La cantera de River Plate: quiénes son los tres juveniles que asoman como los herederos de Mastantuono y Echeverri

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Franco Mastantuono y Claudio Echeverri,Franco Mastantuono y Claudio Echeverri, las últimas dos joyas surgidas de las inferiores de River Plate (Foto REUTERS/Agustín Marcarian)

Decir cuándo, establecer el tiempo, sería temerario. Dependerá de Marcelo Gallardo, de la evolución de los juveniles, de las siempre impredecibles circunstancias del fútbol; en fin, de muchos factores. Pero las divisiones inferiores de River, ese semillero que ya es una marca registrada del fútbol mundial, se preparan para que dentro de no mucho tiempo vuelvan a saltar a la Primera División más pibes talentosos del estilo de Enzo Fernández, Julián Álvarez, Claudio Echeverri o Franco Mastantuono, todos productos del River Camp.

Bautista Dadín, delantero y goleador; Felipe Esquivel, extremo derecho que supo destacarse en la Selección Sub-15, golazo contra Brasil incluido; y Luca Scarlato, enganche de la Séptima y del seleccionado argentino Sub-17; son tres de los nombres que mejor asoman desde la cantera riverplatense.

La Reserva dirigida por Marcelo Escudero, que el año pasado se consagró campeona, tiene este año una figura excluyente: así como el año pasado se destacaron Tomás Nasif (hoy en Banfield), Agustín Ruberto (lesionado) e Ian Subiabre (con el plantel profesional), en 2025 los principales brillos recaen sobre Bautista Dadín, un delantero que tiene como modelo a Julián Álvarez y que en el actual torneo anotó seis goles en once partidos.

“Julián hizo el mismo camino que yo en la pensión y las Inferiores. Es delantero, tiene características parecidas a las mías y lo miro mucho. Diagonales y todos los movimientos que hace, trato de copiarlos”, dijo el año pasado en diálogo con el portal partidario “La página millonaria”.

Bautista DadínBautista Dadín

Nacido en Balcarce el 20 de mayo de 2006, Dadín llegó a River en 2017 y tiene una particularidad: es ambidiestro. Tanto, que si uno repasa sus fotos se lo puede ver casi indistintamente manejando la pelota a veces con la pierna zurda y en otras con la derecha.

“Soy un delantero al que le gusta asociarse, que se mueve constantemente para buscar los espacios, tirar diagonales y hacer goles, lógicamente”, se describe el pibe, a quien también le gusta seguir de cerca “los controles y los movimientos” de Facundo Colidio.

“El sueño se transforma en objetivo. Uno se prepara todos los días para jugar en River y ser un futbolista profesional. De chiquito tenés que amoldarte para todo lo que venga”, remarca cuando se le menciona el sueño de debutar en Primera División.

Su 2024 fue exquisito: no solo la rompió en la Quinta División en casi todos los partidos, sino que además se terminó de recibir de goleador: anotó 24, uno menos que Jeremías Chavero, de Lanús, el goleador de la categoría. Fue, claro, la máxima figura y además el capitán de esa categoría. Por eso este año pegó el salto directamente a la Reserva. Su partido top del año pasado fue justamente el último, ante Deportivo Riestra: anotó un hat-trick en la goleada 5 a 0 que dibujó el equipo que dirigía Javier Alonso, cuarto en la tabla de posiciones definitiva.

Detectores de talento de River lo vieron en una prueba que organizaron en Los Patos, su club de Balcarce, y quedaron encantados con su nivel. Lo convocaron para jugar un amistoso ante Defensores del Belgrano en 2017 y luego otro frente a Estudiantes de La Plata a principios de 2018. Después de ese encuentro, se convirtió en jugador de River. “Aunque pasen los años, nunca te olvidás del primer día en que te ponés la camiseta de River”, asegura, orgulloso.

Y agrega: “River te inculca ser buena persona, ser solidario, humilde, ayudar todo el tiempo al que lo necesita, sobre todo en la Fundación River. Van muy seguido a la pensión, hacemos talleres y ayudamos a la gente que lo necesita. Aprendemos eso. Y futbolísticamente te enseña a ser competitivo, ser buen ganador y ser buen perdedor“, comenta el pibe.

Ernesto Farías, el Tecla, ayudante de campo de Javier Alonso en la Quinta de River, le aconsejó que no se desespere si falla alguna situación de gol. “En la próxima vas a tener revancha. Tranquilidad”, le dijo, palabras más, palabras menos, según cuenta el propio Dadín.

En 2022 integró el seleccionado argentino Sub-17 dirigido por Diego Placente y disputó un Mundialito en Francia contra el local, Bélgica, Portugal, y Brasil. Previamente, a los pocos meses de haber llegado a River, participó de un torneo en Venecia y enfrentó a Juventus, Lugano (Suiza), Ajax y Benfica.

Felipe Esquivel el día queFelipe Esquivel el día que firmó su primer contrato profesional (Foto River Plate)

Los socios millonarios que frecuentan el River Camp para ver a las divisiones inferiores no ven la hora de que llegue el mes de agosto. Para entonces se espera que Felipe Esquivel, otra de las joyas de la cantera del club, esté recuperado de la rotura de ligamentos cruzados en la rodilla derecha que sufrió en octubre del año pasado con la camiseta del seleccionado Sub-15 ante Chile, en el Sudamericano de la categoría que se jugó en Santa Cruz de la Sierra. El pibe quedó en el centro de la escena después de anotarle un golazo a Brasil en ese certamen. El gol se viralizó y su apellido empezó a sonar fuerte en los grandes medios, pero en River ya se hablaba con anterioridad de su promisorio futuro.

El golazo de Felipe Esquivel a Brasil

Esquivel juega de extremo derecho, el 12 de este mes cumplirá 17 años y nació en Barranqueras, una localidad chaqueña de poco más de 55.000 habitantes que se encuentra a menos de diez kilómetros de Resistencia. Se destaca por tener una gran capacidad de desequilibrio en el uno contra uno, un poco por su habilidad y otro por la explosión de sus movimientos. “Es difícil de controlar. Cuando juega contra los pibes de su categoría, no lo pueden parar”, afirman los técnicos de las Inferiores de River.

Tiene tanto potencial que River ya le hizo su primer contrato hasta diciembre de 2026 con una cláusula de rescisión de 30.000.000 de euros. Barcelona de España es el primer club europeo que realizó averiguaciones por él, pero sus dirigentes saben que la idea de River es disfrutarlo al menos dos años luego de que le toque debutar en el equipo de Primera División.

Felipe vino a probarse a River en 2018, cuando tenía apenas diez años. Curiosamente, no quedó seleccionado. Volvió a Chaco para seguir jugando en Sarmiento de esa provincia. Y justamente con su equipo deslumbró casi cuatro años después a los cazadores de talentos de River en un torneo en Comodoro Rivadavia. Lo tentaron y los padres del chico dijeron que sí.

Rápidamente comenzó a destacarse a fuerza de una capacidad asombrosa para sacarse rivales de encima gracias a su habilidad. Y el año pasado debutó en la Reserva de River con apenas dieciséis años. En el club esperan ansiosos por su recuperación, prevista para el mes de agosto, ya que está considerado como la principal joya de las Inferiores detrás de Mastantuono y el Diablito Echeverri.

Si bien inicialmente jugaba como enganche, cuenta con una apreciable capacidad para definir: es un wing con llegada al gol.

Después de vivir un tiempo en la pensión del club, River le alquiló un departamento en Las Cañitas. Su familia sigue viviendo en Barranqueras y lo vienen a visitar de vez en cuando. Por eso el pibe suele estar contenido por el equipo de trabajo de su representante, Pablo Sabbag.

En 2023 fue elegido el mejor jugador de un torneo internacional que se jugó en Xiamen (China), en el que los juveniles de River salieron campeones. Esas y otras actuaciones hicieron que Diego Placente lo convocara al seleccionado Sub-17, con el que disputó el Mundialito en Montaigu, en Francia.

Luca ScarlatoLuca Scarlato

Luca Scarlato juega de enganche en la Séptima División, tiene 16 años y sus compañeros le dicen Pipa. Su ADN futbolístico es el mismo que atravesó toda la historia de River: talentoso, atrevido, gambeteador, con buen pase y llegada a posiciones de gol. Se destaca en una categoría que cuenta con varios pibes que prometen y mucho: Joaquín Amor, Elías Cantero, Benjamín Ovelar y Tobías Goytía.

“Yo jugaba al baby fútbol en el Club Allende de Villa Devoto y había una persona que nos trajo a tres amigos y a mí a probar a River. Recuerdo que yo tenía seis años y quedé. Era la primera vez que jugaba en cancha de once”, comentó ante el sitio oficial del club de Núñez.

Su papá lo llevó previamente a probarse a Vélez, pero no quedó. Ahora dice estar orgulloso de formar parte del semillero riverplatense: “Siento una alegría inmensa, porque hay millones de chicos que quieren estar acá. Y eso lo valoro mucho, no te falta nada y están siempre pendientes de nosotros”.

Cuando le preguntan por sus características, Lucas comenta: “Me gusta ser el conductor del equipo, tener siempre la pelota y dar asistencias. Otro de mis fuertes es la resistencia, presionar y retroceder para recuperar la pelota. También me gusta jugar, pedir siempre la pelota y meter pases filtrados. Estoy muy bien en lo físico y creciendo en lo técnico. Trato de divertirme y sentir la felicidad que te da jugar en River”.

El cambio de las Infantiles a la Novena, la primera categoría de las Inferiores de AFA, no le resultó sencillo: “Fue muy difícil. Tardé bastante en adaptarme. Ahora estoy bien, no siento presión”.

Si Lionel Messi es su máximo ídolo y jugar en el Barcelona de España su sueño dorado luego de debutar en la Primera de River, el colombiano Juan Fernando Quintero encarna el perfil de volante ofensivo que le gusta seguir de cerca. Pero Juanfer no es el único.

A Pablo Aimar y Ariel Ortega no los pudo disfrutar en el Monumental por su edad, pero las referencias iniciales de sus familiares y amigos, y los posteriores videos, hicieron que también los tenga allá arriba en la consideración. “Los vi por videos, me interesó saber cómo jugaban. Me gustó la gambeta y habilidad de Ortega, y la inteligencia para jugar de Aimar. Eso trato de perfeccionarlo cada vez más, porque por ahí puedo hacer la diferencia en mi puesto y el juego”.

El anhelado debut en Primera es acaso su principal objetivo para los próximos años: “Es un camino largo pero lindo. Yo soy hincha desde chiquito y a veces pienso que quiero llegar ya. Agradezco todo lo que me bancan mis padres, Lorena y Diego, y mis hermanos Ema y Franco. Están siempre presentes”.

Nacido en el barrio porteño de Villa del Parque el 19 de abril de 2009, Scarlato guarda un muy grato recuerdo de la primera vez que fue alcanzapelotas en un partido del equipo principal. “Me impresionó ver a la gente cómo alienta y que la Primera juega a un ritmo infernal”, se sorprende Scarlato, quien -al igual que Dadín- maneja los dos perfiles por igual.

En mayo del año pasado, fue elegido el mejor jugador de un torneo internacional que su categoría disputó en Turquía, donde además se consagraron campeones tras golear 6 a 0 en la final al Herta Berlín, de Alemania.

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