El semáforo cambiará de rojo a verde por primera vez este fin de semana para iniciar la temporada de Fórmula 1. Una larga zafra que termina en diciembre en Abu Dabi con lo que probablemente ya sabemos desde hoy: Max Verstappen pentacampeón, incluso tal vez desde antes de la última carrera agendada.
El piloto neerlandés, respaldado por la maquinaria imparable de Red Bull Racing, parece estar en otra categoría. Su destreza al volante, en combinación con una escudería que no escatima en innovación, lo han convertido en el rival a vencer.
Sin embargo, ¿es emocionante una Fórmula 1 que parece encaminada a una sola narrativa?
La competitividad siempre ha sido el alma en cualquier deporte. Momentos históricos como la rivalidad entre Senna y Prost, o las épicas batallas entre Hamilton y Rosberg, o más recientemente la de Max con el propio Hamilton en 2021 nos enseñaron que la incertidumbre es lo que mantiene a los fanáticos al borde del asiento. El dominio del tetracampeón tal vez genera sentimientos encontrados: puede que haya admiración, pero también nostalgia porque ya hay muy pocos días de aquellas carreras con varias opciones a ver la bandera a cuadros.
Varias interrogantes
Entonces, ¿qué podemos esperar de esta temporada? ¿Tendrá Ferrari finalmente la consistencia necesaria para desafiar a Red Bull con la llegada de Hamilton? ¿Mercedes logrará resolver sus problemas técnicos para volver a la cima? Y, ¿habrá un piloto capaz de hacer tambalear al campeón vigente? La temporada es larga, pero las probabilidades de que Max Verstappen consiga su quinto título mundial consecutivo parece ser más grande que cualquier escollo que se le pueda presentar.
Tal vez la grandeza de Verstappen se establezca no solo en su habilidad como piloto, sino en empujar a sus rivales a buscar nuevas formas de superarse. Así, aunque esta temporada pueda parecer predecible en el papel, no subestimemos la capacidad del deporte para sorprendernos.
El telón se levanta y el mundo observa, no solo esperando velocidad, sino también la chispa que transforma un campeonato predecible en uno emocionante.