La conexión entre el cerebro y el corazón: cómo las emociones impactan en la salud cardiovascular

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Estados emocionales extremos pueden precipitarEstados emocionales extremos pueden precipitar el síndrome del corazón roto, una condición que genera un debilitamiento temporal del músculo cardíaco, con síntomas como dolor torácico repentino, que pueden confundirse fácilmente con los de un infarto de miocardio debido a obstrucción de las arterias coronarias (Imagen ilustrativa Infobae)

*Este contenido fue producido por expertos de Mayo Clinic en exclusiva para Infobae.

Usted probablemente ha oído hablar de la conexión entre la mente y el cuerpo: el concepto general de que los pensamientos y sentimientos, especialmente los relacionados con el estrés, pueden influir en la salud física.

El Dr. Mohamad Alkhouli, cardiólogo intervencionista en Mayo Clinic en Rochester, Minnesota, está investigando la relación entre el cerebro y el corazón. Uno puede tener un poderoso impacto en el otro, explica el Dr. Alkhouli.

“La conexión entre la mente y el corazón es parte de una relación más amplia entre la mente y el cuerpo, pero es especialmente poderosa. Estados emocionales como la ansiedad, el luto o incluso la alegría pueden influir directamente en los ritmos cardíacos, la presión arterial e incluso el riesgo de ataques cardíacos”, dice el Dr. Alkhouli.

El estrés emocional no soloEl estrés emocional no solo contribuye a patologías bien conocidas como la hipertensión y la cardiopatía, sino que también está asociado a otras irregularidades cardíacas incluyendo taquicardia auricular y bradicardia, lo que evidencia la profundidad del vínculo entre mente y sistema cardiovascular (Imagen Ilustrativa Infobae)

“Al mismo tiempo, el corazón envía señales de vuelta al cerebro a través de los nervios, las hormonas y los receptores de presión — afectando nuestro estado de ánimo, atención y niveles de estrés. Así que no se trata solo del cerebro hablando con el corazón; el corazón también responde", agrega el experto.

Entre las afecciones asociadas con la conexión entre el cerebro y el corazón se encuentran la disección espontánea de arterias coronarias (SCAD, por sus siglas en inglés) y la miocardiopatía inducida por estrés (SICM, por sus siglas en inglés), también conocida como síndrome del corazón roto. Ambas afecciones pueden desencadenarse por el estrés. El Dr. Alkhouli ha formado parte de equipos de investigación de Mayo Clinic que han estudiado distintos aspectos de ambas afecciones.

El síndrome del corazón roto suele desencadenarse por situaciones estresantes o emociones extremas; provoca una interrupción temporal en la forma en que el corazón bombea la sangre. Las personas que lo experimentan pueden sentir un dolor torácico repentino y creer que están teniendo un ataque cardíaco.

En la Clínica del CerebroEn la Clínica del Cerebro y Corazón de Mayo Clinic, equipos interdisciplinarios formados por cardiólogos y neurólogos abordan síntomas neurológicos de origen cardíaco, como los ictus cardioembólicos o los accidentes isquémicos transitorios, demostrando la cercanía funcional entre ambos órganos (Imagen Ilustrativa Infobae)

Las herramientas habitualmente utilizadas para detectar ataques cardíacos no pueden identificar cuándo la causa del dolor torácico es, en realidad, el síndrome del corazón roto. En la mayoría de los casos es necesario realizar una angiografía coronaria invasiva para diferenciar la SICM de un infarto de miocardio causado por una obstrucción de las arterias coronarias.

Investigaciones de Mayo han descubierto que una tecnología innovadora llamada magnetocardiografía, que mide los campos magnéticos generados por el corazón, puede ayudar a identificar el síndrome del corazón roto.

Otro estudio de Mayo sugiere que la SCAD, un tipo de ataque cardíaco a menudo que resulta del estrés físico o emocional, puede ser un evento secundario desencadenado por el síndrome del corazón roto.

En el síndrome del corazón roto, el debilitamiento temporal del corazón no ocurre de manera uniforme: Algunas partes del corazón no pueden contraerse adecuadamente, mientras que otras trabajan más para compensar, explica el Dr. Alkhouli. Este movimiento desigual crea fuerzas de torsión en el músculo cardíaco.

El trabajo conjunto entre especialistasEl trabajo conjunto entre especialistas en cardiología y neurología es fundamental para analizar casos en los que los trastornos del corazón pueden provocar manifestaciones cerebrales, tales como episodios de accidente cerebrovascular causados por coágulos provenientes de las cavidades cardíacas (Imagen Ilustrativa Infobae)

“Como las arterias coronarias, que son los principales vasos que suministran sangre al corazón, se sitúan en la superficie del órgano, pueden estirarse o tensionarse en las zonas donde se unen las áreas hiperactivas e hipoactivas durante el síndrome del corazón roto”, explica el Dr. Alkhouli. “En algunos casos, esta tensión puede provocar un desgarro en la pared de la arteria, lo que conocemos como SCAD”.

Una pregunta que aún queda por responder es por qué algunas personas desarrollan el síndrome del corazón roto tras un trauma emocional, mientras que otras no, apunta el Dr. Alkhouli.

El estrés emocional también puede aumentar el riesgo de otras afecciones cardíacas, como:

  • Presión arterial alta, también conocida como hipertensión.
  • Enfermedad cardíaca.
  • Taquicardia auricular.
  • Bradicardia.
El Dr. Alkhouli señala queEl Dr. Alkhouli señala que aún existen muchas preguntas sin respuesta, como el motivo por el cual ciertas personas desarrollan el síndrome del corazón roto tras un evento traumático, mientras otras resultan inmunes, lo que plantea desafíos para la investigación y la prevención (Imagen ilustrativa Infobae)

“Lo que más me fascina es lo profundamente entrelazados que están nuestros sistemas emocional y cardiovascular, y lo mucho que aún no comprendemos”, afirma el Dr. Alkhouli. “¿Podremos algún día ‘reprogramar’ esta conexión para promover la curación, utilizando la terapia, neuromodulación (alteración de la actividad nerviosa en lugares específicos del cuerpo por medios eléctricos o químicos), o incluso herramientas digitales? En Mayo Clinic, estamos explorando estas cuestiones, y empezamos a ver el corazón y el cerebro no como órganos separados, sino como una única red dinámica".

Esta red funciona en ambas direcciones. El Dr. Alkhouli es parte de la Clínica del Cerebro y Corazón de Mayo, donde cardiólogos y neurólogos trabajan juntos para evaluar a los pacientes que pueden presentar síntomas neurológicos atribuibles a un evento cardíaco.

En estos pacientes, el corazón y cerebro están estrechamente relacionados, como en los casos de ictus causados por coágulos que se forman en el corazón, conocidos como ictus cardioembólicos. Las causas de un accidente isquémico transitorio, un corto período de tiempo de síntomas similares a los de un accidente cerebrovascular, pueden incluir un coágulo de sangre que se desplaza desde otra parte del cuerpo, como el corazón, hasta alguna arteria que suministra el cerebro.

La investigación en Mayo ClinicLa investigación en Mayo Clinic apunta a futuras intervenciones terapéuticas, como la neuromodulación y el uso de herramientas digitales para alterar la actividad nerviosa, con el fin de modificar la relación entre emociones y salud cardiovascular en beneficio de los pacientes (Imagen ilustrativa Infobae)

La afección cardíaca conocida como aterosclerosis, la acumulación de grasas, colesterol y otras sustancias dentro y sobre las paredes de las arterias, también puede conducir a un accidente isquémico transitorio.

Se necesita más investigación para comprender mejor cómo aprovechar la conexión entre la mente y el corazón para la prevención y curación de enfermedades. Hay medidas que puede adoptar en este momento para su salud mental que beneficiarán su corazón y la atención de la salud de su corazón que beneficiará a su cerebro, dice el Dr. Alkhouli.

“La buena noticia es que lo que es bueno para su mente suele serlo también para su corazón, y viceversa”, explica. Esto incluye:

  • Manejo del estrés.
  • Tener un sueño de calidad.
  • Mantener conexiones sociales.
  • Practicar mindfulness u oración.

“Todas estas prácticas tienen beneficios mensurables para la salud del corazón”, dice el Dr. Alkhouli. “Del mismo modo, la práctica habitual de actividad física, una alimentación saludable para el corazón y el control de la presión arterial y el colesterol pueden mejorar el estado de ánimo y la función cognitiva. Es un circuito de retroalimentación poderoso: Cuidar de uno apoya al otro”.

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