Lima se preparó para albergar tres torneos Challenger por primera vez en su historia. Desde que se instauró el evento en 1994, ningún peruano ha podido coronarse. Las dos ediciones consecutivas —a causa del aplazamiento del torneo en Guayaquil— generó expectativa por el gran nivel de Ignacio Buse. No obstante, la primera raqueta nacional no exhibió su mejor estado de forma en el polvo de ladrillo capitalino, tal como lo hizo en septiembre con sendas victorias por Copa Davis.
En primera instancia, el deportista nacional de 21 años fue apeado en Los Inkas Open por el ecuatoriano Álvaro Guillén Meza, en cuartos de final. Luego, se encendieron las alarmas con su derrota ante el brasileño Lucas Reis da Silva, en los octavos de final del último Challenger del año. La arcilla del Club Terrazas de Miraflores fue testigo de una nueva eliminación bajo la atenta mirada y aliento incesante de los espectadores peruanos.
Pero Nacho había anticipado que el problema de su bajón no estaba relacionado directamente con una merma física o técnica, sino que pasaba por la gestión de sus emociones. Luego de su primera victoria en la tierra batida miraflorina, explicó de por sí que “no me sentía cómodo”, con aparentes gestos de incomodidad y la mirada hacia los costados.
Ignacio Buse se despidió en los cuartos de final del Challenger de Lima 3. Crédito: Igma Sports.”Venía de la semana pasada experimentando situaciones emocionalmente no muy buenas”, expuso a las cámaras de Punto en Juego. Esta afirmación representa un indicio en la explicación de por qué Buse no compitió al más alto nivel en la capital peruana. ”Estaba compitiendo bien, pero emocionalmente no tan bien”, prosiguió.
“Estoy tratando de encontrarme un poco con mi juego y cómo me siento en la cancha para sentirme bien. Hoy lo pude hacer, pero espero que en el próximo partido lo pueda hacer y pueda, sobre todo, sentirme emocionalmente bien”, concedió. Y en su siguiente encuentro luego de sus declaraciones no consiguió retomar su mejor estado de forma y cayó por doble 6-3 ante Reis da Silva.
Juan Pablo Varillas se había mostrado en contra del comportamiento del público peruano. Su afirmación radica en los hostigamientos a los rivales, pero Buse afirma sentirse cómodo, aunque puede significar un ”arma de doble filo”.
”Me encanta jugar en casa. La semana pasada no me ayudó mucho. No me sentía tan a gusto sinceramente. Pero no por el público, sino por mí. Es importante tratar de gestionar bien mis emociones, estar bien conmigo mismo, poder disfrutar en la cancha y sentirme bien”, concluyó.
El tercer Challenger de Lima fue testigo de una hazaña en los libros de historia del tenis. En el marco de los cuartos de final del torneo, el tenista chileno Tomás Barrios Vera y el argentino Juan Bautista Torres protagonizaron el partido más largo en la historia del circuito ATP Challenger Tour.
La batalla en la arcilla limeña se extendió por 4 horas y 24 minutos, superando por un minuto la marca anterior que se había registrado en 2011. El duelo se resolvió con un agónico marcador de 7-6(2), 6-7(6) y 7-6(10) a favor del chileno, reflejando lo intenso y disputado del encuentro.
Ambos jugadores se agotaron física y mentalmente en la pista del Club Terraza de Miraflores, siendo el tie-break decisivo del tercer set un desenlace cinematográfico, donde Barrios llegó a levantar cinco puntos de partido en contra antes de sellar su victoria. El esfuerzo dejó exhaustos a los deportistas y asombrados a los espectadores en las graderías.
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