Tras una semana marcada por la polémica y la suspensión temporal de su programa, Jimmy Kimmel volvió este martes a la conducción de Jimmy Kimmel Live! en la cadena ABC. El regreso del popular presentador estuvo cargado de emoción y de un discurso en el que pidió disculpas y defendió el valor de la libertad de expresión en Estados Unidos.
Vestido con un traje azul y una sobria corbata a rayas, Kimmel apareció en escena entre un prolongado aplauso del público. En sus primeras palabras, agradeció el respaldo de sus colegas, pero sobre todo destacó el apoyo inesperado de voces con las que habitualmente discrepa.
“Quiero agradecer a quienes no apoyan mi programa ni mis creencias, pero aun así apoyan mi derecho a compartirlas”, dijo. El presentador subrayó la importancia de ese gesto en un momento en el que, según expresó, el debate sobre los límites de la libertad de expresión se encuentra más encendido que nunca en el país.
En su mensaje, Kimmel mencionó con sorpresa y gratitud a figuras conservadoras como Ben Shapiro, Clay Travis, Mitch McConnell, Rand Paul e incluso el senador Ted Cruz. “Se necesita valentía para alzar la voz contra esta administración. Lo hicieron y merecen reconocimiento”, afirmó.
Parte de su monólogo de apertura lo aprovechó para atacar a Trump por señalar a periodistas y para realizar un alegato en favor de la libertad de prensa.
“El Gobierno de Estados Unidos quiere elegir qué noticias son las correctas. Sé que no es tan interesante como silenciar a un comediante, pero es fundamental tener una prensa libre, y es una locura que no le estemos prestando más atención”.
“Trump ha intentado cancelarme y, en vez de eso, ha forzado a millones de personas a verme. Quizás tenga que publicar los papeles de Epstein para distraer la atención de esto“.
Durante varios momentos, el conductor se mostró visiblemente conmovido. Con voz entrecortada, aclaró sus comentarios sobre Charlie Kirk: “Entiendan que nunca fue mi intención restarle importancia al asesinato de un joven. No creo que tenga nada de gracioso”.
También reconoció que sus comentarios recientes pudieron resultar “inoportunos o poco claros” y que comprendía la molestia de quienes interpretaron que estaba señalando directamente a alguien.
“Entiendo que para algunos, eso les pareció inoportuno o poco claro, o quizás ambas cosas, y para quienes creen que sí señalé a alguien, entiendo por qué están molestos“.
Para finalizar, Kimmel cerró su intervención con el siguiente mensaje: “Este programa no es importante. Lo importante es que podamos vivir en un país que nos permita tener un programa como este”.
La controversia estalló hace unos días, cuando Kimmel comentó el asesinato del activista conservador Charlie Kirk, insinuando que el sospechoso tenía vínculos con el movimiento MAGA y criticando la respuesta del presidente Donald Trump, lo que llevó a ABC a suspender temporalmente la emisión del programa.
Sin embargo, tras varios días de conversaciones internas, la cadena decidió reanudar la producción y permitir el regreso del presentador al aire.
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