En una operación de inteligencia que expuso el nuevo rostro del narcotráfico en el Perú, la Dirección Antidrogas (Dirandro) de la Policía Nacional interceptó un envío de cocaína procedente del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), oculto en electrodomésticos destinados a Lima. La intervención, realizada en una agencia de encomiendas de la capital, permitió descubrir un método sofisticado y silencioso de traslado de droga que se extiende desde las zonas de producción hasta el extranjero.
Las imágenes registradas por el programa Panorama muestran a los agentes retirando ladrillos amarillos de cocaína escondidos dentro de hornos microondas. “La coloración que reacciona de contacto es azul turquesa”, precisó uno de los peritos, mientras el polvo se evidenciaba ante las cámaras. Esa reacción química confirmaba lo que los agentes sospechaban: se trataba de alcaloide de cocaína pura, lista para su envío al exterior.
La Policía descubrió un nuevo método del narcotráfico: el uso de electrodomésticos como “mulas tecnológicas” para trasladar cocaína pura desde Ayacucho hasta EE. UU. (Captura de pantalla)En la escena captada por las cámaras, los agentes muestran los paquetes con un símbolo grabado en relieve: un delfín. Ese logo, según los investigadores, “refleja que la droga proviene del Vraem”, uno de los mayores centros de producción de cocaína en el país. En total, se decomisaron veintiocho ladrillos con esa marca, distribuidos en dos hornos microondas.
Cada paquete, de forma rectangular, estaba cuidadosamente forrado y sellado. “El dato fue certero y, ¡bingo!, ahí tenemos justamente cinco ladrillos más”, comentó un agente durante la intervención. El uso de electrodomésticos para camuflar los envíos es una de las modalidades más recientes del narcotráfico, que aprovecha la logística de las empresas de transporte para despachar pequeñas cantidades de droga sin levantar sospechas.
Los envíos partían de Huanta, en Ayacucho, a nombre de Gilberto Araujo Farfán, quien también debía recogerlos en Lima. Tras la intervención de las primeras encomiendas, los agentes siguieron el rastro de otras dos que ya se encontraban en tránsito hacia la capital. “Esta encomienda es enviada de la ciudad de Huanta con destino final a la jurisdicción de Lima”, confirmaron los oficiales.
En una operación de inteligencia en Lima, la Dirandro decomisó 68 ladrillos de cocaína del Vraem ocultos en hornos microondas. La droga llevaba el sello del delfín y estaba lista para ser enviada al extranjero. (Composición: Infobae)El general PNP Nilton Santos, jefe de la Dirandro, explicó que este tipo de tráfico fragmentado, conocido como narco pitufeo, busca reducir el riesgo de perder grandes cargamentos en caso de detección policial. “El costo de envío de una sola encomienda es de treinta soles, un precio insignificante frente a los miles de dólares que representa el producto final en el país de destino”, detalló.
Según la Dirandro, el decomiso total alcanzó sesenta y ocho ladrillos de cocaína, valorados en casi dos millones y medio de dólares. “Estamos hablando de una afectación directa a una organización criminal que pretendía enviar la droga al continente europeo”, precisó el general Santos.
El caso también permitió identificar a un presunto cabecilla extranjero: Santo Delgado Saviñón, alias Kovachi o el Dominicano, quien llegó al Perú hace siete años, se casó y formó una familia. Sin embargo, fue capturado junto a su esposa, Johana González Ramos, cuando intentaban acopiar cinco ladrillos de cocaína.
La información de inteligencia apunta a que la droga iba a enviarse como muestra de calidad para luego coordinar envíos de mayor escala. “De acuerdo a la información que tenemos, iba a salir en un contenedor unos días más adelante. Querían que llegue la muestra, ver la calidad del producto y definir la ruta para enviar más cantidad”, sostuvo una fuente policial.
El destino final sería Virginia Beach, donde las autoridades estadounidenses detectaron el consumo de cocaína de alta pureza en fiestas rave y eventos privados. La conexión entre el Vraem y la costa este de EE. UU. revela el grado de sofisticación de las redes que operan desde territorio peruano.
Las investigaciones también alcanzaron al entorno familiar de Gilberto Araujo Farfán. “Se podría decir un inicio de un plan familiar. Tanto el hermano como la persona detenida están implicados en esta investigación”, señaló un vocero de la Dirandro. El seguimiento permitió descubrir que una tercera encomienda, similar a las anteriores, estaba en tránsito hacia otra agencia de la capital.
La operación se realizó bajo los lineamientos del comandante general de la Policía Nacional, Óscar Arriola, quien dispuso intensificar las acciones de control durante el estado de emergencia decretado en la zona del Vraem. “La Policía Nacional le va a dar un duro golpe al narcotráfico”, aseguró el general Santos al confirmar el éxito del decomiso.
A pesar del despliegue de fuerzas y las restricciones impuestas en el valle, la cocaína continúa saliendo hacia Lima. Los agentes antinarcóticos advierten que las mafias han trasladado sus puntos de acopio a la capital, donde microtraficantes buscan ascender en la jerarquía del crimen. “Lima se ha convertido en un club de emprendedores de la droga que buscan convertirse en grandes capos”, se escuchó en el informe televisivo.
hace 5 horas
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