La International Football Association Board (IFAB) organismo encargado de definir las reglas del fútbol a nivel mundial, ha emitido una aclaración fundamental en el reglamento. Centrándose en la ejecución de un doble toque involuntario por parte del ejecutor de un penalti.
Esta enmienda, que busca disipar ambigüedades y garantizar una mayor uniformidad en las decisiones arbitrales, tiene sus raíces en un incidente reciente que involucró al futbolista argentino Julián Álvarez.
El suceso que catalizó esta revisión se produjo en un encuentro de octavos de final de la Champions League. Donde una jugada de Álvarez generó debate al rozar el balón en su pierna de apoyo antes de ser golpeado con intención hacia la portería.
Aunque en ese momento la acción no fue sancionada, puso de manifiesto una laguna en la normativa vigente, que hasta ahora no especificaba con claridad cómo proceder ante este tipo de contactos accidentales.
Protocolo para el doble toque
Según la nueva interpretación de la IFAB, que ya se ha comunicado a las federaciones y colegios arbitrales de todo el mundo, las directrices son ahora precisas:
- Si el penalti resulta en gol después de un doble toque accidental, la jugada debe ser repetida. Esta medida asegura que la ventaja obtenida por una circunstancia no intencional no se convalide, priorizando la equidad deportiva.
- Si el penalti no termina en gol (es decir, el balón sale fuera, es atajado por el portero, golpea el poste sin entrar, etc.), la consecuencia para el equipo atacante es la pérdida de la posesión. En este escenario, el juego se reanudará con un libre indirecto a favor del equipo defensor desde el punto donde se produjo el doble toque.
- En el contexto de una tanda de penaltis, si ocurre un doble toque accidental y el balón no entra, se registrará simplemente como un fallo por parte del lanzador.
Énfasis en la interpretación arbitral
La IFAB ha subrayado que esta aclaración está dirigida principalmente a “homogeneizar la interpretación arbitral“. Antes de esta directriz, la falta de una regulación explícita llevaba a que situaciones idénticas pudieran ser juzgadas de forma diferente por distintos árbitros, generando controversia y frustración entre jugadores y aficionados.
Es crucial entender que esta regla se aplica específicamente a los dobles toques accidentales, como un resbalón o un ligero roce involuntario con la pierna de apoyo. La normativa original, y esta aclaración lo refuerza, siempre ha penalizado el doble toque intencional, donde el jugador golpea deliberadamente el balón dos veces consecutivas. En estos casos, la sanción sigue siendo la misma: un libre indirecto para el equipo contrario.
Con esta actualización, la IFAB continúa su labor de adaptar el reglamento a las dinámicas cambiantes del fútbol, buscando siempre mayor justicia y claridad en el terreno de juego.
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