
Keira Knightley reflexionó sobre uno de los periodos más difíciles de su vida: el ascenso meteórico que experimentó tras protagonizar Piratas del Caribe a los 18 años.
En una entrevista con The Times of London, la actriz británica confesó que llegó a “enloquecer” por la presión mediática, el acoso de los paparazzi y la invasión constante a su intimidad.
“Fue una época en la que los paparazzi gritaban insultos para provocar una reacción . La mayoría de las veces gritaban ‘puta’. A veces ‘zorra’. Especialmente si estaba con alguien —mi novio, mi hermano o mi padre—“, relató.
Y añadió: “Buscaban que ellos perdieran el control, que los golpearan, y así poder demandarlos. Ese fue el momento en que comenzaron los choques de autos: obligaban a la gente a salirse de la carretera para conseguir fotos aún más valiosas, imágenes de una actriz estrellada o lo que fuera”.

La estrella de 39 años recordó que el ambiente era tan hostil que incluso la cobertura mediática de figuras como Britney Spears tuvo un efecto devastador.
“Y luego Britney se rapó la cabeza, así que fue como: ‘Genial, podemos empujar a otras personas a hacer algo completamente loco’”, dijo con ironía.
Frente a esa persecución constante, la actriz decidió pasar a la acción para evitar que la siguieran acosando.
“Entré en modo supervivencia. Empecé a usar la misma ropa todos los días para volverme poco interesante para las revistas sensacionalistas: tres pares del mismo pantalón de mezclilla, una camiseta a rayas, botas. Regalé toda mi otra ropa”, explicó.
El truco, aunque simple, resultó efectivo. Además, la famosa confesó que si algún fotógrafo la estaba siguiendo, simplemente se detenía y se quedaba completamente inmóvil.

“Un día me quedé así durante cinco horas. Pensé: ‘Si todavía estás ahí, no me voy a mover’. Y claro, después de un tiempo ya no era una foto valiosa. No puedes publicar infinitamente la misma imagen de una mujer quieta, con la misma ropa, día tras día. Se vuelve aburrido”, recordó.
La presión mediática llegó a tal punto que Knightley decidió abandonar temporalmente la actuación.
“Mi familia me apoyó. Me dijeron: ‘Simplemente vete’. Así que lo hice. Me fui a Londres, luego tomé trenes por toda Europa. Nadie me reconoció”, admitió.
Ese anonimato fue liberador y admitió que comenzó a realizar cosas que antes no podía como ir a museos o viajar en tren nadie, pues nadie esperaba encontrársela ahí.

“Iba desaliñada, lo cual tampoco esperaban. No hacía contacto visual, caminaba encorvada. Era como si me deslizara”, dijo.
Keira Knightley , que alcanzó fama internacional por su papel como Elizabeth Swann junto a Johnny Depp y Orlando Bloom, ha sido franca en otras ocasiones sobre el costo psicológico del estrellato.
En declaraciones al mismo medio el año pasado, reconoció que “fue un precio muy alto” y que se sintió “acechada por hombres”, en un contexto que describió como “brutal para las mujeres jóvenes en el ojo público”.
“Fue una locura. No lo deseo para nadie. Tenía apenas 18 años y el mundo se volvió un lugar peligroso. Sobrevivir a eso fue, en sí mismo, un acto de resistencia”, confesó.

La actriz ha logrado, con el tiempo, encontrar un equilibrio entre su carrera y su privacidad. Actualmente protagoniza The Woman in Cabin 10, una película original de Netflix en la que interpreta a una periodista que presencia un crimen durante un viaje en crucero.