Aunque muchos sostienen que el amor no entiende de edades, la ciencia ha identificado patrones que podrían explicar por qué algunas relaciones duran más que otras. Investigadores de Emory University, en un estudio publicado en el Journal of Population Economics, analizaron a miles de parejas a lo largo del tiempo y descubrieron un vínculo claro entre la diferencia de edad y la estabilidad matrimonial.
Según los datos, las parejas con una brecha de uno a tres años tienden a mantenerse unidas por más tiempo y con mayores niveles de satisfacción. En cambio, cuando la distancia generacional supera los cinco años, el riesgo de ruptura aumenta considerablemente, especialmente después de enfrentar dificultades como enfermedades o crisis económicas.
Más allá del romanticismo, los números hablan: las relaciones con más de 10 años de diferencia presentan un 39% más de probabilidad de divorcio, y cuando la brecha supera los 20 años, el riesgo llega al 95%, según los investigadores.

Por qué las parejas con edades cercanas se fortalecen más
Los especialistas explican que cuando las personas están en etapas de vida similares, tienden a compartir prioridades, intereses y estilos de vida más alineados, lo que fortalece la comunicación y el compromiso.
Además, enfrentan los retos cotidianos con herramientas emocionales y recursos similares, lo cual reduce los conflictos.
Otro hallazgo relevante es que las parejas con gran diferencia de edad suelen experimentar una satisfacción inicial más alta, pero esa ventaja disminuye con los años. La disparidad de energía, intereses o planes a largo plazo suele pasar factura con el tiempo, especialmente entre los seis y diez años de convivencia.
¿Existe una fórmula para el amor duradero?
El estudio no busca imponer reglas, sino ofrecer una perspectiva basada en evidencia. Aunque una diferencia de uno a tres años parece ser la más estable, también subraya que factores como el respeto, la comunicación honesta y el apoyo mutuo pesan más que cualquier cifra.
La edad puede ser un número, pero la afinidad emocional es lo que realmente sostiene una relación sólida en el tiempo.
De igual manera, cuando las parejas están dispuestas a entender y acomodar las diferencias de cada uno, independientemente de su edad, tienen más probabilidades de prosperar a largo plazo.
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