
El ex presidente brasileño Jair Bolsonaro salió de terapia intensiva tras una cirugía abdominal exitosa que le fue practicada el domingo en un hospital de Brasilia, donde sigue internado, informó su esposa, Michelle.
El líder de extrema derecha, de 70 años, se sometió al procedimiento quirúrgico dos semanas después de que la corte suprema decidiera enjuiciarlo por un presunto intento de golpe de Estado en 2022.
“Mi amor ya está en el cuarto”, escribió su esposa Michelle Bolsonaro en Instagram a última hora de la noche del domingo.
“Cirugía finalizada con éxito”, había indicado anteriormente la ex primera dama, luego de la intervención para tratar una obstrucción intestinal relacionada con la puñalada que sufrió en el abmdomen durante un acto de campaña en 2018.
“Esta intervención mayor duró 12 horas y se desarrolló sin problemas, sin que fuera necesaria una transfusión sanguínea”, detalló un boletín médico del hospital DF Star.
El líder de la ultraderecha ha sufrido problemas digestivos recurrentes desde que el 6 de septiembre de 2018, en plena campaña para las elecciones presidenciales de ese año, fue apuñalado en la región abdominal por una persona con enfermedad mental en la ciudad de Juiz de Fora.
Un mes y medio después ganó las presidenciales pero, a consecuencia del ataque, ha pasado varias veces por el quirófano y sufrido diversos problemas en el estómago y el tracto intestinal.
Bolsonaro publicó en redes sociales el sábado que su médico le había dicho que “esta es la situación más grave” desde el ataque que casi le cuesta la vida.
“Después de experimentar tantos episodios similares en los últimos años, me he acostumbrado al dolor. Pero esta vez, incluso los médicos se sorprendieron”, añadió.

Cuando sintió los “fuertes dolores” en el abdomen que lo llevaron al hospital, Bolsonaro visitaba el noreste de Brasil, una región pobre y bastión histórico de la izquierda.
La gira se realizó dos semanas después de que el Tribunal Supremo decidiera abrir un proceso en su contra por presunta conspiración golpista. Los fiscales lo acusan de urdir un complot con ministros y militares de alto rango para evitar que Luiz Inácio Lula da Silva asumiera la presidencia en 2023.
Declarado inelegible hasta 2030 por sus ataques no probados a la confiabilidad del sistema de votación electrónica de Brasil, el ex mandatario se aferra aún a la posibilidad de que esta condena sea revocada o reducida, para poder postularse a la presidencia en 2026.
Lula, de 79 años, no ha definido aún si será candidato a la reelección. Su popularidad ha caído, lastrada por la inflación.