
El nuevo episodio del Mel Robbins Podcast ofreció una entrevista con Kellie Gerardi, una de las pocas mujeres que ha viajado al espacio, en un relato que sirve de impulso para quienes consideran que los sueños no se cumplen. A lo largo de la conversación, Gerardi repasó los momentos clave de su carrera científica, la influencia de la maternidad y el impacto de los desafíos personales, como la infertilidad.
Su testimonio, lejos de fórmulas grandilocuentes, muestra cómo la perseverancia y la visibilidad forman parte esencial del camino hacia logros que parecen inalcanzables.
Kellie Gerardi nació en Jupiter, Florida, en un entorno donde los lanzamientos espaciales desde Cabo Cañaveral marcaban la cotidianidad. Las imágenes de cohetes ascendiendo al cielo avivaron en ella la idea de explorar, aunque creció convencida de que ese destino estaba reservado para otros.
En el podcast recordó que, de pequeña, imaginaba ese mundo como un territorio ajeno. Esa percepción cambió progresivamente, transformando lo que veía como una limitación en la certeza de que muchos límites son construcciones personales.

Durante su etapa universitaria en Nueva York, Gerardi se sumó a las filas del Explorers Club desde el guardarropa, deseando acercarse a quienes habían protagonizado hitos científicos y de exploración. Señaló que su ética de trabajo y la dedicación a cada tarea, por sencilla que pareciera, abrieron posibilidades: de organizar el mayor evento benéfico del club, pasó a formar parte de su junta directiva.
Para Gerardi, la reputación y la trayectoria profesional pueden forjarse en cualquier circunstancia si se sostiene el compromiso y la visión a largo plazo.
Formada en bioastronáutica, Gerardi participó en más de 150 vuelos de investigación en microgravedad en alianza con el Consejo Nacional de Investigación de Canadá. Estos experimentos, realizados en vuelos parabólicos conocidos como “vomit comet”, permitieron aplicar su conocimiento a escenarios de ausencia de peso.
Su motivación principal era llevar la investigación fuera de la atmósfera terrestre. Tras años de perseverancia, formó parte de una misión de vuelo suborbital, donde vivió la experiencia de observar la Tierra desde el espacio. “Nada me preparó para el impacto emocional de ver la Tierra desde el espacio. Es una perspectiva que te obliga a reconocer lo pequeño que eres dentro de algo mucho más grande”, afirmó Gerardi durante la entrevista con Robbins. Esa imagen se mantiene como una constante mental y emocional en su vida.

La maternidad, según relató Gerardi, es un eje fundamental de su historia. Como madre de una niña de siete años, enfrenta el desafío de compatibilizar la investigación científica con la vida familiar. Destacó las presiones y cuestionamientos sociales que reciben las madres que avanzan en carreras de alta exigencia: “Me vendieron el sueño de que podía ser lo que quisiera, pero cuando eres madre, parece que la sociedad te exige elegir”. Gerardi insistió en la importancia de ser un ejemplo para su hija y de no renunciar al desarrollo personal como muestra de compromiso familiar. Sostuvo que la culpa materna es frecuente, aunque la diferencia del arrepentimiento de abandonar un sueño.
La charla abordó además la vivencia de Gerardi con la infertilidad secundaria y la fecundación in vitro (FIV), un proceso que se extendió por casi ocho años y estuvo marcado por pérdidas gestacionales y procedimientos médicos prolongados. Relató sin reservas cómo la infertilidad pasa a ser el eje de la vida y apuesta por compartir estas experiencias de manera pública, con el objetivo de romper el silencio y promover una red de apoyo. “La infertilidad se convierte en la trama principal de tu vida, todo lo demás pasa a segundo plano”.
Defendió que relatar estas vivencias rechaza el estigma y facilita que otras mujeres accedan a contención y acompañamiento social: “No sentí vergüenza al compartir mi pérdida, solo dolor. Quería el apoyo de mi comunidad y rechacé la idea de que debía cargar con esto en soledad”.

En su charla con Robbins, Gerardi subrayó que la resiliencia y la pregunta “¿por qué no yo?” orientan su forma de enfrentar tanto fracasos como cambios en la vida profesional y personal. Remarcó la importancia de redefinir estrategias en lugar de abandonar metas. “Cuando me topo con un muro, cambio el enfoque, pero no la meta”. Gerardi defiende la posibilidad de reinventarse en cualquier momento y de comprender los sueños como elementos dinámicos y adaptables. Para ella, compartir dificultades lejos de ser un lastre es un modo efectivo de fortalecer apoyos y lazos comunitarios.
El testimonio de Gerardi en el Mel Robbins Podcast impulsa a quienes creen que los sueños no se cumplen, mostrando con hechos y vivencias reales que los logros extraordinarios también pueden estar al alcance de personas comunes que persisten, se abren a nuevas posibilidades y no temen mostrar las dificultades que atraviesan.