Vought, el presidente Powell calificó de menores los cambios que elevaron el costo del proyecto de 1.900 a 2.500 millones de dólares. Sin embargo, los documentos examinados por los investigadores del Congreso indican que el alcance y los sobrecostos de este proyecto no fueron menores ni en naturaleza ni esencia", escribió Luna.
La contradicción de Powell
La misiva indica que la afirmación del jefe de la Fed de que el aumento de costos era para simplificar la construcción y evitar más retrasos, es absolutamente falsa.
"Se contradice en su informe de presentación final de la Reserva Federal a la Comisión de Planificación de la Capital Nacional (NCPC) y con las afirmaciones realizadas en la carta original del director Vought al presidente Powell", escribió la representante federal republicana.
"Según esos registros, el plan revisado incluye un comedor privado VIP, acabados de mármol de primera calidad, ascensores modernos, elementos acuáticos y un jardín en la azotea, características que Powell negó públicamente que existieran. Aunque Powell presentó los cambios como simplificaciones, los planos reales del proyecto sugieren lo contrario".
La semana pasada, Luna anuncio en la plataforma X que se referiría a Powell y haría un anuncio público.
El perjurio, si se presentan cargos y se condena, puede castigarse con hasta cinco años de prisión, además de multas.
El medio especializado Mortgage Professional informó que Powell negó todas las acusaciones de perjurio y ha dirigido una investigación formal de vigilancia sobre los costos del proyecto de renovación del Edificio Eccles.
Otro capítulo: fondos públicos para propaganda anti-EEUU
Lo que menos busca Trump en estos momentos es algún tipo de desgaste político que lo desvíe de sus proyectos, pero tampoco se encuentra dispuesto al exceso de tolerancia con las campañas de la extrema izquierda, como ocurrió en su primer período presidencial.
Y en gran parte esa propaganda anti-conservadora, anti-EEUU y anti- Trump la ejecutan los medios de prensa liberales, cuyo funcionamiento y supervivencias dependen de subsidios federales otorgados por los demócratas para encajar en la opinión pública intereses partidistas y moverla en la dirección que desean.
El controversial “filántropo” o magnate activista político, George Soros, ha jugado durante décadas con el dinero de los contribuyentes para operar emisoras de radio, periódicos, cadenas de televisión y grupos de inversión para fines ideológicos del radicalismo de izquierda. Ha combinado su fortuna con agujeros federales para extraer fondos públicos y financiar medios de prensa y movimientos políticos dentro y fuera de Estados Unidos. Ucrania fue uno de sus grandes experimentos. Ahora ha dejado a su hijo Alexander al frente de su misión ideológica subversiva.
Pero la Casa Blanca prometió un giro de 180 grados a esta situación y retirar todos los fondos de los contribuyentes a grupos políticos, élites y medios que propagan agendas antioccidentales y antiestadounidenses.
Cientos de televisoras y radios en todo Estados Unidos corren el riesgo de desaparecer, después de que el presidente Donald Trump lograra eliminar la financiación federal para medios públicos, a los que acusa de tener un amplio sesgo ideológico.
El Congreso en Washington aprobó la eliminación de 1.100 millones de dólares ya asignados para los próximos dos años a la CPB, la corporación “sin fines de lucro” que gestiona los fondos federales para gran parte de la radiodifusión pública.
Creada en 1967, la CPB financia parte del presupuesto de NPR y PBS, pilares nacionales de la radio y la televisión que se han convertido en “enemigos internos de EEUU”, como lo han reiterado los republicanos y el propio Trump.
La medida de la Casa Blanca también afectará a unas 1.500 emisoras de radio y televisoras locales desde Nueva York a Alaska, la gran mayoría con líneas bien delimitadas de difusión y plataformas de ultraizquierda.
"Sin financiamiento federal, muchas estaciones de radio y televisión públicas locales se verán obligadas a cerrar", advirtió la presidenta de la CPB, Patricia Harrison.
La emisora Prairie Public de Dakota del Norte estima que podría perder el 26% de su presupuesto por la combinación de recortes en las ayudas estatales y de la CPB. Para Vermont Public, están en juego cuatro millones de dólares en los próximos dos años.
Medios de prensa de izquierda
"Tendremos que tomar decisiones muy difíciles sobre los programas que podremos mantener y los que tendremos que cortar", resumió a la AFP Ryan Howlett, de la Sociedad de Radiodifusión Pública de Dakota del Sur (SDPB), que supervisa una decena de radios y otras tantas televisoras locales.
Trump, que califica a los medios de "mentirosos" y "enemigos del pueblo", ordenó a principios de mayo el fin de las ayudas a NPR y PBS.
"Son medios de comunicación partidistas y de izquierda financiados por los contribuyentes, y este gobierno no cree que sea un buen uso del tiempo y dinero de los contribuyentes", señaló la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.
La credibilidad de estos medios se hundió aún más en los últimos cuatro años del gobierno extendido de Barack Obama con Biden de rostro legal en Washington.
El uso reiterado del bolígrafo automático o “autopen” en la Oficina Oval y sin la presencia física en múltiples ocasiones por el estado de salud mental de Biden, está bajo una investigación. El propio Biden reconoció el uso de este método sin su presencia física y dijo que “estaba al tanto de lo que se iba a firmar”.
Con el nuevo gobierno comienzan a salir a la luz pública las acciones ilegales de los demócratas y sus artimañas para ocultar verdades a los estadounidenses, mediante la manipulación de informaciones para lo cual se prestaban estos medios de prensa que sobrevivían prácticamente con el dinero público a cambio de vender su identidad, auto sellar la libertad de expresión, la confianza y respeto de la audiencia a un periodismo serio y responsable.
La cadena CBS tuvo que desembolsar 15 millones de dólares para Trump por difamación, después de la publicación tergiversada de una entrevista a la vicepresidenta Kamala Harris.
Meta, la empresa matriz de Facebook, WhatsApp, Threads e Instagram, acordó pagar una indemnización de 25 millones de dólares a Trump para terminar con las acciones legales que emprendió el mandatario estadounidense después de que fuera censura en estas plataformas digitales siendo aún el presidente en funciones en 2021.
En las cortes hay otras demandas en proceso.
Trump acusó a la encuestadora Ann Selzer, al periódico Des Moines Register y a su empresa matriz Gannett por encuestas preelectorales antes y el día de los comicios, que lo situaban en desventaja en el estado de Iowa frente a su oponente Harris.
El famoso periodista Bob Woodward, de la cadena CBS, enfrenta un proceso legal por difundir los audios de las entrevistas grabadas con el presidente. Woodward -quien desveló el escándalo Watergate que hizo caer a Richard Nixon en 1974- estaba autorizado a grabarlas con fines periodísticos, pero no a propagar los audios.
La CBS, por su parte, fue demandada por entrevistas y campañas de descrédito a Trump para favorecer a Kamala Harris.
Trump calificó el proceder de "un intento descarado de interferir en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024".
El último capítulo es acción legal contra el diario The Wall Street Journal por 10.000 millones de dólares por publicar una carta que supuestamente Trump envió al condenado y muerto en prisión de forma muy extraña y oscura, el magnate Jeffrey Einstein. Trump asegura que esa carta fue inventada y no es suya.
En el centro de un gran escándalo político se encuentra Barack Obama, a quien se le investiga y que nuevos directivos de agencias de inteligencia han revelado que tienen pruebas suficientes para llevar ante la justicia al expresidente por la farsa de Rusia vinculada a Trump y las elecciones de 2016, entre otras implicaciones.
Tergiversar datos
También se habla de la tergiversación de datos económicos y registros financieros durante los gobiernos de Obama y Biden. La prensa sirve de vocera y eco, mientras también funciona como una tumba sellada se trataba de los demócratas.
Ante los ojos de millones de consumidores estadounidenses y un año antes de las elecciones presidenciales de 2024, la inflación -sin una caída real y perceptible de precios con excepción del combustible- comenzó a "descender" mes tras mes como por arte de magia, y el presidente de la Reserva Federal a bajar las tasas de interés en tres ocasiones antes de noviembre. Hasta que se aproximó el inminente triunfo electoral de Trump y con él la “parálisis” de Powell.
La última disminución de la tasa referencial del Banco Central fue en septiembre; es decir, han pasado casi 10 meses desde esa fecha y la Fed se refiere a una posible disminución de otro famélico 0.25% hacia [finales de 2025].
No obstante, las estadísticas sobre precios, el comportamiento del mercado laboral, cero impresión de billetes, los nuevos pactos arancelarios, más de 5 billones (trillions) de dólares en acuerdos de inversión y una producción récord de crudo que ha llevado en seis meses los precios del petróleo a cerca de los 60 dólares el barril desde más de 100 dólares en el gobierno de Biden (y entre los $70 y más de $80 en sus últimos dos años), incrementan las presiones sobre la Fed o Banco Central, cuyo presidente se muestra reticente frente a la mayor transformación económica de EEUU en la era moderna.
FUENTE: Con información de AFP.