Juana Viale deslumbró en una nueva edición de Almorzando con Juana por El Trece, no solo con su conducción fresca y espontánea, sino también con un look que volvió a marcar tendencia y confirmó su impronta personal dentro del mundo de la televisión y la moda nacional. Para esta emisión, Juana eligió un vestido largo de seda blanco con estampado floral negro, de líneas ajustadas, escote cuadrado y hombros descubiertos, decorados con apliques tridimensionales en forma de flores, que aportaron textura y movimiento al diseño.
La apertura del programa tuvo el sello inconfundible de la conductora, con música animada, saludos y su habitual energía. “¡Hooooola, hola, hola, hola! ¿Cómo están en sus casas? Bienvenido domingo. ¿Cómo la están pasando? Ya está, ya pasaron las elecciones. Ya se calmaron las aguas. Ahora empieza… Vamos a tener aire nuevo en diputados, en senadores, así que a laburar todos”, comenzó diciendo Juana, combinando actualidad con cercanía al público y dando un adelanto de los invitados que la esperaban en la mesa.
En ese mismo inicio, no dudó en dedicarle un momento especial a su vestuario: “Ay, se me enganchó el vestido. Miren qué belleza este vestido, qué lindo. Es un vestido de seda blanco estampado en flores delineadas en negro que adornan también el escote. Son como las florcitas que quedaron, las últimas del otoño, las hojitas, y cayeron aquí. Son muy bonitas. Estoy encorsetadísima, ¿okey? Pero es muy bonito, muy lindo y un genio el Gino (Bogani), es el uno. Sabemos que es el uno, que hace toda alta costura para cada almuerzo que tenemos acá. Así que… No puedo respirar”.
Juana deslumbró con un vestido de seda con flores Las imágenes del programa acompañaron la descripción: Juana posó en un entorno elegante de paredes doradas, puertas azules y plantas en macetas, iluminada con haces de luz que resaltaron el brillo del vestido y la delicadeza de los apliques. Una toma de espaldas permitió apreciar el escote posterior del vestido y los tatuajes de gran tamaño en su espalda, compuestos por figuras geométricas y orgánicas en tonos oscuros y verdes que contrastaron con la blancura de la seda. Su larga trenza cayó recta y central, en perfecta armonía con el diseño abierto de la prenda.
En un plano medio, Juana se mostró sonriente y con las manos en la cintura, resaltando el ajuste al cuerpo, el relieve floral y la pulcritud del maquillaje, en sintonía con el ambiente refinado que la rodeaba.
Una vez más, la elección de Juana Viale combinó sofisticación, tendencia y personalidad, enfatizando la importancia de los detalles, la identidad de alta costura argentina y el trabajo artesanal que hacen de cada emisión de “Almorzando con Juana” una auténtica pasarela de estilo, carisma y vanguardia.
Juana eligió un vestido blanco con rosas negras impresas en la tela (Foto: Story Lab)El invitado musical estrella fue L-Gante, quien llegó entre lanzamientos y tensiones, en medio de una relación tensa con quien fuera su mánager, Maxi El Brother. A su lado, Alejo García Pintos, referente de la actuación argentina, llevó historias de sets, éxitos tanto televisivos como cinematográficos y el peso indeleble de proyectos como La Noche de los Lápices, Chiquititas y la aclamada Argentina, 1985. El despliegue artístico siguió con Adriana Salonia, quien en marzo estrenó El Beso de Judas acompañada por figuras como Damián de Santo, Alfredo Casero y Campi, y que aportó su amor por el cine y el teatro a la mesa dominical.
El toque político-cultural lo sumó Virginia Gallardo, flamante diputada electa por la provincia de Corrientes y figura mediática de trayectoria, mientras que el costado deportivo estuvo a cargo de Nicolás Varrone, joven piloto automovilístico argentino que acaba de desembarcar en las pistas de F2, sueña con llegar a la F1 y trajo a la mesa la pasión y el vértigo de su propio ámbito en esa jornada.
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