
Una perrita de apenas 8 meses, llamada Renee Marie Norwood, enfrenta una dura batalla contra el tétanos, una infección causada por la bacteria Clostridium tetani que afecta el sistema nervioso y provoca contracciones musculares severas.
El refugio Rescate de Animales Callejeros de St. Louis (Stray Rescue of St. Louis), el cual está a cargo del cuidado de la cachorra, dio a conocer esta noticia a través de su cuenta de Instagram y anunció que será necesaria una amputación para salvarle la vida.
Mientras se prepara para la cirugía, Renee recibe un tratamiento integral que incluye cuidados médicos especializados y medicamentos para manejar el dolor, con el objetivo de aliviar su sufrimiento y estabilizar su condición.

Desde que contrajo la enfermedad, la cachorra ha enfrentado numerosos retos derivados de la gravedad de sus heridas y la complejidad de su condición, ya que requiere atención especializada y un enfoque multidisciplinario para optimizar su recuperación y minimizar posibles complicaciones.
La lesión más grave afecta una de sus patas, donde el tejido se encuentra completamente desollado y el hueso está expuesto, una herida que permanece abierta desde hace semanas y le causa un intenso sufrimiento.
Debido a esto, el refugio Rescate de Animales Callejeros de St. Louis (Stray Rescue of St. Louis) indicó a través de su cuenta de Instagram que “será indispensable realizar una amputación completa de esa extremidad tan pronto como el estado general de la perrita se estabilice y esté preparada para la cirugía.
Sin embargo, existen señales alentadoras, ya que el tétanos es una infección tratable con antibióticos cuando se detecta a tiempo, lo que genera esperanza de que este sea el caso.
No obstante, la rigidez de esta condición causa malestar en su mandíbula y dificulta su alimentación, motivo por el cual se le suministra la comida en forma líquida para facilitar su ingesta, según información del refugio de rescate de Animales Callejeros.
El refugio aprovechó este espacio para convocar a la solidaridad y al apoyo de la comunidad, resaltando que la recuperación de Renee depende en gran medida del compromiso conjunto de quienes la acompañan y contribuyen a su ciudad, invitando a los internautas a realizar donaciones para continuar financiando el tratamiento de la perrita.

La infección se presenta cuando las esporas de la bacteria C. tetani, presentes en el ambiente (sobre todo en tierra, polvo y heces de animales) penetran en una herida, de acuerdo a información de los hospitales veterinarios VCA.
En un principio no genera problemas en el tracto digestivo ni en la piel de los perros, pero en un ambiente con bajo nivel de oxígeno, como el interior de una herida profunda, puede multiplicarse rápidamente y liberar la toxina llamada tetanospasmina, la cual invade los nervios cercanos y asciende hasta la médula espinal y el cerebro.
Los signos clínicos suelen manifestarse entre 5 y 10 días después de la lesión, aunque en algunos casos pueden aparecer tan pronto como a los 3 días o hasta 3 semanas luego de la exposición.
El tétanos en perros puede presentarse de dos formas:
- Tétanos localizado: Es la forma más común. Se caracteriza por rigidez y temblores musculares en la extremidad o zona cercana a la herida. Esta forma puede progresar a tétanos generalizado, aunque no siempre ocurre.
- Tétanos generalizado: Afecta varias áreas del cuerpo, haciendo que el perro camine rígido, mantenga la cola erguida o extendida y adopte una postura característica, llamada de “caballete”, con las patas rígidas y extendidas.
Los músculos faciales también se afectan; es común observar el tercer párpado elevado, una frente arrugada por espasmos y los labios retraídos en una expresión conocida como “risus sardonicus” o “sonrisa siniestra”. Las mandíbulas permanecen cerradas rígidamente, lo que se denomina trismo o “lockjaw”. Esto puede dificultar la deglución, provocando dificultad para alimentarse y babeo excesivo.
En algunos casos, los espasmos musculares afectan la garganta o el diafragma, complicando la respiración. También es frecuente la fiebre, causada por el calor generado por la contracción muscular constante y no directamente por la infección bacteriana.