La australiana condenada por matar a tres parientes de su ex marido con un plato de “hongos asesinos” pidió la revisión del fallo

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Erin Patterson es fotografiada enErin Patterson es fotografiada en Melbourne, el 15 de abril de 2025 (James Ross/AAP Image via AP)

Erin Patterson, la mujer australiana de 51 años condenada a cadena perpetua por el asesinato de tres personas con setas tóxicas, apeló la sentencia alegando “grave error judicial”, según documentos difundidos este miércoles.

La condenada fue hallada culpable de envenenar a los padres, tía y tío de su ex marido al servirles un Wellington de ternera con hongos venenosos en un almuerzo en 2023. Tres los comensales murieron y un cuarto sobrevivió.

La cadena nacional ABC y el Sydney Morning Herald informaron que el recurso jurídico fue presentada y aceptada por el Tribunal de Apelación, pero este aclaró que aún no ha sido admitida formalmente.

En la apelación, la defensa argumenta que durante el juicio se registraron “errores judiciales sustanciales”, incluyendo una “irregularidad fundamental” durante el aislamiento del jurado que, según señalan, “socavó la integridad de los veredictos”. Los abogados defensores de Patterson no brindaron detalles adicionales.

La defensa acusó a la Fiscalía de un interrogatorio “injusto y opresivo” y cuestionó la relevancia de ciertas pruebas aceptadas, mientras que otras fueron rechazadas injustificadamente. Por otra parte, pidió que Patterson no asista en persona a una eventual audiencia oral sobre su caso.

Heather Wilkinson y su parejaHeather Wilkinson y su pareja Ian murieron tras comer los hongos venenosos que le sirvió Erin Patterson en su casa de Leongatha, Victoria, Australia (Imagen de TV)

La condenada fue sentenciada en septiembre y podrá optar a la libertad condicional después de 33 años. La Fiscalía, por su parte, apeló la sentencia considerándola “manifiestamente inadecuada”.

Durante el juicio, Patterson alegó que la intoxicación fue accidental y causada por la ingestión de amanita phalloides, el hongo más letal del mundo. Sin embargo, en julio, un jurado de 12 miembros la declaró culpable del asesinato de Don y Gail Patterson y de Heather Wilkinson, así como del intento de asesinato de Ian Wilkinson.

El caso de los “hongos asesinos”, como fue apodado internacionalmente, desató una cobertura mediática sin precedentes en la pequeña localidad australiana de Leongatha. Cadenas de televisión, periodistas y podcast siguieron de cerca el juicio contra Erin Patterson, quien fue hallada culpable de asesinar a tres familiares y de intentar matar a un cuarto al servirles un beef Wellington contaminado con amanita phalloides, el temido “hongo de la muerte”.

Expertos testificaron que esta especie provoca fallos orgánicos irreversibles y advirtieron sobre la facilidad de confundirla con hongos comestibles. Durante el proceso, el jurado consideró no solo las pruebas toxicológicas, sino también el entorno familiar: Patterson y su entonces esposo Simon atravesaban una fase conflictiva, con disputas económicas y personales. Simon canceló su asistencia al almuerzo el día anterior, alegando sentirse incómodo con la reunión.

Erin Patterson llegando en laErin Patterson llegando en la parte trasera de un vehículo de transporte penitenciario al Tribunal de Magistrados de Latrobe Valley en Morwell, Australia (Martin Keep/AFP)

En la audiencia de impacto, el sobreviviente Ian Wilkinson relató el duelo que enfrenta: “El silencio en nuestro hogar es un recordatorio diario. Sigo cargando un pesado fardo de dolor por su muerte prematura”. El juez, al dictar sentencia, apuntó la falta de remordimiento de Patterson como agravante.

El recurso de apelación presentado por Patterson será ahora evaluado por un tribunal superior, que deberá decidir si existen razones legales para modificar o repetir el juicio.

El caso sigue generando debate en Australia, donde las autoridades reiteran advertencias sobre los riesgos de recolectar hongos silvestres, ya que especies tóxicas como la amanita phalloides pueden confundirse fácilmente y su sabor dulce oculta su letalidad.

(Con información de AFP)

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